A finales del pasado año Jaguar comenzaba la comercialización del nuevo XKR, un estupendo deportivo que supone un cambio notable en la filosofía de la marca. Decimos esto porque, si nos remontamos muy atrás en la historia de la firma del felino, sí podemos hablar de un pasado muy deportivo y de éxito en competición, pero la verdad es que las últimas décadas del siglo pasado posicionaron a Jaguar en un lugar un tanto conservador, caracterizándose sus productos por una gran belleza y elegancia pero también por una tecnología no muy avanzada. Tuvo que ser ya en este siglo XXI, con la llegada del actual XJ, cuando el fabricante de origen británico -hoy en manos del Grupo Ford- lanzó un modelo que poco o nada tenía que envidiar a sus rivales de Mercedes o BMW en cuanto a soluciones técnicas de vanguardia se refiere.
Tras la berlina de lujo se lanzó, en primavera de 2006, el deportivo XK, con un ligero chasis de aluminio, una avanzada caja de cambios automática con función secuencial y una puesta a punto muy elaborada. Su motor V8 de 300 cv ya funcionaba a las mil maravillas, pero desde hace unos meses, para satisfacer los conductores más exigentes, está disponible la versión sobrealimentada llamada XKR, con nada menos que 420 cv. El resultado de este modelo es fantástico, pues conservando la elegancia, belleza y lujo de su predecesor, añade una técnica de altísimo nivel que le permite tutear, y en algunos casos superar, a deportivos consagrados de la talla del Porsche 911 Turbo, BMW M6 o de los Mercedes CL más potentes. Y, aunque en estos niveles de precio no parezca muy relevante, hemos de decir que el Jaguar XKR posee una relación entre potencia, efectividad y coste muy favorable frente a los rivales antes nombrados; y ya no digamos si lo enfrentamos a otros de sus posibles competidores: los exclusivos bólidos británicos de Aston Martin o el mismísimo Bentley Continental GT.
Este deportivo catalogado como 2+2 plazas, aunque en la práctica es un biplaza, representa a la perfección lo que debe ser un auténtico GT: divertido de conducir, muy potente, cómodo, lujoso y de calidad. Con 5,2 segundos registrados en la marca de 0 a 100 km/h, un liviano peso total de 1.665 kilos y un magnífico conjunto de cambios, frenos y dirección, este felino es capaz de hacernos segregar una buena dosis de adrenalina en circuito o en carreteras despejadas de montaña, y, tras ello, devolvernos a casa con la comodidad y lujo de una gran berlina. Sencillamente, una combinación extraordinaria. La única duda es si, ya que va tan bien el XK8 de motor atmosférico, merece la penar pagar esos 15.200 euros de sobreprecio del modelo con compresor (105.700 € el sobrealimentado frente a los 90.500 € del atmosférico).
Atractivo Lord
El Jaguar XKR combina magistralmente un diseño moderno con reminiscencias de modelos pasados y sutiles detalles propios de deportivos agresivos (branquias laterales y en el capó). Resulta elegante y suntuoso, y en detalles como la parte trasera recuerda claramente al famoso E-Type de los años 60. Es más grande que su predecesor en todas la cotas, pero aunque se le denomine 2+2 plazas, las traseras sólo sirven para niños o para emergencia en trayectos cortos.
Mide 4,79 metros de largo, y su distancia entre ejes ha aumentado considerablemente hasta los 2.752 mm (2.588 mm el anterior XK); por lo estamos ante un deportivo muy estilizado. En el interior reina el lujo y los materiales nobles junto al tradicional acabado en madera de raíz de nogal y tonos crema, se presentan otras dos posibilidades: una de madera de álamo de tonos oscuros y otra de aluminio de estilo deportivo. Apenas se diferencia de su hermano XK8, pues únicamente los logos “R” le delatan.
La calidad de todos los mandos, así como el cuidado cosido del cuero del salpicadero, dan pronto una idea del nivel de coche que es el Jaguar XKR. Pero además para esta generación se cuenta con nueva tecnología, como la pantalla táctil de 7 pulgadas para el navegador (de serie). También viene como dotación estándar la tapicería de piel, las llantas de aleación de 19 pulgadas (opcionalmente de 20”), los faros bi-xenón, el sensor de lluvia, el control de aparcamiento trasero, el cruise control o los asientos de reglaje eléctrico, etc.
En el campo de la seguridad seguridad, además de los airbags y de todos controles electrónicos de ayuda a la conducción, cabe destacar el sistema para minimizar los daños al peatón en caso de atropello, un mecanismo por el cual el capó se levanta en caso de impacto y reduce el golpe del peatón con la carrocería.
Poder dulcificado
El Jaguar XKR tiene 120 cv más que su “hermano” sin compresor, sus frenos son más grandes y su tarado de suspensión en torno al 30% más firme; pero, sin embargo, este extraordinario “felino” puede domarse para la vida cotidiana. Se trata de una evolución lógica sobre el XK8, por lo que, cada uno frente a sus rivales, representan una opción bastante dulcificada de lo que debe ser un deportivo de esta categoría.
Pero lo que realmente da la elevada nota en cuanto a comportamiento dinámico se refiere, tanto al XK8 como a este XKR, es la base: su ligero chasis de aluminio. Y si a una buena plataforma se le añade una dirección directa y precisa, una efectiva caja de cambios automática de accionamiento secuencial mediante levas tras el volante, o unos controles electrónicos de ayuda a la conducción no demasiado “intrusivos”, podemos comprobar como el resultado final es magnífico, pues sin resultar incómodo ni radical, el XKR se mueve con gran soltura y eficacia, se comporta de forma muy segura y proporciona altas dosis de diversión al volante.
Esta citada diversión al volante toma una nueva dimensión en el modelo sobrealimentado, ya que la contundencia de la patada que proporciona su propulsor es absoluta. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, una excelente marca, pero es que además transmite fielmente ese poder; a la vez que la melodía procedente del escape nos acompaña para completar un excelente cóctel de sensaciones.