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SILENCIOSO Y REFINADO
Jaguar hace su primera incursión en el mundo de la mecánica diesel y para ello elige su modelo más compacto, el X Type, una elegante berlina que ahora además cuenta con un competitivo motor diesel, como el que demanda la mayoría de los compradores de este tipo de coche. En la práctica, cuando menos, se coloca entre los mejores.
Jaguar se encuentra en el momento de mayor crecimiento de su historia, una empresa complicada, pero en la que cuenta con el apoyo de Ford Motor Company para lograr los medios del gigante de la industria con el fin de consolidarse como una marca de referencia en el segmento de los vehículos de lujo.
Para lograrlo hace ya más un lustro que cuenta con una berlina grande, el S Type, y desde hace tres temporadas tiene también en catálogo una atractiva berlina media, el X Type, que ahora se ve reforzada notablemente por la llegada de la esperada versión diesel.
El éxito del ‘pequeño’ Jaguar estaba condicionado desde su nacimiento por la ausencia de un motor diesel que animara el pedazo más grande del pastel de ventas, pues los motores de gasolina languidecen bajo los capós de los coches de esta categoría, en la que más de 60% del total corresponde a las mecánicas alimentadas por gasóleo. Ahora la situación apunta a un cambio sustancial en el funcionamiento comercial del coche, pues las previsiones hechas públicas hoy por el Consejero Delegado de Jaguar Hispania, José Carmona, suponen una clara preponderancia de las ventas diesel sobre las de sus hermanos de gasolina.
Para ello se ha contado, como ya se hizo a la hora de buscar un punto de partida para el X Type, con un producto que ya emplea Ford con notable éxito de crítica y público en la gama Mondeo. El motor empleado por la firma del gato cuenta con cuatro cilindros en línea, por lo que además de ser el primer Jaguar diesel se trata del primer cuatro cilindros de la marca, y con dos litros de cilindrada e inyección directa por ‘common rail‘ ofrece una potencia de 130 caballos y un par máximo de 330 Nm a solo 1.800 rpm, que como en el modelo de la marca del óvalo pueden llegar a ser 350Nm durante unos segundos gracias al sistema ‘Over Torque‘.
Por potencia está un poco por debajo de la media de la categoría, pero su cifra de par y especialmente el rendimiento efectivo que se comprueba una vez en marcha lo sitúan en un lugar favorable. Además destaca también como uno de los mejores en cuanto a silencio interior. El motor cuesta percibirlo como diesel y su rumorosidad está realmente atenuada con un buen trabajo de insonorización.
Otra característica de este motor es su suavidad de marcha, pues carece de los molestos tirones que se perciben en motores de la competencia (en especial los TDI) y cualquier orden del acelerador es contestada con rapidez pero sin sobresaltos. Eso sí, su estirada es un poco limitada y por encima de 3.500 revoluciones por minuto el brío decae ligeramente, haciéndose notable esta característica cuando se superan las 4.000 rpm.
A esas alturas, y gracias a la consistencia que el motor muestra a medio régimen, no merece la pena seguir exprimiendo el acelerador si podemos subir una marcha. Lamentablemente de quinta no podemos pasar y la ausencia de una sexta relación como sí ofrecen sus competidores directos fue unas de las pegas más criticadas durante la toma de contacto. En cualquier caso las prestaciones son dignas de un coche de su clase, con una velocidad máxima superior a los 200 kilómetros por hora y 9,9 segundos para pasar de cero a cien km/h. El consumo oficial homologado es de 5,6 litros cada 100 km/h.
El equipamiento es muy amplio de serie, con climatizador, equipo de sonido con 6 altavoces Alpine y seis airbags. Además ofrece ABS y control de tracción, aunque lamentablemente el control de estabilidad es un extra con coste adicional. El precio básico de la versión inicial, denominada Classic, es de 28.900 euros, por debajo de sus competidores de Mercedes y BMW y ligeramente por encima del Audi A4.
El Jaguar X Type D ofrece además otro aliciente muy práctico. Los períodos entre revisiones son especialmente amplios, nada menos que 20.000 kilómetros entre cada paso por el taller para las operaciones rutinarias. Este dato da una idea del carácter práctico que en Jaguar quieren dar a sus nuevos productos, en los que el lujo va cada vez más unido a las necesidades prácticas de cada día.