Inicio
Exterior
De lado se aprecia su cintura alta y ascendente, lo que reduce su sensación total de altura, que tampoco es mucha (1,59 m), a diferencia de otros monovolúmenes. Por detrás destaca su caída de techo, con un portón no demasiado bajo y los grupos ópticos bordeando la luneta, no sólo por los lados, sino también por arriba.
Interior
La segunda fila de asientos va algo más alta, pero resulta insuficiente para acoger cómodamente a tres adultos, funcionando mejor para dos y utilizando el gran apoyacodos central como mesita auxiliar. Los respaldos de las dos primeras filas son abatibles, pudiendo utilizarse los asientos como camas, mientras que la tercera fila se limita a dos asientos, aún más altos, accediéndose por las puertas traseras tras abatir el respaldo de los asientos centrales. El acceso no está mal, pero entre su altura y la caída de techo, la distancia de las cabezas al mismo resulta un tanto escasa.
El maletero con todas las plazas ocupadas se queda en 158 litros, claramente insuficiente. Pero sube a 435 cuando se abate la tercera fila, un volumen ya respetable, y hasta 718 (1,69 m de fondo) si también se abate la segunda fila.
Con caja manual de 5 marchas los dos, suave y precisa, la suspensión es independiente a las 4 ruedas. Delante Mac Pherson con control dinámico de convergencia (la caja de la dirección, eléctricamente asistida, va más alta y permite emplear brazos de suspensión más largos, favoreciendo la adopción de caída positiva en las ruedas durante la compresión y negativa en la extensión, al revés de lo normal en los ejes Mac Pherson) y detrás por brazos superpuestos, con un tirante longitudinal entre los bujes. Las barras estabilizadoras aumentan de grosor respecto al Civic (de 25 a 27 mm delante y de 10 a 20 detrás).
Los frenos son de disco a las 4 ruedas, ventilados los delanteros, con ABS (+EBD) de serie, eficaces y de buen tacto. Durante nuestra toma de contacto (sólo con el 2.0, única versión disponible en la presentación) pudimos apreciar el buen trabajo realizado en confort e insonorización, así como su dinamismo rutero, con una elasticidad motriz impropia de un motor de gasolina.