CONTACTO
La primera impresión que tiene uno al subirse al Freemont con este acabado, es el de estar ante un interior de una gran calidad y excelente factura, que poco tiene que ver con el del Dodge Journey del que deriva. La posición de conducción es buena, con una excelente visión de la carretera, y el cuerpo queda perfectamente recogido por los asientos de cuero, que además nos han parecido, en esta primera prueba de contacto, muy cómodos.
Por carretera el coche se siente seguro y aplomado, y los 150 kilos que pesa de más esta versión con respecto a la equivalente en tracción 4X2 y cambio manual, no parecen un problema para la mecánica.