Ferrari 250 GTO
Nuevo récord en el mundo de las subastas de coches clásicos. Para no variar, Ferrari ha sido la marca que lo ha logrado al materializarse la operación en 28,5 millones de euros el pasado fin de semana en una subasta celebrada por la casa Bonhams en Pebble Beach (California, USA). El coche, cómo no, un 250 GTO, del que algunos especialistas habían pronosticado que se vendería por un precio muy superior, pues el alcanzado sólo supera en medio millón de euros el que registró hace dos años otro 250 GTO. Y es que, fuera de las subastas –donde el precio sí se hace público y es real- se dice que el año pasado otro 250 GTO cambió de manos 38 millones de euros, lo que le convertiría en el coche más caro de la historia. Ahora bien, las compras entre particulares pueden esconder alguna trampa.
En cualquier caso, ya advertimos a finales del año pasado, con datos de prestigiosos estudios, que el mundillo de las subastas de coches clásicos de alto nivel está en alza, y cada vez se recauda más en estos elitistas eventos. De hecho, otros tres Ferrari de las series 250 (aunque en estos casos no GTO) alcanzaron cotizaciones de varios millones de euros en esta misma subasta del pasado fin de semana; e incluso en otra subasta realizada este mimo fin de semana muy cerca de ahí, en este caso por RM Auctions, otro “cavallino” –un 275 GTB/C Speciale- se adjudicó por 18 millones de euros.
Con esta operación la casa de subastas Bonhmas supera su propio récord alcanzado el año pasado en esta misma cita cuando vendió por 22 millones de euros el Mercedes W196 de Fómula Uno que pilotaba Fangio. Pero vamos a centrarnos en el 250 GTO y en esta unidad concreta vendida este fin de semana, la que lleva el nº1 de chasis 3851GT y la matrícula Mo 80576. Del coche en sí poco nuevo podemos decir, un bólido que en los 60 era el coche más rápido del mundo, pues gracias a su motor V12 del 300 cv combinado con un peso de poco más de 1.000 kilos alcanzaba los 280 km/h.
La unidad subastada se vendió nueva en septiembre de 1962 al piloto francés Jo Schlesser, quien la adquirió unos días de estrenarla en el Tour de France, prestigiosa prueba en la que finalizó segundo. Tras pasar por otros pilotos y tener accidentes de consideración, el empresario italiano y entusiasta de Ferrari, Fabrizio Violati, fue el propietario de esta joya durante 49 años, hasta que su muerte en 2010 propició que sus herederos se deshiciesen de su colección. Esta unidad fue la número 19 de las 39 construidas (36 de la primera serie) y ha estado mantenida de forma muy escrupulosa por la misma casa Ferrari. Estaremos atentos a ver cuando dura este récord de 28,5 millones.