Uno de esos días que entristece a todos los amantes de los automóviles ha llegado, y es que aunque nunca estuvo en territorio mexicano, el Chevrolet SS es un excelente exponente de los sedanes con todo el poder del músculo australiano.
Aunque tal vez te resulte difícil de creer pero es cierto, Australia es experto en motores V8 instalados en cuerpos de tres volúmenes de cuatro puertas, solo basta ver a la subsidiaria de GM en aquel país, Holden, para poder entender lo mucho que esa cultura ofrece de acuerdo estos automóviles.
Sin embargo, debido al ya anunciado cierre de la planta de Holden el próximo octubre, la marca ha dejado de recibir pedidos del SS en febrero pasado y hace solo unos días salió lo que sería el último ejemplar de este tipo de vehículos.
Se trató de un SS color negro, aunque lo más importante eran los elementos que lo hacen un ejemplo a seguir de la vieja escuela: tracción trasera, transmisión manual y el motor V8 LS3 de 6.2 litros con 408 caballos de fuerza, heredado del Corvette de generación anterior (C6).
El dueño del último de todos los Chevrolet SS pidió al equipo que fabricó su auto que firmara la parte de abajo del cofre como muestra de agradecimiento, petición a la que todos accedieron con felicidad.
El Chevrolet SS siempre fue considerado como un auto de nicho, dirigido específicamente a los amantes de esta configuración de alto poderío dentro de un sedán.
Solo en los Estados Unidos llegaron a exportarse casi 13 mil ejemplares desde que comenzó a producirse en el 2014; aunque la fábrica de Holden también llegó a exportar alrededor de 41 mil Pontiacs G8 y un poco más de 31 mil Pontiacs GTO.