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Es impresionante la evolución que han experimentado los franceses de Citroën con sus últimas creaciones de automóviles en todos los segmentos, que inició con el lanzamiento de unos monovolúmenes de altísima calidad y de una apariencia inmejorables, y posteriormente con el de la berlina media C5 que escala unos cuantos peldaños en el baremo de calidad para acercarse notablemente a los modelos más premium del segmento. Y lo llamamos berlina media porque todavía hay un Citroën más alto de gama y ligeramente más grande, el C6, pero no porque las dimensiones del nuevo C5 sean precisamente recatadas, con casi cinco metros de eslora en cualquiera de sus dos versiones Sedán o Tourer.
Pues sí, es cierto que el nuevo C5 está dando mucho que hablar entre el público y bien merecido lo tiene con un producto de gran calidad que se acerca más que nunca a la élite de su segmento con argumentos de peso tanto en materia de confort y seguridad como en lo que respecta a los motores que lo mueven, con potencias que abarcan desde los 136 cv hasta los 207 cv en configuraciones de cuatro cilindros y 6 cilindros en V, sin renunciar en absoluto a la funcionalidad y practicidad exigibles a un coche de su segmento.
Para nuestra prueba hemos optado por una motorización diésel intermedia 2.2 HDi de 173 cv combinado con el acabado alto de gama Exclusive para que se pueda apreciar la gran cantidad de tecnología que puede incluir un C5 de nueva generación. Esta unidad cargada con gran cantidad de extras se coloca en los 32.190 euros, un precio que a simple vista puede parecer elevado pero teniendo en cuenta sus refinamientos frente a la competencia, se coloca junto con el Honda Accord Tourer y el Mazda 6 Wagon entre los más interesantes del segmento en relación calidad/equipamiento/precio.