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CALIDAD DE VIDA
Cuando alguien piensa en la compra de un vehículo grande y muy cómodo normalmente se acuerda de las berlinas de representación de las prestigiosas marcas alemanas. El problema, su elevado precio. Pero no se desanimen. Actualmente las berlinas denominadas medio-altas de marcas generalistas están creciendo, y el grado de confort alcanzado cada día es más elevado, tanto, que en algunos casos la calidad de vida a bordo es incluso mayor que la que ofrecen algunos automóviles de categoría superior.
Uno de los mejores ejemplos de esta evolución lo encontramos en el Citroen C5, modelo que reúne numerosos y apetitosos ingredientes para alcanzar, o superar, el éxito del anterior Citroen Xantia. La versión 2.0 16v HPI Exclusive ofrece, por cuatro millones de pesetas, un gran espacio, excelente comportamiento, buenos niveles de equipamiento y sobre todo comodidad, mucha comodidad.
Enrique Marco, Autocity.
14 de agosto de 2001.
Diseño
DISEÑO
Comenzando por su carrocería vemos como la talla del C5 es elevada, resultando una de las berlinas más grandes de su categoría, sólo superada en longitud por el Ford Mondeo y el Volkswagen Passat. La gran altura es otra de sus particularidades, y en esta cota ningún otro rival le supera. De esta forma, con unas medidas de 4,62 metros de largo, 1,77 de ancho y 1,48 de alto, el espacio disponible para el habitáculo es amplísimo y en él pueden viajar cómodamente cinco adultos erguidos. Otro detalle más, enfocado al confort y a la practicidad de uso, es el del portón trasero, que si bien le hace parecer un elegante y convencional modelo de cuatro puertas, en realidad es un cinco puertas con un maletero de 456 litros ampliable a 1.310 litros (con los asientos posteriores abatidos). Por lo demás, el diseño de la carrocería consigue un buen coeficiente aerodinámico aunque su línea no aporta nada novedoso y puede parecer algo descafeinada. La seña de identidad de la marca Citroen la encontramos en el frontal, con unos grupos ópticos de generoso tamaño similares a todos los modelos de la marca francesa.
Nada más acceder al interior del C5 se percibe la elevada categoría del coche, algo que se ve acentuado si le añadimos todos lo extras que llevaba nuestra unidad de pruebas (tapicería de cuero, navegador vía satélite, pack de funciones automáticas…). Los asientos parecen butacas de salón y, aunque algunos podrán decir que los prefieren más duros, lo cierto es que son comodísimos. Volante de cuero, inserciones en madera, pantalla multifunción… son detalles que juntos consiguen un toque exquisito y lujoso. Además, el lujo no está reñido con lo práctico y en el C5 encontramos diversos compartimentos, toma de corriente o guantera refrigerada, elementos que facilitan la vida a bordo.
Equipamiento
EQUIPAMIENTO
La versión Exclusive trae de serie todo (o casi todo) lo que debe llevar una berlina como esta: ABS con repartidor electrónico de frenada, sistema de ayuda al frenado de urgencia, airbags frontales delanteros, airbags en las puertas delanteras, airbags de techo delanteros y traseros, climatizador automático, pantalla multifunción con ordenador de a bordo, radio-CD con mandos en el volante, retrovisores eléctricos y abatibles automáticamente al cerrar las puertas, volante de cuero regulable en altura y profundidad, encendido automático de luces de emergencia al frenar fuertemente, sensor de lluvia, encendido automático de las luces, regulación eléctrica de los asientos, detección de neumáticos poco inflados, lámparas de xenon y llantas de aleación.
Con este equipamiento tan extenso ¿por qué decimos todo o casi todo? pues porque no lleva algo frecuente en su categoría: los controles de tracción y estabilidad. No obstante, y como veremos en el apartado de comportamiento, esto tampoco se convierte en una falta grave gracias a sus ‘otras’ virtudes. Como extras más destacables, la unidad probada incorporaba el navegador (312.000 pesetas) y la tapicería de cuero (260.000 pesetas), quedando por 4,6 millones un vehículo realmente completo.
Motor
MOTOR
Aunque hoy día parece que los motores turbodiesel despiertan un interés mayor, Citroen no ha descuidado su gama de gasolina y, junto a los 2.0i de 138 cv y 3.0V6 de 210cv, ofrece el nuevo motor 2.0i 16v HPI. Siguiendo los pasos de Mitsibitshi y su GDI, la marca francesa presenta una importante evolución sobre el conocido bloque de cuatro cilindros con culata de 16 válvulas basada en un innovador sistema de alimentación por inyección directa que consigue una reducción de cerca del diez por ciento en consumo de combustible y aumentando ligeramente las prestaciones.
Comparado con del 2.0 convencional, que cuesta 240.000 pesetas menos a igualdad de equipamiento, el HPI acelera de 0 a 100 km/h en dos décimas de segundo menos, alcanza 2 km/h más de velocidad punta y, sobre todo, consume 0,8 litros menos cada 100 km como media. De esta forma, con 143 cv a 6.000 rpm, el C5 2.0 HPI llega a 210 km/h de velocidad punta y pasa de 0 a 100 km/h en 9,6 segundos, consumiendo 7,5 litros cada 100 km como media. Lo cierto es que son unas prestaciones bastante buenas para tratarse de un coche que pesa 1.325 kilos en vacío. En marcha, las sensaciones que produce son las esperadas en un vehículo de su segmento y potencia y, unido a un cambio de desarrollos medios, el C5 se desenvuelve con soltura aunque sin grandes alardes de potencia. Por último, el equipo de frenos responde perfectamente gracias a la ayuda en el frenado de urgencia, resultando potentes y dosificables.
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
Hay algo que sobresale por encima de todo y debe decirse antes de nada: el C5 es una de las berlinas más cómodas del mercado (incluidas las de segmentos superiores). La combinación de las espaciosas y mullidas butacas y la eficacia de su sistema Hidractiva 3 hace del nuevo Citroen un automóvil con el que los kilómetros pasan sin darse cuenta. Si a esto le unimos la buena insonorización del habitáculo de la que hace gala, sólo podemos encontrar un pequeño defecto en él… ¡habrá que tener cuidado para no dormirse!
Lo del comportamiento del C5 es de sobresaliente, aunque también tiene sus detractores. Los argumentos de los que critican el sistema de suspensiones de Citroen se basan en que ‘no se siente la carretera’, cierto, pero esto no es un defecto ya que en ningún caso se tiene la sensación de perder el control. El sistema Hidractiva 3 aúna dos virtudes difíciles de combinar. Por una parte el C5 muestra unas reacciones suaves y progresivas y por otra, cuando se acerca a los límites, se comporta como un coche muy dinámico. Esto sólo es posible con su sistema de amortiguación hidroneumática inteligente, técnica que comenzó en 1989 con el XM y que presenta ahora su última evolución. El funcionamiento es sencillo de explicar: El tarado de amortiguación es bastante blando, con lo que se consigue gran comodidad viajando de forma relajada, pero, cuando se detecta un paso por curva muy rápido o una frenada fuerte, la gestión electrónica endurece la amortiguación y el C5 pasa prácticamente plano en los giros y casi no cabecea en las frenadas. Tan buena es la estabilidad del C5 que ni siquiera se ha tenido que recurrir a enormes neumáticos, como es habitual hoy día, bastándole unos 195/65 R15. Por si fueran pocas ventajas, Citroen anuncia en su libro de uso que el sistema no requiere mantenimiento durante cinco años o 200.000 kilómetros.
En la práctica es posible variar la altura de la carrocería manualmente, aunque este reglaje también se efectúa automáticamente en función de la velocidad. En cualquier caso esto ya no es ninguna novedad pero sí lo es la posibilidad de elegir entre suspensión ‘normal’ o ‘sport’, cuya diferencia, como es lógico, radica en un endurecimiento de los amortiguadores en el modo ‘sport’.
Competidores
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