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JOVEN Y DINAMICO
Citroen lanza su tercer modelo utilitario desarrollado a partir de la misma plataforma, de la cual ya se han beneficiado el C3 y el C3 Pluriel. En este caso se trata de un chasis ‘acortado’ -para ganar agilidad- y de una carrocería más pequeña, con la que desenvolverse entre el tráfico de las grandes ciudades resulta tarea fácil. Además, tanto su estética como su puesta a punto, apuestan por un estilo joven y dinámico.
En España el nuevo Citroen C2 se comenzará a vender el próximo día 10 de septiembre, a unos precios que oscilarán entre los 10.400 euros de la versión básica y los 14.450 euros de la más evolucionada. Poco después se venderá también en el resto de países no comunitarios y de fuera de Europa. En principio se ofrecerá una gama de tres mecánicas de gasolina y una turbodiesel, dos tipos de cambio de marchas y una única carrocería de tres puertas y homolgada para cuatro personas.
Durante la presentación internacional a la prensa pudimos comprobar las cualidades dinámicas del nuevo ‘cachorro’ de Citroen, el cual gana muchos enteros en agilidad y placer de conducción respecto al C3. De hecho, no hay que olvidar que del C2 se van a desarrollar diferentes versiones de competición. Ya con el modelo convencional observamos una mayor firmeza de suspensiones y un tacto más directo, pero al subirnos al VTR la diferencia se multiplica, resultando éste muy divertido y eficaz.
El C2 1.6 VTR de 110 cv va asociado obligatoriamente al cambio Sensodrive, el cual obsequia con un ‘plus’ de exclusividad y ambiente racing (cambio mediante palancas en el volante), aunque pierde tiempo en aceleración. Por su parte, el 1.4 HDi de 70 cv es un ‘mechero’ que se desenvuelve con soltura y nos pareció, en conjunto, muy equilibrado.
Enrique Marco, Autocity
5 de Septiembre de 2003
5 de Septiembre de 2003
DISEÑO Y EQUIPAMIENTOS
Aunque se parte de la misma base, y ambos pertenecen al segmento de los utilitarios, las diferencias entre el C3 y el nuevo C2 saltan a la vista. Al margen de las medidas y del número de puertas de la carrocería, el estilo es totalmente diferente. Suave y redondeado en el C3, y agresivo y con algunos trazos rectos en el C2; lo cierto es que el perfil de cliente de uno y otro vehículo difiere considerablemente. Este comentario que estamos haciendo, cobra mayor relevancia si en la versión de C2 que nos fijamos es la VTR. En este caso estamos ante un verdadero ‘GTI’, con sus spoilers aerodinámicos, pequeño alerón trasero, abultados pasos de rueda, llantas de aleación de 16 pulgadas y neumáticos de perfil muy bajo, salida de escape cromada, etc. El conjunto no puede ser más atractivo y sugerente, y sin duda hará las delicias de los entusistas del anterior Saxo VTS -modelo al que sustituye- y que tan desencantados habían quedado con el diseño formal y civilizado del C3.
En el interior, aunque el salpicadero es común a C2 y C3, el color negro del modelo pequeño le hace más deportivo, y la alegre combinación de tonalidades de guarnecido de puertas, tapicería y palanca de cambios, le otorgan cierto aire desenfadado. En cuanto a habitabilidad, las plazas delanteras son muy cómodas para todas las tallas, pues hay espacio sobrado y tanto volante como asiento permiten múltiples regulaciones. La fila trasera alberga dos asientos independientes, y si bien en ellos no viajarán nada cómodos los pasajeros de gran envergadura, estos asientos pueden ser movidos, plegados o recogidos dependiendo de las necesidades de uso de cada momento. Además, estas variaciones de configuración se realizán de forma fácil y rápida. El maletero, cuyo portón se abre en dos partes, puede tener una capacidad de 166 a 224 litros sin r?G?Gecoger los asientos, y de hasta 879 litros si los plegamos completamente.
Por lo que se refiere a equipamientos, las diferencias entre los distintos niveles radican principalmente en las tapicerías, spoilers, llantas, etc; ya que buena parte de los elementos de seguridad y confort son opcionales en todos los niveles. Ésto es bueno en parte, pues cada uno se puede configurar el coche como desee, anque de esta forma, los precios, que a priori son muy competitivos, se encarecen al completarlos con elementos hoy casi imprescindibles como el ABS o el climatizador. No obstante, habrá que esperar a conocer las ofertas de lanzamiento a las que tan acostumbrados nos tiene la marca francesa.
CONDUCCION
Tres motores de gasolina y uno diesel (del cual se espera que acapare un 44% de las ventas) componen la gama inicial; aunque más adelante podría completarse con más motorizaciones o diferentes versiones. Además del 1.1i (ver ficha), el 1.4i de 75 cv puede escogerse con cambio manual o Sensodrive, mientras que el 1.6i 16v de 110 cv esta disponible únicamente con cambio Sensodrive (automático de cinco velocidades con función secuencial mediante palancas en el volante). El motor 1.4 HDi de 70 cv sólo puede ir con cambio manual de cinco velocidades. Éste ofrece unas cifras de consumo muy contenidas: 3,6 l/100 km en carretera y 5,1 l/100 km en ciudad, lo que hace una media ponderada de 4,1 l/100 km. Además, las prestaciones, sin ser espectaculares, como es lógico, no defraudan. Gracias a su ligereza, el C2 1.4 HDi acelera de 0 a 100 km/h en 13,5 segundos y alcanza una velocidad de 166 km/h. Los precios del HDi oscilan entre 12.150 y 12.850 euros.
Tras conducir los Citroen C2 1.4 HDi Exclusive y C2 1.6 16v VTR, y comparar sus reacciones con las que nos produjo el C3, podemos extraer varias conclusiones. En primer lugar, ya el HDi Exclusive ofrece un comportamiento más ágil y de tacto directo que el C3 con idénticas especificaciones; mientras que por prestaciones y consumos vence el C2, aunque no por mucha diferencia (lógicamente la gran ventaja del C3 radica en la habitabilidad y el espacio de carga).
Sin embargo, en el caso del C2 1.6 16v VTR, las diferencias son todavía más obvias. Con él se pueden experimentar verdaderas sensaciones de ‘GTI’: suspensiones firmes, motor que empuja mucho y bien, sonido algo elevado… y una particularidad, la del cambio Sensodrive con mandos en el volante. Este sistema tendrá sus defensores y detractores, ya que por una parte nos ofrece comodidad y la exclusividad de pasar de una marcha a otra como lo hacen los pilotos de F1, pero por otra le penaliza en aceleraciones, ya que una marca de 10,9 segundos para pasar de 0 a 100 km/h es elevada para un coche de su peso y potencia.