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CHYSLER VOYAGER 2.5 CDR SE
LIDER NATURAL
LIDER NATURAL
Por Enrique Marco, Autocity.
27 abril de 2001.
El Chrysler Voyager es uno de esos vehículos que han hecho historia. Fue el precursor del segmento de los monovolúmenes y desde entonces, mantiene un liderato en ventas que le ha llevado a producir nueve millones de unidades.
Para continuar con esta trayectoria de éxitos, y ante la variada y competitiva oferta actual, Chrysler afronta el nuevo siglo con la recién estrenada cuarta generación de su modelo estrella. El Voyager de hoy presenta un aspecto más robusto y compacto, un interior versátil y espacioso y un nuevo motor turbodiesel de última generación: el 2.5 CRD. Todos estos argumentos son válidos para estar entre los mejores pero, como veremos más adelante, la ventaja que obtiene en unos apartados la pierde en otros no menos inportantes.
Diseño y Equipamiento
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
El diseño ha variado considerablemente, sobre todo en el frontal, que ya no tiene un perfil tan afilado como el de la anterior generación, resultando ahora menos llamativo aunque de aspecto más robusto. La parrilla delantera es de grandes dimensiones y está flanqueada por unas ópticas dobles carenadas. En el interior los cambios afectan principalmente al cuadro mandos, que estrena esferas de fondo blando y estilo retro. Por lo demás, el salpicadero sigue teniendo ese típico aire americano en el que abundan los botones, luces y mandos. Aunque hablando de abundancia, los compartimentos para dejar objetos y posavasos se encuentran por todo el habitáculo, aportando practicidad y comodidad.
La versión probada contaba con el nivel de equipamiento SE, en el que se incluye: airbag para conductor y pasajero, airbags laterales, aire acondicionado, frenos ABS y radiocasete RDS con seis altavoces como elementos más importantes. Para lujos y detalles exclusivos se ofrece la versión LX, cuyo precio se incrementa en más de un millón de pesetas.
Conducción
CONDUCCION
A la hora de la verdad el funcionamiento del motor CRD en la pesada carrocería del Voyager nos da un de cal y otra de arena. Los primeros compases no son nada halagüeños y para empezar a mover el vehículo hay que acelerar con decisión y no dejarlo caer mucho de revoluciones. Esto perjudica al agrado de utilización sobre todo en ciudad. Todo lo contrario sucede al circular por carretera a regímenes medios y altos, donde el Voyager 2.5 CRD demuestra un poderío inusual para un vehículo de sus características. Mantener velocidades de crucero elevadas es sumamente fácil, incluso cuando el terreno se pone cuesta arriba.
El bastidor del Voyager sigue estando orientado hacia un uso en carreteras rectas y llanas. Si bien a ritmo tranquilo su comportamiento resulta cómodo, en cuanto se aumenta la velocidad los balanceos de carrocería y transferencias de masas comienzan a ser acusados, asustando un poco al conductor e invitando a reducir la marcha. Comparado con el modelo anterior, éste ha mejorado un poco pero continua resultando muy ‘blando’ para nuestras carreteras.
Rivales
Competidores Modelo Potencia Maletero Precio Citroen Evasion 2.0 HDI SX 110 CV 340 l. 4.446.000 Fiat Ulysse 1.9 JTD EL 110 CV 340 l. 4.600.000 Ford Galaxy 1.9 TDi Trend 115 CV 266 l. 4.665.000 Lancia Z 1.9 JTD LX 6 plazas 115 CV 340 l. 5.225.000 Peugeot 806 Port Aventura 2.0 HDI 110 CV 110 l. 4.549.000 Renault Espace 2.2 dCi 130 CV 275 l. 4.895.000 Seat Alhambra 1.9 TDi Signa 115 CV 256 l. 4.675.000 Volkswagen Sharan 1.9 TDi Comfortline 115 CV 256 l. 4.892.000
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