Chrysler 300C

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GRANDE, COMODO Y MUY AMERICANO

Estos días empieza la comercialización en Europa del Chrysler 300C, una berlina de gran personalidad y tamaño para rivalizar con las marcas continentales. Todo un representante del genuino carácter muy americano. Y no es que el 300C esté superado técnicamente o que se trate de un coche para nostálgicos, sino más bien todo lo contrario. El ‘revival’ están de moda, en la ropa, los complementos y la música, pero también en mucho otros aspectos del diseño se vuelve la vista a décadas pasadas.

  Chrysler se está ganando una imagen muy interesante como marca diferente, con diseños personales y cuidados al detalle que evocan tiempos en los que las reglas estrictas de la aerodinámica y la estandarización no habían calado en el mundo del automóvil. Tiempos en los que la personalidad era un fin del diseño tan importante como la eficacia, y que ahora recupera y hace propios con creatividad, un poco de barroquismo y la tecnología y respaldo de Mercedes Benz. El 300C resulta diferente y hasta chocante por lo macizo de sus rasgos, los paneles rectos y musculosos de la carrocería y la estrecha superficie acristalada insinúan robustez, aunque parecen indicar poco espacio interior. Un error óptico. El 300C posee tanto espacio en las plazas traseras como una gran berlina tipo BMW Serie 7 o Mercedes Clase S. Las plazas delanteras se basan en excelentes butacas, muy cómodas y tapizadas en cuero con regulaciones eléctricas que se extienden hasta el volante y un puesto de conducción sobrio que trasmite solidez.
La escasa altura del parabrisas contribuye a evitar deslumbramientos y la acumulación de calor por insolación. Bastante ergonómico y con buenos materiales, el salpicadero es muy clásico y elegante. El maletero ofrece 504 litros (ISO), una capacidad correcta en una categoría en la que a pesar del tamaño lo normal es que se ceda espacio para los pasajeros en detrimento en ocasiones de los equipajes.
Los amortiguadores trabajan muy bien de cara a la comodidad, en línea con una insonorización muy correcta y la ausencia de ruidos aerodinámicos, uno de los puntos débiles habituales de los coches llegados del país del tío Sam (si pasas de 70 millas, pasas la noche en la cárcel, así que por encima de esta velocidad no suelen darle importancia a los silbidos que no sean de sirena…) que en este caso está bien resulto.
Chrysler ha vuelto a la propulsión en sus modelos de carácter y gran tamaño. Una berlina de cinco metros (4.999 mm.) y 3.048 milímetros de batalla suele ser un trasto con tracción delantera, y el 300C disfruta con un comportamiento más preciso y ágil gracias a que las ruedas traseras se encargan de trasladar la potencia al suelo. La plataforma es completamente nueva y las suspensiones independientes en las cuatro ruedas, con un sofisticado sistema multibrazo en el eje trasero. Por supuesto dispone de control de estabilidad, pero sin necesidad de requerir asistencia electrónica el comportamiento es ideal para el carácter de la berlina, que a pesar de las suspensiones orientadas a la comodidad me dio la impresión de ofrecer un muy buen comportamiento a alta velocidad y suficiente respuesta en los cambios de dirección, teniendo en cuenta que el peso va de 1.735 a 1840 kilos según la versión.
Carlos Lera, Autocity
4 de Junio de 2004

Detalles

DETALLES Y PRECIOS

Hay tres motores disponibles, dos con seis cilindros de 2.7 y 3.5 litros heredados del 300M y un gran ocho cilindros en la más pura tradición ‘big block’ americana, con 5.7 l. de cilindrada, 340 caballos a un tranquilo régimen de 5.000 rpm y nada menos que 525 Nm de par máximo a 4.000 rpm. Este motor, denominado ‘Hemi’ en referencia a la familia de propulsores de gran cilindrada de la marca en los años 50, tiene culatas hemisféricas de dos válvulas por cilindro como sus antepasados, pero ahora son de aluminio y aprovecha la tecnología MDS empleada por Mercedes Benz en sus V12 de última generación. MDS viene de ‘sistema de cilindrada múltiple’, y su función es desconectar cuatro de los ocho cilindros cuando no se requiere alto rendimiento. Así se consigue reducir el consumo de un motor bebedor de por sí (inevitable con esa cilindrada) entre un 10 y un 20% y por supuesto también las cada vez más importantes emisiones contaminantes. La medición de consumo ponderada es de 11,4l/100km, una cifra interesante para su tamaño y procedencia. El cambio de marchas es automático de cinco velocidades con función secuencial Autostick.
Los motores V6 de 2.7 y 3.5 litros rinden 193 y 253 caballos respectivamente y consumen 10,8 y 11,1l/100km en ciclo ponderado. Al igual que el V8 cuentan con un árbol de levas por bancada y dos válvulas por cilindro y superan la norma de emisiones Euro4. Trasmiten la potencia mediante una caja de cambios automática de cuatro velocidades sin posibilidad secuencial.

A lo largo de este año también llegará al mercado la versión familiar y un motor diesel de seis cilindros.
Equipamiento y precios
La dotación de serie es extensa en todas las versiones e incluye climatizador, cierre con mando a distancia, equipo de sonido Boston Acoustics y acabados en nogal de California. Los asientos son de cuero en el 3.5 l. V6 y el 5.7 V8 Hemi. Como opciones se pueden incluir el sistema de navegación (2.815 €) y el techo solar (1.280 €) además de la pintura metalizada (330 €). Además del comentado control de estabilidad tiene control de tracción y frenos ABS, y en el interior dispone de airbags frontales y de cortina.
Los precios de las tres versiones que ya están a la venta son muy razonables teniendo en cuenta que otros modelos de semejante empaque y tamaño salen en casi todos los casos bastante más caros, situándose este 300C como opción de berlina de representación a precio de berlina grande.
Chrysler 300C 2.7V6: 37.650 euros
Chrysler 300C 3.5V6: 44.490 €
Chrysler 300C 5.7V8: Hemi 53.465 €

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