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Si queremos ir muy rápido y convertirnos en el centro de atención de la carretera, nos encontramos ante los modelos ideales.
p>Nissan y BMW han creado dos modelos que hacen de la deportividad y de las sensaciones de conducir sus principales rasgos de identidad. Ambos comparten planteamientos mecánicos con clara vocación racing y una estética que podríamos calificar de descarada por lo espectacular y futurista. Con ellos resulta sencillo viajar rápido, muy rápido, pero lo que no resulta tan fácil es pasar desapercibidos.
p> Estos modelos cumplen el canon tradicional de los roadster: carrocería descubierta con capota de lona, habitáculo con dos plazas y configuración mecánica con tracción trasera y motor delantero. Si circulamos bajo techo, el BMW ofrece un rodar más silencioso, pues su capota -con varias capas de lona- aísla de forma mucho más eficaz que la del Nissan, de una sola capa y con una estructura metálica que queda al descubierto en el interior.
p>Si nos decantamos por descapotar, el nivel de ruido y turbulencias que alcanza el interior es elevado, lo que hará realmente complicado mantener una conversación por encima de los 120 kilómetros/hora, velocidad que por otra parte superaremos con pasmosa facilidad.
p>Banda sonora
En el BMW el ulular del viento se acompaña del tradicional sonido motor de la marca, que se caracteriza por ser ‘fino’ y elegante. Por el contrario, el 350 hace gala de un atronador bramido a la altura de un Porsche y sólo superado en decibelios y belleza por los modelos de la factoría Ferrari. Se trata de un sonido bronco y contundente que se libera a poco que rocemos el pedal del acelerador.
En el BMW el ulular del viento se acompaña del tradicional sonido motor de la marca, que se caracteriza por ser ‘fino’ y elegante. Por el contrario, el 350 hace gala de un atronador bramido a la altura de un Porsche y sólo superado en decibelios y belleza por los modelos de la factoría Ferrari. Se trata de un sonido bronco y contundente que se libera a poco que rocemos el pedal del acelerador.
p>Circular a lomos del Z4 es hacerlo en uno de los modelos que mejor representa la esencia BMW de conducción. La simbiosis que se establece entre el conductor y la máquina es tan perfecta que conducir se transforma en un ejercicio muy gratificante. La dirección, rápida, precisa y directa como pocas, se acompaña de un cambio eléctrico en su manejo y de unas suspensiones de tarado firme que permiten conocer perfectamente lo que ocurre bajo nuestro trasero.
p>El 350Z supera al BMW en el tacto del cambio, pero no en el de la dirección, pues no transmite tanta información como la del rival. En cuanto a las suspensiones, los dos se muestran muy eficaces en zonas viradas, aunque en carreteras abiertas y a velocidades elevadas el Z4 transmite más seguridad. Su mayor ligereza hace trabajar con mayor desahogo a la suspensión, por lo que las inercias son mucho menores y la progresividad en las reacciones, mayor. La superior potencia del Nissan -casi 50 caballos- queda en parte neutralizada por el BMW gracias a la diferencia de peso a favor de este último.
p>Pedro Berrio (Car and Driver)