Entre los SUV compactos tan de moda hoy día muchos son los modelos que están marcando las tendencias en el segmento y liderando el mercado gracias a unas calidades excelentes propias de los mejores turismos y a unas aptitudes dinámicas más parecidas a estos que a los todoterreno de los que derivan y a los que se asemejan, aunque realmente no tengan nada que ver. Cierto es que últimamente, con las restrictivas medidas anticontaminación impuestas por el Gobierno en forma de impuestos de matriculación están dañando seriamente las ventas de este tipo de automóviles, puesto que hemos de ser realistas, es cierto que por su volumen y peso y altos consumos son de los que más contaminan del panorama automovilístico actual.
a favorAspecto agresivo y distinguido.Motor portentoso.Agilidad destacable.en contraInercias perceptibles en conducción dinámica.Precio muy exclusivo.Equipamiento de serie algo escaso y opciones caras.
Como líder de este panorama encontramos al BMW X3 que hoy probamos, que resulta ser uno de los preferidos por el público que apuesta por este tipo de vehículos. Y no es para menos, puesto que se muestra en casi todos los aspectos como un Serie 3 elevado que hace gala del excelente dinamismo que caracteriza a todos los modelos de la marca de Munich, así como en espacio útil y capacidad de transporte se muestra prácticamente como un X5. Con un tamaño y una apriencia bastante equilibrados, presenta un diseño continuista con el producto habitual de la marca, que recientemente ha cambiado determinados rasgos exteriores de su SUV compacto X3 para hacerlo más atractivo y dinámico frente a la competencia, entre la que se encuentran modelos más económicos como el Honda CR-V, el Land Rover Freelander II, el Nissan X-Trail o el Toyota RAV4, así como otros que están por llegar, más acordes con su nivel de precios y categoría premium, como el futuro Audi Q5, el Mercedes GLK o el Volvo XC60. Hemos de reconocer que el precio de 57.800 euros del X3, y más el de la versión 3.0sd que nosotros probamos, está muy por encima de la media de su segmento, asemejandose más a los que ostentan los SUV de gran volumen.
La realidad es que ponernos a los mandos del exclusivo X3 es muy diferente a hacerlo en la mayoría de sus rivales, puesto que se diferencia del resto porque pertenece a una marca distinguida y con gran tradición deportiva como es BMW y lo traduce en un dinámico diseño exterior, mientras que en el interior combina magistralmente los mejores materiales y acabados con una habitabilidad, modularidad y un confort excepcionales. Al conducir percibimos rápidamente que conducimos un vehículo de gama alta, tanto por el tacto de su motor diésel de alta cilindrada como por la agilidad y calidad de rodadura de su excelente bastidor que nos hace disfrutar en cada curva.
La imagen del todocamino X3 ha experimentado una reciente actualización hacia el dinamismo, incorporando nuevos rasgos más dinámicos que en la anterior versión. Las zonas de la carrocería que se benefician de estos cambios son fundamentalmente el frontal y la zaga, que lucen nuevos paragolpes en color carrocería con faldones y aperturas centrales que aumentan su agresividad, mientras que se les han añadido protectores de plástico negro en las zonas más expuestas para permitir adentrarse por caminos rurales. Es más, todos los bajos de la carrocería están protegidos con esos plásticos.
El frontal se caracteriza por la omnipresente doble parrilla, de dimensiones cada vez más grandes, compuesta por varillas verticales en color plata satinada y un marco cromado, y flanquedada por unos grupos ópticos carenados también con dobles faros circulares de iluminación bi-xenón. Sobre el capó asoman dos salidas de ventilación a los lados que generan unas marcadas nervaduras que fluyen hasta los faros. El conjunto, visto lateralmente, se presenta bastante elevado sobre el nivel del suelo como buen todocamino, más aún con los raíles del techo de serie, aunque muestra un diseño más fluido y dinámico de lo habitual en el segmento con líneas laterales muy marcadas. Los amplios pasos de rueda albergan llantas de aleación de gran diámetro, en nuestra unidad de 18 pulgadas con neumáticos de 235 mm de ancho, y están enmarcados también con molduras protectoras de plástico, muy adecuadas para este tipo de vehículo. A pesar de su aceptable tamaño, de 4,569 metros de longitud, 1,853 metros de ancho y 1,674 mm de alto, la carrocería es muy aerodinámica y deportiva, coronándose en la zona trasera por un alerón sobre el portón trasero. La trasera elevada presenta un portón de maletero que baja hasta el paragolpes para permitir un buen acceso de carga. Cobran protagonismo unas anchas ópticas de gran colorido y una salida doble de escape.
La dinámica y distinguida imagen exterior se plasma claramente en el interior, con cantidad de exclusivos rasgos propios de los modelos de la casa de Munich, que se caracterizan por su fluidez y serenidad de líneas. El X3 mantiene un fuerte compromiso entre el empleo de materiales de altísima calidad y una funcionalidad y ergonomía destacables. Como es habitual en la marca, la apariencia del habitáculo es bastante sobria pero elegante, con una combinación exquisita de materiales oscuros con molduras en plata satinada en la consola central, en el frente del salpicadero y en los paneles de las puertas, todo con un tacto y una apariencia muy agradable. Los pasajeros inmediatamente disfrutarán de la mejor calidad de acabados, como es de esperar de un vehículo de su categoría y precio. El salpicadero ofrece todo tipo de sistemas electrónicos de confort y seguridad manejables desde mandos colocados al alcance del conductor. Ahí encontramos la pantalla ocultable del navegador y del sistema multimedia i-Drive en la parte superior y ya, en la consola central, el sistema de audio con lector de CD y MP3 y el sistema de climatización independiente. La posición al volante es bastante más elevada de lo habitual en la marca muniquesa, aunque sigue resultando deportiva para la media del segmento.
La habitabilidad y modularidad del X3 queda garantizada por plazas muy amplias donde cinco pasajeros adultos viajarán cómodamente y a todo lujo, sobre todo con la tapicería de piel opcional que llevaba nuestra unidad. Con todos los asientos habilitados, el espacio de carga del maletero es de 480 litros, pudiendo llegar a alcanzar los 1.560 litros abatiendo la fila trasera de asientos.
Como todo buen BMW, el X3 3.0sd es otro ejemplo de cómo se puede conseguir un equipamiento de limusina en un SUV de tamaño medio, eso sí, a base de invertir bastantes euros, puesto que casi todos los elementos son opcionales. Nuestra unidad de prensa es de lo más completo que se puede encontrar en la marca. Lleva asientos deportivos de cuero con reglaje eléctrico los delanteros, sistema de navegación, sistema de audio de alta calidad con control por voz y teléfono Bluetooth, volante de cuero con mandos de audio y control de velocidad, sensores de lluvia, luces y de ayuda al aparcamiento PDC, faros bi-xenón, luces adaptativas en curva, techo de cristal panorámico, paquete deportivo M y espejos retrovisores interior y exteriores antideslumbrantes, entre otros muchos elementos de confort y seguridad.
Lo más espectacular de esta versión 3.0sd del X3 es el impresionante motor diésel de aluminio de 6 cilindros y 3,0 litros de cilindrada que adopta la más moderna tecnología de doble turbo secuencial (Variable Twin Turbo), común con el de su hermano Serie 5 535d, para entregar una potencia aumentada hasta los 286 cv a 4.400 rpm y un par motor de 580 Nm a 1.750 rpm. Con este tremendo potencial, el empuje que sentimos a cualquier régimen es sorprendente, puesto que a bajo régimen actúa un pequeño turbo de bajo soplado y a alto régimen entra en funcionamiento un turbo de grandes dimensiones. Con estas características, puede afrontar cualquier tipo de terreno con la máxima solvencia, incluso las carreteras más reviradas que podamos imaginar como si de un deportivo se tratase, mostrando una polivalencia destacable a medio camino entre un coche de turismo y un 4×4 algo limitado.
Con los datos en la mano, una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos y una velocidad máxima de 240 km/h, podría competir cara a cara con cualquier deportivo que se precie. Con estas cifras y un peso de 1.950 kilos, lo que sorprende es que el consumo medio se quede en tan sólo 10,3 litros reales de media que hemos obtenido en nuestra prueba, mientras que según datos oficiales es de 8,3 litros. Lo más relevante que podemos señalar de este motor es que cuando empuja, impresiona, y mucho. De serie, se combina con un cambio automático de 6 relaciones con opción manual mediante la palanca, con un escalonamiento y una facilidad de manejo excelentes, así como una rapidez de cambio mediante convertidor de par mejorado en un 50% respecto a las cajas convencionales.
El excelente comportamiento en cualquier tipo de trazado del X3, se debe fundamentalmente al sistema de tracción total permanente xDrive, que se encarga de repartir la potencia entre los ejes de forma absolutamente variable y en tiempo real. En condiciones normales, la distribución del par es en proporción 40:60 entre el eje delantero y el trasero, aunque si las condiciones de la calzada cambian o se hacen deslizantes, el sistema xDrive modifica automáticamente esa distribución entre los ejes y las ruedas, pudiendo llegar a entregar el 100% de la fuerza a un solo eje indistintamente.
Toda la electrónica que actúa en tiempo real, como el sistema xDrive, el control dinámico de estabilidad DSC con funciones ampliadas y la electrónica del motor, están controladas e interactúan mediante sensores del sistema denominado gestión integral de chasis (ICM), que trabaja sobre el control de motor, los frenos y el control longitudinal entre los dos ejes para llevar la seguridad hasta límites deconocidos. El control dinámico de estabilidad DSC tiene una serie de funciones ampliadas que potencian los niveles de seguridad, incluyendo el control de tracción DTC (por pirmera vez en un vehícuo con tracción total de la marca), el control dinámico de los frenos, aumentando su capacidad de frenada, el secado de discos mediante el acercamiento de las pastillas, la ayuda al arranque en pendientes, el ABS, el control de descensos HDC, el estabilizador de remolques o el control de frenada en curva CBC.
Todos estos controles electrónicos vienen a trabajar junto a un chasis excepcional desarrollado por BMW para el X3, de una gran rigidez y bastante aligerado, que ofrece la relación perfecta entre seguridad y eficacia. Esto es gracias a una configuración de suspensión independiente en ambos ejes, con sistema McPherson delante y Multi-link o multibrazo detrás, que además puede incorporar una suspensión deportiva opcional que endurece aún más la amortiguación y acorta la altura de los resortes helicoidales, brindando a los pasajeros un comportamiento muy deportivo y dinámico, adecuándose al espíritu de la marca.
En definitiva, el X3 se presenta cada vez más como un X5 a escala, con una apariencia y unas características dinámicas muy parecidas a las de aquel, en un tamaño más reducido y a un precio bastante inferior, con lo que se convierte en una opción muy interesante como SUV de alta gama.