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LA TERCERA VIA
La gama diesel de la Serie 5 de BMW se compone de tres opciones: 520d, 525d y 530d. La existencia de tres modelos motiva que el intermedio quede comercialmente un poco solapado por sus compañeros. El público que busca acceder a la gama encontrará una opción interesante en el 520d (136 caballos y 5.600.000 pesetas) mientras que el amante de las prestaciones diesel tendrá la vista puesta en el 530d (193cv y 6.800.000ptas.). En medio se encuentra nuestro protagonista, el 525d (163cv y 6.300.000ptas.).
En las versiones extremas hay ventajas e inconvenientes. En el motor pequeño, aunque la potencia es suficiente falta algo de punch en las recuperaciones desde bajo régimen. En el todo poderoso 3.0 litros del 530d este problema desde luego no existe, pero a cambio la respuesta es más brusca y menos civilizada a la hora de entregar caballos.
Y ahí está nuestro protagonista, el chico de en medio. Desde una posición solapada es capaz de solventar los inconvenientes vistos en sus dos compañeros, aportar virtudes propias y sobretodo hacer gala de una personalidad más equilibrada.
Carlos Lera, Autocity
11 de Mayo de 2001
11 de Mayo de 2001
Interior
ACABADOS IMPECABLES
El ambiente interior de la serie 5 en general es exquisito, tanto por acabados como por distribución y ergonomía. A pesar de contar ya con algunos años a sus espaldas es completamente actual y las manos parecen ir automáticamente en busca del mando deseado.
La seriedad germana es patente en todos los componentes, lo que supone una extraordinaria calidad de ajustes y materiales. La elegancia la ponen las inserciones de madera de nogal en consola, salpicadero, volante, pomo de cambio y puertas. Los asientos, de regulación eléctrica opcional, poseen un perfecto diseño que permite dejar pasar los kilómetros solo de puertas para fuera. Así mismo ofrecen una buena sujeción lateral en los apoyos, y aunque no se incluye el reglaje lumbar de serie tampoco se hace necesario.
El equipamiento de serie incluye un perfecto sistema de climatización, regulación eléctrica de los espejos retrovisores, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, cierre a distancia con mando a distancia, radio casete con RDS, ordenador de viaje y todo el resto de pequeños pero agradables accesorios que son de esperar en un coche de estas características y precio.
En cuanto a la seguridad no se pueden realizar críticas al equipamiento de serie. La única laguna puede ser la ausencia del sistema de control dinámico de estabilidad DSC, disponible como extra con un sobreprecio de 95.000 pesetas que puede resultar un desembolso rentable. Por lo demás posee airbags frontales y laterales en las plazas delanteras, con la posibilidad de incorporarlos también en las traseras, ABS y control de tracción ASC+T.
Motor
SOBRESALIENTE
No creo aventurado decir que el motor que equipa el 525d es el más virtuoso de la Serie 5 en diesel. Y esto es decir mucho sin duda, pues el dos litros destaca entre los de su cilindrada por rendimiento lo mismo que el 3.0. Este además de buen rendimiento ofrece un plus de suavidad y consistencia muy especial. El más elegante (si se me permite emplear este adjetivo para un motor) de la gama.
El seis cilindros en línea dotado de inyección directa y turbo con intercooler es una delicia de suavidad y recuperación. La potencia asciende a 163 caballos, una cifra considerable, especialmente teniendo en cuenta que el par máximo de 350 Newtons/metro comienza a 2.000 revoluciones por minuto y empuja con extraordinaria eficacia aún en la zona alta del cuentarrevoluciones.
Tan sorprendente como el buen rendimiento a todo régimen es el silencio en el que se envuelve a los ocupantes y también a los peatones. No solo se trata de una insonorización especialmente eficaz de los paneles que lindan con el interior, sino también de un propulsor extraordinariamente acallado por diseño. Lo mismo se puede aplicar a las vibraciones, las cuales no aparecen por ninguna parte independientemente del régimen al que giren los pistones, una característica especialmente favorable de los motores de seis cilindros en línea tradicionales de BMW.
Comportamiento
SEGURO, ESTABLE Y COMODO
El comportamiento de la Serie 5 de BMW es una auténtica referencia dentro de su categoría, con un tren trasero que lo admite todo sin perturbarse lo más mínimo, hasta el punto que siendo tracción trasera de pura cepa desliza antes de morro que de culo. Esta reacción tiene el inconveniente de que en curvas muy cerradas rompe los esquemas de los conductores familiarizados con el comportamiento de este tipo de coches, pero en el resto de trazados imprime seguridad y confianza, asentado en el sistema ASC+T de control de tracción.
Gracias a la dilatada batalla (2830 milímetros) y al escaso peso suspendido de los trenes (trasero de aluminio) BMW se puede permitir el lujo de montar unos amortiguadores suaves sin perjudicar el comportamiento en carretera. Es una muy adecuada elección que para mi gusto particular concuerda perfectamente con el carácter rodador y tragamillas del 525d. En este sentido se trata de un conjunto más apetecible para quienes pasan muchas horas al volante por vías rápidas que el 520d y que el 530d. En ello influye también la monta de neumáticos, muy moderada en el perfil de las gomas y lógica en cuanto a anchura 225/60 15. Resultan cómodos y permiten cierta flexibilidad lateral que se agradece en conducción relajada.
Las suspensiones conjugan como pocas berlinas la comodidad y el buen comportamiento en conducción dinámica, mientras que otros elementos como la dirección (algo dura para ciudad) y los frenos (tacto extraordinario) no admiten tacha.
Mención a parte merece el cambio de marchas, cuyo accionamiento posee las características habituales de la marca: es duro, pero rápido y preciso.
Lo más destacable para mi gusto es lo bien elegidas que están las relaciones de cambio. Para mi gusto particular son ideales, ni cortas ni largas, aunque un poco más de lo primero que de lo segundo, algo que resulta lógico teniendo en cuenta que el elevado rendimiento del motor a todo régimen permite mantener cruceros elevados con potencia a regímenes medios. En quinta es fácil llegar al corte de inyección… pero ya estaremos a 230 kilómetros por hora de marcador (219 reales según las cifras oficiales).
Ficha
FICHA