Historia de BMW en la Fórmula Uno
La retirada de BMW de la F1 ha sido la noticia de la semana. Además de la crisis o de los nuevos proyectos que caminan hacia el ámbito de la sostenibilidad, en la decisión de la marca bávara han pesado también los malos resultados que está cosechando durante la presente temporada, con sus dos pilotos sumergidos en la parte baja de la clasificación general. Pero que la experiencia de este año esté siendo negativa no significa que, en una valoración global, la historia de BMW en la F1 haya pasado sin pena ni gloria; todo lo contrario, pues como suministrador de motores BMW ha logrado importantes y numerosos éxitos. El recuerdo muchas veces es injusto, y quien se haya aficionado recientemente al gran circo de la F1 podría llegar a pensar, de forma muy equivocada, que BMW no ha triunfado en la F1. Un total de 15 temporadas disputadas, un título mundial y 19 victorias es el resultado global de BMW en la F1, unos éxitos repartidos entre las tres principales alianzas que ha tenido: con Brabham, con Willimas y con Sauber. En 2010 la marca alemana ya no estará en la máxima categoría del automovilismo mundial, ni como equipo oficial ni como proveedor de motores; pero sí participará en la élite del deporte del motor, tanto en el Campeonato Mundial de Turismos (WTCC) como en pruebas internacionales de resistencia de diferentes especialidades. Además, también seguirá en el mundo de los monoplazas, promocionando jóvenes pilotos con los Fórmula BMW. Por su parte, es previsible que el equipo suizo Sauber continúe en la F1 con otro dueño y otros motores, pues desde que comenzó su andadura en 1993 ya ha contado, además de con BMW, con motores de Ford, Mercedes o Ferrari; y con pilotos de la talla de Massa o Raikkonen.
Los primeros años de BMW en la F1 llegaron en el esplendor de la era turbo, cuando unos pequeños propulsores de 1,5 litros de cilindrada eran capaces de desarrollar más de 1.000 cv de potencia. Renault fue uno de los pioneros en estos motores turboalimentados, pero pronto llegó BMW para aliarse con el equipo Brabham y comenzar una meteórica carrera hacia la élite. En el primer año de participación –1982– obtuvieron su primera victoria, en el GP de Canadá con Nelson Piquet al volante, y al año siguiente 1983– el mismo piloto brasileño se hizo con el campeonato mundial en la última carrera tras una dura pugna con el Ferrari de Alain Prost. Durante los años siguientes tanto Nelson Piquet como su compañero Ricardo Patrese obtuvieron alguna victoria más, hasta que en 1986 año en el que también suministró motor a Benetton– BMW anunció su retirada de la F1.
Tuvieron que pasar 14 años hasta que en el año 2000 la conocida marca alemana volviese a la máxima categoría, en esta ocasión de la mano de la prestigiosa escudería de Frank Williams. Desde la temporada 2000 hasta la 2005 BMW puso a disposición del monoplaza Williams uno de los mejores motores que existían. En aquella época se competía con los potentes V10 de tres litros de cilindrada y unos 900 cv de potencia, y el corazón BMW fue considerado por la mayoría de los expertos del momento como el mejor propulsor de la parrilla durante algunas de estas temporadas. Tanto el espectacular piloto colombiano Juan Pablo Montoya como el hermano pequeño del kaiser, Ralf Schumacher, lograron varias victorias (un total de 10 entre los dos pilotos), pero la racha victoriosa de Michael Schumacher con el equilibrado Ferrari impidió a Willimas BMW hacerse con un campeonato absoluto. Durante tres de estos años, el español Marc Gené fue el tercer piloto y probador de la escudería, consiguiendo en 2002 y en 2003 el subcampeonato del mundo de constructores.
Tal y como se comentaba en esos años que transcurrieron junto a Willimas, BMW contaba con un brillante propulsor, pero la combinación del mismo con el monoplaza no terminó de funcionar a la perfección. Quizá por ello, la propia BMW quiso participar de forma más activa en el diseño del chasis, y para la temporada 2006 compró el equipo de Peter Sauber. Pero en ese año la normativa cambiaba, y de aquellos potentes V10 (que derivaron en estupendos motores de calle como los del M5 y M6) se pasó a unos descafeinados V8 de 2,4 litros de unos 750 cv de potencia. En su primer año BMW Sauber F1 no cosechó buenos resultados, y en la temporada 2007, con el polaco Robert Kubica y el alemán Nick Heidfeld, las cosas tampoco mejoraron mucho. Sin embargo, en 2008 el equipo se mostró desde el principio como uno de los más fuertes, destacando especialmente el piloto polaco, que logró la victoria en el GP de Canadá, además de otros seis podios, lo cual le permitió llegar a liderar el campeonato del mundo a mediados de la temporada y permanecer hasta las últimas carreras con opciones de lograr el mundial. Finalmente no pudo ser y tanto Kubica como BMW Sauber F1 ocuparon la tercera plaza final en el campeonato de pilotos y de constructores respectivamente.
Un campeonato del mundo en 1983 con Nelson Piquet, 8 victorias en la era Brabham BMW (una de ellas lograda por un Benetton BMW en 1986), otras 10 victorias en la era Willimas BMW y una última victoria en la era BMW Sauber con liderazgo a mitad de la temporada 2008 incluido- no es, ni mucho menos, un mal balance. Como decíamos al principio, los recuerdos a veces son injustos, pues prevalecen los más recientes, y si nos tenemos que atener a esta última temporada los resultados son claramente malos; pero la aportación de BMW a la historia de la Fórmula Uno ha sido más que notable. De hecho, es una evidencia que, tanto a mitad de los 80 como a principios de este siglo, primero con los increíbles 1,5 litros turbo y después con los imponentes 3.0 V10, BMW dispuso de unos de los mejores propulsores de las respectivas épocas. Sólo nos queda esperar que este adiós no sea un adiós definitivo y se convierta en un hasta pronto; y cuando dentro de unos años las cosas hayan cambiado, BMW retorne y lo haga con un motor que se coloque, una vez más, en la cúspide de la F1. El tiempo lo dirá.