La nueva generación del deportivo Serie 6 de BMW ya tiene su versión descapotable o Cabrio, como lo denomina la marca bávara, que ensamblará, distribuirá y comercializará este 2+2 a partir de la primavera del próximo año, después de siete años viviendo de las rentas del modelo anterior. Desde luego el diseño de este cabrio es cautivador desde cualquier perspectiva y con su capota de lona completa las aspiraciones de los compradores potenciales de este tipo de coches. De hecho, es el único que mantiene el toque purista de los roadster de toda la vida. Su competencia más directa, Mercedes y su Clase E Cabrio (a partir de 46.883 ) y Lexus IS Cabrio (a partir de 54.955 ) apuestan por el techo rígido, mientras que Audi y su A5 Cabrio (desde 44.500 ) le dan también una oportunidad a la capota clásica.
La capota en cuestión, accionada eléctricamente, tarda 19 segundos en replegarse y 24 en desplegarse, con la posibilidad de realizar ambas maniobras en marcha con una velocidad de hasta 40 km/h. En función de cómo queramos circular el volumen del maletero oscilará entre los 300 y 350 litros, que es el mismo que el actual Serie 6 Cabrio. Estéticamente, el coche brilla por su morro afilado y estirado con la parrilla delantera clásica y unos faros incrustados en un paragolpes de nuevo cuño, que resuelven unas proporciones muy equilibradas, estirándose hasta la línea de cintura elevada de refinado lujo y deportividad, de apariencia atlética-, para concluir en una zaga de líneas dinámicas y fluidas con unos faros de importante tamaño que invaden la zona central y una doble salida de escape independiente cromada trapezoidal, que sellan la obra maestra. En materia de seguridad, BMW incluye un capó activo para proteger a los peatones en caso de atropello, amortiguando el impacto y que el peatón no choque contra partes duras del motor.
El habitáculo, preparado para dos personas, ofrece un espacio muy justo para dos acompañantes más en la hilera trasera. De todas formas, todos los asientos resultan realmente ergonómicos, conjugando a la perfección con la armonía que aportan los materiales, colores y ajustes de gran calidad. En definitiva, BMW vuelve a crear un ambiente lujoso y de impetuoso dinamismo y funcionalidad de selecto estilo: el tablero orientado hacia el conductor, la pantalla Control Display del sistema de mando iDrive, las salidas centrales de aire y los elementos de mando del sistema de audio y del climatizador, el pomo de la palanca de cambios, las teclas para la activación del freno de estacionamiento, la capota y el sistema de control del dinamismo de la conducción, todo, se encuentra en una superficie rebajada en el lado del conductor y que se abre hacia el lado del acompañante. El monitor de a bordo es, por primera vez, una pantalla independiente, que de serie tiene 7 pulgadas. Si se combina con el navegador opcional Professional, esta pantalla tiene 10,2 pulgadas.
A nivel mecánico, por lo menos inicialmente, estarán disponibles únicamente dos versiones de gasolina: 640i (3.0 de 320 CV) y 650i (4.4 de 408 CV); con un cambio automático de ocho velocidades y, el menos potente de los dos con un sistema de parada y arranque automático del motor. De tal forma que la reducción en el consumo de combustible es bastante reseñable, ya que se pasa en el motor de tres litros a unos 7,9 l/100 km, una cifra muy contenida, podríamos hablar de líder, dentro del segmento. Como buen deportivo, el tipo de conducción estará personalizada al servicio del comprador, ya que, como ocurre en la mayoría de los BMW de gama alta, incluirán un sistema para modificar la respuesta del acelerador, la asistencia de la dirección o el funcionamiento del control de estabilidad y de la caja de cambios.