Volkswagen Golf GTI DSG
Inicio
21 de Febrero de 2005.
Motor y cambio
La base elegida para el Golf GTI se utilizó comercialmente por primera vez hace un par de años en el Audi A3, y sin la ayuda del turbo ofrecía 150 caballos, buena elasticidad y en general un tacto bastante mejor al del primer FSI con 1.6 litros. La versión con turbo de nuestro protagonista vio la luz hace menos de un año, también en su primo el A3. Sobre la versión atmosférica además de la ganancia de un 33% de potencia se ha logrado un aumento del 40% en par máximo y, lo que es más importante, este llega a 1.800 rpm en vez de 3.500, sin que la típica flaqueza de los motores dotados de turbocompresor lo atenace por debajo de este régimen de manera definitiva. Evidentemente no se puede esperar que tan abajo sea un tiro, pero empuja lo suficiente para encaramarse sin demasiado retardo hasta el entorno de las 2.000 rpm., donde el empuje ya resulta francamente bueno. Y es que a pesar de la sobrealimentación la relación de compresión es solamente un punto y dos décimas inferior a la del atmosférico del que parte, y por tanto antes de que entre en funcionamiento la turbina puede defenderse dignamente en la zona más baja del tacómetro. En la zona más alta no es tan excitante como podría serlo un deportivo con motor V6, o incluso con un dos litros de cuatro cilindros atmosférico bien apretado (tengo en la cabeza al Civic Type R) pero como desde mucho más abajo el par es muy alto no necesita estirarse como el Honda para lograr un rendimiento similar, y seguramente más eficaz.
Comportamiento
El comportamiento del GTI casa a la perfección con el carácter de su motor. Tiene suspensiones y neumáticos deportivos, pero sin que por ello el coche se convierta en un bólido radical. Es, incluso, uno de los modernos GTI más cómodos y, para mi gusto particular, el que mejor aúna eficacia y confort. Las suspensiones bajan la carrocería 15 milímetros y cuentan con muelles más enérgicos y amortiguadores más duros, mientras que la estabilizadora trasera gana también en rigidez, concretamente un 20%, y se nota. Las llantas de serie tienen 17 pulgadas de diámetro y 7,5′ de garganta y sobre ellas se montan neumáticos 225/45 código W (en nuestra unidad eran Bridgestone Potenza RE 050). La elección es correcta para las posibilidades del coche y, si bien trasmiten bastante ruido de rodadura, todo sea por el excepcional agarre que proporcionan. En zonas con muchas curvas y aprovechando a fondo las posibilidades del GTI la dirección es precisa y rápida y las inclinaciones laterales de la carrocería mínimas. Al frenar o apoyarse en virajes muy cerrados acusa una ligera tendencia a bajar el frontal, pero sin llegar a dejar la suspensión sin recorrido ni entorpecer claramente el comportamiento. Y es que los amortiguadores son duros, pero no pétreos y gracias a ello se puede rodar muy deprisa manteniendo la calma, sin brusquedades y favoreciendo unos ritmos de crucero muy elevados, porque no fatiga en este ambiente.
Interior y equipamiento
Además de ofrecer sensaciones en conducción deportiva, un buen GTI debe tener elementos que permitan diferenciarlo de otras versiones del mismo modelo. En este sentido el interior del Golf ofrece detalles deportivos pero al mismo tiempo de buen gusto. Los asientos tienen un aspecto excelente, son acogedores y el tapizado de serie recuerda al de los primeros Golf GTI. El diseño de los reposacabezas es de lo mejor, y además de sujetar muy bien el cuerpo son cómodos, aunque de espalda pueden ser algo justos para gente corpulenta. Los relojes llevan cercos sutilmente cromados y unos listones de aluminio recorren todo el interior desde el salpicadero hasta los asientos traseros. El volante tiene el aro grueso, pero sin llegar al exceso, y la parte inferior es plana. Además de resultar muy atractivo tiene un tacto excelente por su acabado en cuero y por lo bien pensado de sus formas, que combinan tramos más finos con otros de mayor diámetro, al tiempo que emplea cuero liso y agujereado de lo mejor del mercado, incluyendo coches mucho más caros. En las unidades equipadas con cambio DSG como la nuestra, tanto los gatillos para manejar las marchas, como los controles del equipo de sonido y la telefonía integrados en los brazos del volante, se ofrecen de serie. Igualmente atractivo es el pomo de cambio, de excelente tacto, y los pedales con recubrimiento parcial de aluminio, que no resbalan porque sobresalen más los tacos de goma.