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PEDIGRÍ DEPORTIVO
No hay ningún compacto tan radical como el Focus RS, una auténtica máquina de quemar adrenalina que recoge la mejor tradición deportiva de Ford. Ya su antepasado, el Escort RS de este reportaje, era capaz de acelerar el pulso a la gran mayoría de conductores con sus cualidades dinámicas.
En este reportaje hemos querido reunir dos coches que, cada uno en su época y separados por 30 años, han acercado al gran público el espíritu y la tecnología derivados de la competición. Se trata de un Ford Escort RS y un Focus RS, ambos emparentados por las siglas Rallye Sport, el sello deportivo de una marca ligada, desde siempre, al mundo de las carreras.
El más veterano de ellos dos es un RS2000 Mk. I de 1973, un automóvil a medio camino entre el más deportivo RS1600 de 1970 y la versión conmemorativa Mexico, también de ese mismo año. El primero rendía 115 CV gracias a una mecánica muy apretada de 16 válvulas, mientras que el segundo, de la misma cilindrada, se quedaba en 86 CV. Ambos tenían unas suspensiones muy duras y un carácter muy deportivo, y resultaban demasiado incómodos y ruidosos para viajes largos, aunque eran idóneos si lo que se quería era prepararlos para competir, tanto en rallyes como en circuitos. Por otro lado, el RS2000, con 100 CV y más par motor a menos vueltas, era más utilizable y estaba enfocado a un espectro mayor de clientes. Más cómodo, gracias a unas suspensiones menos rígidas, también era menos escandaloso.
Pablo Mallo
Fotos: IMG
Escort RS
ESCORT RS MK.I: MUY EQUILIBRADO
Con este coche se podía circular a 110 km/h a 3.700 rpm. Su velocidad máxima homologada es de 177 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h está establecida en 9 segundos, cifras ligeramente mejoradas en esta versión preparada.
El motor sube de vueltas con ganas hasta alcanzar unos 160 km/h en cuarta velocidad, momento en el que gira a 5.700 rpm., que es el régimen en el que entrega toda su potencia. No merece la pena estirarlo más porque el empuje empieza a decaer en la zona más alta del cuentavueltas.
Respecto a los modelos Mexico y RS1600, tiene un comportamiento mucho más neutro y controlable, ya que, aparte de una suspensión mejor equilibrada, el reparto de frenada no está tan orientado a las ruedas traseras, por lo que se puede entrar frenando en una curva sin que se lleguen a producir coleteos del tren trasero, como sí ocurría, de manera algo alarmante, en los otros dos modelos mencionados. Por lo demás, las reacciones son las típicas de un propulsión trasera con el motor situado en posición delantera y su conducción es muy pura.
Focus RS
FOCUS RS: COMPORTAMIENTO DE CARRERAS
Y si hablamos de conducción deportiva, el Focus RS tiene mucho que decir. Pocos coches con tracción delantera, por no decir ninguno, logran un comportamiento tan radical. La puesta a punto de su chasis es digna de elogio, a lo que hay que unir un motor de 2.0 litros turboalimentado, con 215 CV y, lo que es más sorprendente, un diferencial autoblocante para el eje delantero.
La respuesta del motor es lenta por debajo de medio régimen, pero en cuanto el turbo logra inercia empuja con rabia hasta el corte de inyección y las marchas se acaban muy rápido. Si se acelera a fondo es necesario sujetar con fuerza el volante y corregir la trayectoria en ocasiones, por lo que hay que ir muy atento. Gracias al autoblocante se puede acelerar en plena curva y el morro, en vez de tirar hacia fuera, se cierra hacia el interior (algo que acaba exigiendo cierta pericia a su conductor). Este sistema también ayuda a reducir las pérdidas de tracción, que, aun así, son habituales en primera y segunda. Sus reacciones y su agilidad son de lo más eficaz, al igual que la frenada, que es de 160 a 0 km/h en 4,1 seg. La velocidad punta es de 232 km/h y acelera hasta los 100 km/h en 6,7 seg. Es todo un juguete en manos expertas.