Porsche vuelve a apostar por la clásica capota de lona para cubrir su modelo más lúdico: el nuevo 911 Cabriolet.
Porsche ha sido fiel a la filosofía original del modelo, la capota clásica de lona, y se niega a aburguesar su descapotable puro con el funcional techo retráctil rígido por el que tantas firmas están apostando.
Porsche ha sido fiel a la filosofía original del modelo, la capota clásica de lona, y se niega a aburguesar su descapotable puro con el funcional techo retráctil rígido por el que tantas firmas están apostando.
Es la séptima generación del 911 Cabriolet, con el embrujo tradicional de la marca por los coches lúdicos a cielo abierto, pero ahora con un extra de efectividad y estabilidad como los mejores deportivos cerrados.
Un peso aligerado y la optimización de la aerodinámica son dos ganancias perceptibles en este nuevo modelo.
A bordo de este cabrio te sentirás como un verdadero piloto de competición, con unos relojes de orientación sumamente deportiva.
Si elegimos el 911 Cabriolet con cambio automático de doble embrague PDK, unas levas cromadas incrustadas en el mismo volante nos harán la vida mucho más sencilla.
Su accionamiento se realiza a través de un botón en la consola central, tardando en cerrarse o abrirse completamente 13 segundos.
Este ‘cortavientos’ posterior aumenta el confort de la marcha cuando circulamos descapotados. A través de un mando en la consola central se pliega o se despliega.
Su figura es, por primera vez en la historia del modelo, idéntica al 911 coupé del que deriva.
La capota de lona está realizada en magnesio ultraligero, consiguiendo rebajar el peso final del coche en 60 kg respecto al anterior modelo.
Todos los reglajes electrónicos del coche se podrán modificar a través de una consola central en disposición horizontal.
A bordo de este descapotable te podrás sentir como un verdadero marqués, con cuero íntegral y remates de coche ilustre.
Porsche pone a disposición de su clientela un ramillete configurable de interiores y equipamientos, todos ellos de una alta calidad, tanto visual como al tacto.
El 911 Cabriolet, al igual que el 911 coupé, equipa de serie un alerón móvil trasero que automáticamente se regula para ‘pegar’ más al suelo a esta bala.
Nunca fue tan cierta la manoseada frase de ‘lo mejor de dos mundos’. Porque en este 911 Cabriolet (código 991), Porsche ha optimizado muchos de los fundamentos de su precursor (el 997).
Mejora a su antecesor en todo: prestaciones, aerodinámica y consumos.
Circulando a techo descubierto podremos disfrutar de las mejores prestaciones del descapotable 911 Cabriolet de Porsche.