Los problemas que Opel ha tenido en el último año con su matriz, la cada vez menos poderosa General Motors, ha retrasado más de la cuenta la presentación del nuevo Opel Meriva, que vio la luz, por fin, en el grandilocuente Salón del Automóvil de Ginebra, donde pudimos ver un coche más espacioso y robusto que su antecesor, con rasgos en el diseño tomados de sus hermanos mayores Corsa y sobre todo Astra e Insignia-, y con un ADN propio configurado a partir de un interior muy flexible en el que la comodidad y habitabilidad se convierten en una prioridad. También apreciamos detalles de coquetería para presumir a su paso, aunque éstos también sean de gran utilidad en el día a día: FlexDoor, FlexSpace, FlexRail o FlexFix.
Con precios que partirán desde los 15.000 euros, el Meriva se expondrá al juicio definitivo cuando comience a venderse a partir de ya entrada la primavera de 2010. Hasta entonces, lo que podemos afirmar es que nos encontramos ante un movimiento de ruptura de la marca del rayo para no quedarse anticuada. Ahora el Meriva es un coche de mayor rango, con la plataforma tomada del monovolumen grande de Opel, el Zafira, para ofrecer un maletero mayor gracias a una anchura que crece en ocho centímetros. Y es que en el primer vistazo lo que notamos es que este Meriva va más acoplado al suelo: es menos alto, hay más distancia entre ejes, concluyendo que es menos caja que antes y más compacto; más moderno en definitiva.
Un millón de Merivas se han vendido en sus siete años de vida. La intención de esta segunda generación es continuar atrayendo al mismo segmento del mercado: familias jóvenes con hijos y parejas adultas, pero ahora con las innovaciones tecnológicas como bandera. Hay que hablar sin remedio de las puertas que se abren en sentido contrario, a lo Rolls Royce. Desde la marca se especifica que con el FlexDoor se buscaba un sistema elegante, más fácil para acceder y salir del habitáculo, en el que los niños estén más al alcance de los padres. ¿Y por qué no puertas correderas? Pesaban mucho y limitaban el diseño del coche. Lo cierto es que visualmente el resultado está muy logrado: la forma ondulada de la cintura mejora su aspecto, junto a una línea de techo (acristalado) dinámico y deportivo, unos hombros estilizados y las dos manillas de las puertas muy próximas. El FlexDoor, que incluye un asidero para ayudar a salir a los pasajeros de los asientos traseros, es posible gracias al mantenimiento del pilar B convencional que abre casi 90º ambas puertas a la vez.
Por fuera también nos encontramos con el ya clásico portabicis FlexFix de Opel, sobre un portón y una luneta trasera más grandes y con forma de V, además de detalles cromados y una grandes ópticas traseras ovaladas y alargadas hacia la zona central. Mientras que por delante reconocemos rasgos propios del Astra e Insignia: barra cromada muy definida, luces afiladas, unidas por una línea que fluye por todo el frontal, y una parcela de capó más pequeña para acentuar su forma de compacto y hacer más grande la luna delantera.
Y es que uno de los grandes beneficiados en el nuevo Meriva es el conductor, cuyo asiento muy confortable por cierto- es regulable 24 cm en longitud y seis en altitud (igual que en el Insignia), algo sin parangón en esta categoría. Además quien se coloque al volante contará con una visualización de la calzada tremenda, gracias a una optimización en la columna de dirección, incluyendo unos retrovisores que nacen por debajo de la línea de cintura. También agradecerá el conductor una presentación de mayor calidad y la nueva situación de los relojes, ocho centímetros más bajos que antes.
Con tres motorizaciones gasolina y dos diésel que irán entre los 75 y los 140 cv (para más adelante aparecerán dos nuevos propulsores de ciclo diésel), los pasajeros del Meriva contarán con un buen espacio tanto delante como detrás gracias al FlexSpace, que permite abatir toda la hilera trasera sin ningún tipo de problema. La última innovación del Meriva es el sistema FlexRail, unos contenedores intercambiables que se desplazan sobre unos raíles colocados entre las plazas delanteras (el freno de mano es eléctrico), ofreciendo una gran cantidad de espacio y huecos para depositar objetos, un denominador común en todo el Meriva.