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INTERESES ENCONTRADOS
Son los compactos de sus respectivas familias japonesas, y aunque sus aspiraciones son más bien distintas, ambos representan una forma de entender el segmento C alternativa a los grandes constructores del Viejo Continente.
Uno busca un público joven al que le interesa un precio ajustado pero que no está dispuesto a renunciar a ciertos niveles; el otro llama a la puerta de un público más maduro que busca otros alicientes, como el diseño, la calidad o la habitabilidad a un precio razonable. Tanto Mitsubishi Colt como Honda Civic, sin embargo, cuentan con valores suficientes para ser tentación del público del otro , lo que los convierte en competidores reales.
Ambos modelos han llegado recientemente a nuestro mercado, en un momento de gran agitación en el segmento de los utilitarios y los compactos con la llegada de nuevos actores: VW Polo, Ford Fiesta, Toyota Corolla, Citroën C3, Seat Ibiza 2002 Es además éste un tramo del mercado tradicionalmente muy activo y que condensa la mayor parte de las ventas, lo que provoca que las marcas hilen muy fino cuando se trata de atacarlo.
Y no son nuestros dos protagonistas casos excepcionales. Tanto Civic como Colt provienen de dilatadas dinastías: el primero está en su 7ª generación, mientras que el de los tres diamantes va por la 5ª, lo que da una idea de la importancia que otorgan sendas marcas a estos modelos al no dejarlos envejecer más de la cuenta para seguir dando guerra.
EL TAMAÑO SI IMPORTA
¿Quién puede negarlo? Nuestros protagonistas disfrutan de cotas distintas: el Colt se inscribe en los utilitarios grandes (o compactos pequeños), mientras el Civic deja el papel de vehículo eminentemente urbano al tímido Logo y rebasa los 4 metros de longitud para ganar en habitabilidad. Mientras las plazas traseras de éste son suficientes, sin ser generosas, para albergar a dos adultos (tres es ya más justo), las del Colt son definitivamente pequeñas, aunque sorprendentes para tratarse de un vehículo de 3,8 metros de largo. En cuanto al acceso a estas plazas, descubriremos que el del Mitsubishi es mucho más cómodo que el del Honda, dado que el asiento delantero derecho se desplaza también longitudinalmente.
Diseñado en Europa y fabricado en Swindon (Gran Bretaña), el nuevo Honda denota más modernidad en el diseño, dado que se acaba de estrenar. El ‘Mitsu’, en cambio, está diseñado y fabricado en Japón (allí se conoce bajo el nombre de Mirage) y es de 1995, aunque sea en realidad nuevo para nuestro mercado. Sin embargo, podríamos decir que estéticamente resulta más atrevido el Colt que el Civic, que se ha aburguesado bastante en esta generación con respecto a la imagen agresiva y deportiva que se había labrado en anteriores ediciones.
Interiormente, resulta lo opuesto. El Honda es todo modernidad, con un tablero de instrumentos que engloba el cambio de marchas y con acabados efecto aluminio. Los huecos portaobjetos son muchos, generosos y muy bien ubicados, y la consola central está muy inteligentemente resuelta. En el espacio que ocuparía el cambio de marchas, hay un compartimento con tapa en el que cabe una buena colección de CD y que incluye un posavasos corredizo. Esto es así gracias a que el piso interior es totalmente plano, lo que también permite que los pasajeros traseros no tengan que sufrir encogiendo las piernas para salvar el tradicional túnel central por el que transcurren los cables del freno de mano.
El Colt, por su parte, no oculta su origen más modesto, y los acabados no pasan de ser correctos. La calidad de los plásticos no es la mejor, pero cumplen adecuadamente su función. Algunos mandos, como el de regulación de la altura de los faros o el de intensidad de luz del cuadro de mandos, recuerdan más a los potenciómetros de las radios antiguas que al tablero de un vehículo moderno. No es por nada que existe una diferencia de más de 5.000 euros entre uno y otro modelo.
Mecánica
SOL Y SOMBRA
A pesar de que la diferencia de potencia pudiera hacer pensar a priori en una superioridad del Honda (110 CV contra 82), nos vamos a encontrar lo inesperado al probar el Mitsu: más brío, más rapidez de respuesta, más nervio, más respuesta en bajos Evidentemente, no puede con el de la Gran H en velocidad punta, pero desde luego en las distancias cortas como carreteras de montaña o en trayectos urbanos no sólo se le acerca sino que lo supera claramente. El motor 1.6 del Civic es lento de reflejos en bajos y medios, sólo despuntando a altos regímenes (un comportamiento característico del sistema VTEC).
El menor peso del Colt también influye positivamente en el rendimiento del motor, en el consumo y muy marcadamente en el comportamiento dinámico. Se trata de un vehículo muy divertido, seguro y noble que acomete con perfecta homogeneidad los trazados más complejos y capaz de escurrirse como un alevín entre el denso tráfico urbano. Difícilmente le haremos perder el control, de no ser por unos neumáticos de serie con poco agarre. La frenada es muy efectiva, pero aunque le cuesta bloquear, se echa de menos esa tranquilidad que aporta el ABS -ni siquiera opcional- a la hora de pisar el pedal central con energía. Las llantas de aleación opcionales permiten a los discos delanteros respirar a pleno pulmón.
En cuanto al Civic, chocamos con una gran contradicción. Su sistema de suspensión, complejo y en principio más efectivo que el del Colt, no resuelve con garantías el comportamiento del vehículo. Si bien los amortiguadores son de tacto duro, el elemento elástico se ha escogido demasiado blando, y ello compromete la respuesta general del vehículo. En vías rápidas, es muy sensible a las irregularidades y se balancea notablemente, mientras que rodar a ritmos rápidos por carreteras complicadas comporta enfrentarse continuamente a su marcada tendencia sobreviradora. A la hora de trazar curvas, es muy exigente y poco tolerante a las correcciones; por ello, se siente mejor llevado por conductores expertos.
Equipamiento y Precios
EQUIPAMIENTO Y PRECIOS
Para acabar, hablemos de la relación precio/equipamiento. El precio marca claramente las distancias: la diferencia, como decíamos antes, es de casi 900.000 pesetas. Ambos modelos hacen subir la media de sus segmentos en cuanto a equipamiento (coinciden ambos en dejar la pintura metalizada como única opción), pero mientras el Colt se encuentra en el rango medio-bajo de precio con respecto a su competencia directa, el Civic apunta alto, demostrando que busca un público más maduro.
Mientras en el diseño del interior, el Civic se desmarca claramente por moderno y funcional, en el aspecto externo el Colt pasa por delante de un Honda ‘muy políticamente correcto’. El acceso a las plazas traseras es más ágil en el Mitsubishi, mientras la habitabilidad es mayor en su competidor.
Aunque son eminentemente distintos, nos sorprenderá ver que el mayor no llega a comerse al pequeño. Al menos, por esta vez.