La fábrica de PSA Peugeot Citroën de Madrid, la cuna del nuevo Citroën C4 Cactus, tiene más de 60 años, y se ha visto obligada a ponerse al día con las más avanzadas tecnologías para dar respuesta a la tremenda capacidad de personalización del C4 Cactus. De hecho, para Citroën es un lujo contar con este vehículo, pero también un reto a la hora de fabricarlo, puesto que complica notablemente el proceso con hasta 2.500 distintas referencias.
Desde el elegante Blanco Perla nacarado a los coloristas Azul Lago, el Rojo Jelly Berry o el Amarillo Lima, pasando por el aventurero Marrón Oliva, existe un C4 Cactus a la medida de cada persona. Las coloridas vestimentas del C4 Cactus encarnan todo el optimismo que la marca quiere transmitir.
Y sea cual sea su vestimenta, lo que es claro es que el C4 Cactus pone por delante la satisfacción de las necesidades fundamentales de los usuarios, centrándose en lo que realmente importa y ofreciendo tecnologías de última generación útiles e innovaciones prácticas. Esto le ha valido el reconocimiento en 2015 de ‘Mejor Coche del Año en España’. De hecho de serie incorpora la pantalla táctil de 7 pulgadas desde donde manejar toda la tecnología, como una muestra de innovación y sencillez, así como unos originales asientos de tipo banco corrido inspirados en los sofás caseros.
Pero para ofrecer soluciones prácticas, la búsqueda de la eficiencia y la reducción del peso final y de lo superfluo son elementos clave para esta nueva concepción del automóvil que plantea el C4 Cactus. Una política que ha dado sus frutos en apartados como el consumo, resultando el automóvil que menos consume en las pruebas realizadas en condiciones reales de conducción, según el grupo Motorpress Ibérica. Los 4,08 l/100 km logrados por versiones equipadas con el motor BlueHDi 100 han superado, incluso, a modelos híbridos.
En el C4 Cactus todos los elementos cumplen una o varias funciones, nada se ha dejado al azar. Los Airbump son un ejemplo claro de esta iniciativa. Las planchas de poliuretano termoplástico (TPU) protegen la carrocería de las agresiones del día a día, convirtiéndose en una seña de identidad del modelo. Además, desempeñan una función clave en las posibilidades de personalización. Disponibles en cuatro colores (Negro, Gris, Duna y Chocolate), combinan a la perfección con los once colores disponibles de carrocería y con los tres universos interiores (Armonía interior Gris, Armonía interior Habana y Armonía interior Purple).
En este sentido, el C4 Cactus se convierte en una forma de expresar los gustos de sus usuarios, gracias a sus múltiples posibilidades de personalización. Los diferentes colores exteriores se combinan con tres motores de gasolina, dos motores diésel, dos cajas de cambio, seis niveles de acabado, tres universos interiores y la posibilidad de elegir un techo cerrado o el techo panorámico, entre otros elementos, hacen que sea casi imposible encontrar dos C4 Cactus exactamente iguales, puesto que con estas variables salen hasta 38.000 distintas combinaciones posibles.
En opinión de Pablo Puey, director general de Citroën para España y Portugal, “El C4 Cactus encarna la vocación generalista que siempre ha tenido Citroën. Para nosotros generalista no es sinónimo de anodino, de hacer las cosas igual que los demás e igual para todos. Citroën es una generalista que ofrece soluciones únicas en el mundo del automóvil. Es una marca joven, que expresa su creatividad a través de un diseño que combina estética y funcionalidad y que rompe con lo convencional. Recuperamos nuestro histórico espíritu de ser diferentes. Nadie confunde ni un 2 Cv ni un Mehari ni un C4 cactus con otro coche, esa es la prueba”.