Tráfico intensifica esta semana los controles sobre los autobuses escolares
Desde hoy y hasta el domingo, los agentes de la Guardia Civil junto con las policías locales que se sumen a esta campaña aumentarán la vigilancia e inspecciones en los vehículos de transporte escolar, con el objetivo de comprobar las autorizaciones y documentación.
Se prestará especial atención al uso del cinturón de seguridad en aquellos autobuses que lo tengan instalado, el 38 por ciento, según la Federación Española Empresarial del Transporte de Viajeros.
Los agentes verificarán además que las condiciones técnicas y elementos de seguridad del vehículo son los que exige la normativa, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso para conducir o los tiempos de conducción y descanso.
Según el Observatorio del Transporte de Pasajeros por Carretera, alrededor de 17.000 autobuses realizan servicios de transporte escolar, lo que supone el 40 por ciento de la flota privada, desplazando a más de 280 millones de viajeros al año.
Tráfico recuerda que el pasado año se produjo una víctima mortal en un accidente que se registró en zona interurbana. Además, el número de heridos graves ha pasado de 1 a 5 y los heridos leves han aumentado de 50 a 55 en el año 2012, en relación con el ejercicio anterior.
Nueve de cada diez accidentes sucedieron en el momento de subir o bajar del vehículo, o justo en los instantes inmediatos, y en muchos casos se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del transporte escolar, o de los padres.
La velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos.
Está comprobado que a 50 kilómetros por hora, que es la velocidad máxima permitida en vías urbanas, las posibilidades de que un niño sobreviva a un accidente sin ninguna medida de seguridad es prácticamente nula, ni siquiera a poca velocidad se garantiza su supervivencia.
A partir de 2013, todos los camiones y autobuses nuevos de la UE deben contar con un sistema de frenado de emergencia que se active automáticamente cuando detecta la posibilidad de una colisión.
Desde octubre de 2007 tampoco ningún autobús es matriculado si no lleva instalado los sistemas de retención adecuados.