Pocas banderas, mucho cuero y canas en el desfile de 16.000 harleys en Barcelona
A pesar de que la Barcelona Harley Day’s reúne estos días en su quinta edición a miles de motoristas de decenas de países, se han visto pocas enseñas sobre las motos en el ‘desfile de banderas’ que ha recorrido la capital catalana: alguna que otra estelada por aquí, varias rojigualdas por allá, italianas, francesas, otras de la UE (¿?), pero las más visibles han sido las de la propia marca, sin olvidar la tradicional de los orgullosos confederados.
La sensación es que, aunque genuinamente norteamericanas, las ‘harleys’ no entienden de códigos que no sean el suyo: un estilo que atraviesa fronteras y que se repite, con sus adaptaciones locales más o menos acertadas, allí por donde avanza.
El que quiera cambios estéticos entre los seguidores de Harley Davidson que espere primero a que los bancos regalen dinero. Chalecos de cuero, cadenas, remaches, cascos y cruces militares, tatuajes, años cincuenta en general y negro predominante en todo tipo de tejidos.
Antes de que una ‘harley’ blanca customizada con flecos abriera el desfile, que ha salido de las laderas de Montujic, un ‘falso’ Elvis se fotografiaba con unas ‘pin-up’ mientras los centenares de curiosos les fotografiaban. ¡Ah!, me olvidaba, otra de las características de este grupo es cierta tendencia -inevitable por otro lado- al exhibicionismo bien entendido.
Porque las ‘harleys’, sobre todo las customizadas con esmero, están hechas para ser contempladas con envidia.
Aunque se trata de un fenómeno intergeneracional que se renueva sin parar, en eventos como el de Barcelona, la mayor cita urbana de la firma en Europa, los fans más frecuentes son los veteranos que peinan canas, sea en versión melena o de calva camuflada por una gorra, a quienes les encanta explicar los kilómetros que han recorrido sobre sus motos.
Como Pierre Alain Sohule, de 53 años, que ha venido a la capital catalana desde Suiza junto a su compañera y que se ha recorrido media Europa -más de 70.000 kilómetros dice- sobre su Harley Heritage, ha explicado a Efe.
También Carlos Alonso, un barcelonés de 58 años, ha ‘cabalgado’ a lo largo de todo el Mediterráneo con su Dyna. Este veterano de las motos, que comenzó a los 18 con una modesta Vespa, explica que en esta ‘obsesión’ cada uno se gasta lo que quiere, y a veces lo que no tiene.
La Barcelona Harley Days no es una cita ‘integrista’, además de ser gratuita, está abierta a todos los aficionados al motor. En 2012 por el recinto en Fira Barcelona cerca de un millón de personas, cifra que se quiere repetir este año.
Curiosamente, entre los pilotos y motos más fotografiados hoy en la salida y durante el desfile, estaba un ‘submarino espía’, la Kawasaki de ‘Caballo Loco’, un vecino de Sabadell, de 52 años, y un ciclista que llegó a las dos ruedas motorizadas hace tan sólo nueve años.
Poco tiempo en una biografía, aunque se ha metido tanto en el papel que hoy vestía un curioso traje de motero-sioux, con pieles y plumas en el casco. ‘Es un homenaje a la cultura de los indios’, comentaba junto a su ‘bicho’.
Mucho más joven se subió a una moto Vinicio Laverde, de Ecuador, que recuerda haber manejado una a los 7 años, y ya tiene 34, parte de los cuales se ha dedicado a personalizar su bonita Sporter 883.
Tras recorrer el Paralelo, la Gran Vía, Arco de Triunfo, y el paseo Colón, los cerca de 12.000 motoristas han vuelto a Montjuic donde está instalado el village de esta cita que finaliza hoy.
En esta recta final dominical de la Barcelona Harley Day’s, organizada en colaboración con la Harley Owners Group -que este año celebra sus tres décadas de vida- el público podrá asistir a otro espectáculo curioso, el Elvis Day, el tributo que los mejores imitadores del rey del rock le ofrecerán durante toda la jornada.
Además de acercarse a las exposiciones dedicadas a los modelos clásicos y nuevos de la firma, los aficionados pueden disfrutar todavía de las demos sobre una Harley o acercarse a la reproducción de la cabaña donde, según la tradición ortodoxa, los hermanos Artur y Walter Davidson y Willian Harley construyeron su primera motocicleta. Alguno podría entrar en éxtasis o tener una epifanía.
Sergio Andreu