‘Joaquinito’, despedido entre sollozos por su padre en un funeral en Bélgica
‘Nos tocaste a todos con tu varita mágica de la bondad, y todos viviremos un poco más felices gracias a ti, Joaquinito’, recordó el padre en español durante las intervenciones de familiares en el funeral que se ofició en la ciudad belga de Lovaina por los siete niños de una escuela de Heverlee fallecidos en la tragedia.
Un país de luto despidió a los últimos niños de 11 y 12 años muertos, en otra ceremonia punzante que marcó el final de los actos públicos por las víctimas.
Siete ataúdes blancos trasladados por militares en traje de gala, cada uno con la fotografía de un niño, protagonizaron el funeral religioso en la iglesia de Sint-Pieter, donde se congregaron familias y autoridades, mientras que unas mil personas se quedaron en el exterior.
El funeral fue religioso, al contrario que la conmovedora ceremonia que despidió ayer en Lommel a 15 niños y dos adultos en un pabellón, y a la que asistieron unas 6.000 personas.
Igual que ayer, los momentos más emocionantes llegaron cuando los familiares subieron al altar para despedirse de sus pequeños, algunos de ellos no pudieron evitar que su voz se quebrara en llanto, como le ocurrió al propio Riestra al recordar a ‘mi conguito’.
‘Nos diste casi doce añitos de tu vida… Todo un privilegio, todo un ejemplo’, añadió. ‘No hay palabras para expresar lo mucho que te echamos de menos… sabiendo que nos has dejado una estela de bondad y alegría’.
El tío materno de Joaquín intervino después en flamenco, lengua en la que recordó: ‘eras realmente querido por todos en Bélgica y en España’, y señaló que el niño dominaba tres lenguas (también el francés) y se desenvolvía ya en inglés.
‘Eras todo sonrisas, tenías muchos amigos’, ‘tu alegría de vivir nos dio tantas cosas…’, dijo el padre de un niño llamado Sebastien. ‘Eras espontánea, jovial, eras la amiga de todos’, dijo la madre de una niña llamada Sarah.
En el caso de otro niño, la familia no tuvo las fuerzas de leer su despedida y confió en una amiga para recordar al pequeño desaparecido.
A la ceremonia asistieron los reyes belgas, Alberto y Paola; los príncipes de Holanda, Guillermo Alejando y Máxima; y los primeros ministros de ambos países, el belga Elio Di Rupo y el holandés Mark Rutte, ya que siete de los 22 niños muertos eran del vecino país.
Los monarcas, igual que ayer, estuvieron muy emocionados al dar el pésame a los familiares de los niños.
Tras las dos ceremonias conjuntas por las víctimas de las escuelas ‘t Stekske (Lommel) y Sint-Lambertus (Heverlee, junto a Lovaina), las inhumaciones se harán en privado, si bien en Lommel se prevé que casi todos los restos reposen en un lugar común del cementerio local.
Por otra parte, las tres niñas que resultaron heridas muy graves y que habían quedado internadas en el hospital de Lausana (Suiza) serán repatriadas hoy en aviones medicalizados, según anunciaron las autoridades sanitarias belgas.
Las tres habían quedado en coma tras el accidente, si bien han recuperado ya la consciencia y pueden hablar con sus familiares.
Dos de ellas sufrieron fracturas muy graves, especialmente en el cráneo, y la tercera sufrió daños en la médula espinal, si bien ya puede mover los dedos de manos y pies.