El consumo de combustible no es determinante para comprar un coche en España
En el caso español, los elementos vinculados al gasto en combustible no se consideran mayoritariamente como los de ‘mayor peso específico importante’ a la hora de elegir el vehículo.
El análisis, que en este apartado añade datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), refleja que, para elegir el coche nuevo en España, el consumidor se guía, en primer lugar, por el precio del vehículo.
Después, son la marca y la seguridad aparente los aspectos que, por ese orden, configuran las preferencias del comprador español.
Incluso, la potencia del vehículo se antepone, en el nivel de preferencias, al consumo y al precio del combustible, estas últimas en el último peldaño como factores que deciden la compra de un vehículo.
Estas opiniones de los consumidores españoles contrasta, sin embargo, con la de los ciudadanos europeos, en particular en la cuestión del gasto de combustible.
En Italia o el Reino Unido, por ejemplo, más del 40 % de los ciudadanos consideran el consumo de combustible uno de los tres factores ‘más relevantes en la toma de una decisión’ sobre qué vehículo es necesario comprar.
Relacionado con los carburantes, el estudio también analiza los factores que determinan la elección de la gasolinera.
En España y el resto de Europa (UE-15) es el precio del combustible el que predispone, en primer término, a repostar en una gasolinera, según una estadística elaborada por la Agencia Europea de Salud, Consumo y Alimentación.
Sin embargo, el 55 % de españoles cita el precio del carburante como factor decisivo para escoger una gasolinera, frente al 72 % de la media europea.
La localización de la gasolinera, las políticas de fidelización (tarjetas) o la coincidencia entre la necesidad de reponer combustible y encontrar una gasolinera son, tras los precios, los factores más citados por los ciudadanos.
Asimismo, el informe subraya que la compra de combustibles para el transporte privado es ‘uno de los principales’ gastos familiares en España, según la última encuesta de presupuestos familiares publicada en junio.
Únicamente el gasto imputado al uso de la vivienda principal es superior al gasto en combustibles de automoción.
El presupuesto familiar dedicado a los carburantes es ‘muy superior’ -indica el RACC- a la mayor parte de gastos domésticos, como el efectuado en bares y cafeterías, el consumo doméstico de electricidad o el realizado en restaurantes.
En 2013, cada familia española dedicó una media de 1.350 euros al consumo de combustibles para transporte privado.