Porsche P1
Aunque para muchos suena a la época del pleistoceno, Ferdianand Porsche apenas sobrevivió tres años al nacimiento de su primer deportivo, el Typ 365, en 1948. Antes de aquello, también antes de la construcción del Type 1 de Volkswagen en los albores de la Segunda Guerra Mundial -‘El coche del pueblo’-, Ferdinand Porsche, ingeniero, diseñador y piloto austriaco, se labró una carrera profesional con una principal obsesión: el aprovechamiento de la energía eléctrica en el desarrollo de motores. Sí, Porsche se adelantó más de cien a los actuales avances técnicos de la marca, con el superhíbrido 918 Spyder, y diseñó y construyó el eléctrico ‘Porsche Egger-Lohner electric vehicle, C.2 Phaeton model’, conocido con el nombre reducido de ‘P1’, correspondiente a Porsche y al número 1.
El ‘P1’, pionero diseño mundial de Ferdinand Porsche, fue uno de los primeros vehículos matriculados en Austria y apareció por las calles de Viena el 26 de junio de 1898. Porsche se encargó de popularizarlo grabando el código ‘P1’ en todos los componentes principales, dando así el nombre extraoficial al vehículo. Ahora, Porsche recupera una unidad del P1 intacta, sin restauración que valga, para su Museo Porsche, inagurado en enero de 2009, y que cinco años después de abrir sus puertas muestra esta joya en el área dedicada a la historia del producto y la competición, introduciendo a los visitantes a la primera parte de la exposición, el ‘prólogo’.
A los expertos en la materia no les sorprenderá que 116 años después de su nacimiento, el P1 diseñado por Ferdinand Porsche albergue avances técnicos todavía vigentes en coches actuales. Eficiencia, autonomía y fiabilidad eran los tres ejes básicos sobre los que se articuló el proyecto P1. Y para conseguir una garantía en los tres conceptos, Porsche entendió que era fundamental la compacticidad y la ligereza del módulo eléctrico que lo impulsaba. Se trataba de un pequeño motor de 130 kilos de peso que ofrecía una potencia de 3 caballos y que en momentos puntuales y cortos aumentaba hasta los 5 cv (modo sobrecarga) permitiendo alcanzar los 35 km/h de velocidad punta. Cuando se conducía de esta forma, la velocidad del coche se regulaba a través de 12 controladores, consiguiendo una autonomía total próxima a los 80 kilómetros, una cifra considerable para un vehículo de aquel periodo. En 1898, el P1 con un compacto módulo eléctrico de hasta 5 cv de potencia ofrecía una autonomía próxima a los 80 kilómetros
Porsche quería demostrar la fiabilidad de esos números. El 28 de septiembre, en Berlín, lo pudo hacer en una carrera que medía el rendimiento de vehículos eléctricos sobre una distancia de 40 kilómetros, con un premio para el ganador, y con exigentes pendientes de por medio, el mayor reto al que se podía enfrentar un coche eléctrico. Con tres pasajeros a bordo, Ferdinand Porsche fue el piloto de su ‘P1’, al que condujo hasta la línea de meta con una ventaja de 18 minutos sobre el siguiente competidor, y con más de la mitad de los participantes abandonando por problemas técnicos. Ferdinand Porsche también se colocó al frente en la prueba de eficiencia, ya que su ‘P1’ fue el que tuvo el consumo de energía más bajo en tráfico urbano.Con tres pasajeros a bordo, Ferdinand Porsche condujo su ‘P1’ hasta la línea de meta y sacó una ventaja de 18 minutos al siguiente competidor
Además de los avances técnicos del ‘P1’, la otra gran innovación tenía que ver con el diseño de una carrocería alternativa del coche que permitía un uso tanto en verano como en invierno. ¿Fue el ‘P1’ su primer Targa? No tanto, pero un aviso de lo que vendría en los próximos años. El talento de Ferdinand Porsche como diseñador, ingeniero y piloto de pruebas no pasó desapercibido para Austro-Daimler, que lo contrató en 1906 como director técnico, ascendiendo a director general poco tiempo después, y fichado como director técnico en 1923 por Mercedes, marca a la que aupó a lo más alto de la prestigiosa Targa Florio, prueba ganada en 1924 por uno de los prototipos diseñados por Porsche, que desarrolló los motores con compresor de la marca, mérito que le valió para ser nombrado doctor honoris causa en ingeniería por el Technische Hochschule de Stuttgart. Pero esto ya es otra historia…Además de ingeniero y diseñador, Ferdinand Porsche fue el mejor piloto probador de sus prototipos