El segmento de los coches urbanos es un hervidero de propuestas entre las que incluimos este Citroën C3. Después de una semana a prueba con él, la marca francesa ha dado en el clavo una vez más, concibiendo un turismo en el que priman más los valores racionales que emocionales. El C3 es un coche cómodo, sencillo de conducir, que según la versión puede pasar desapercibido por su look conservador, y al mismo tiempo tan bien equipado que en las versiones más costosas se puede solapar con su hermano mayor, el compacto C4.
Comparándole con éste, el C3 puede salir perjudicado, porque por poco más de 1.500 euros, un cliente Citroën –fieles como ningún otro a la marca- puede entrar en el concesionario con la idea de hacerse con un C3 y ser convencido del plus en espacio y versatilidad que te da un C4. Dentro del segmento B, descuentos y promociones aparte, nuestro Citroën C3 e-HDi 90 Exclusive cuesta 17.650 euros, un precio más próximo a alternativas como Seat Ibiza, Ford Fiesta, Renault Clio o Peugeot 208 que a los más económicos Chevrolet Aveo, Kia Rio o Fiat Punto.
Respecto a estos últimos, los motores diésel de PSA y los nuevos equipamientos que acompañan a esta actualización del C3 son dos bazas a considerar. A destacar dos elementos que en el modelo 2010 no existían, el navegador “eMyWay” y la cámara de visión trasera, proyectados en una pantalla a color de 7” y que unificados en el paquete “Exclusive” cuestan 970 euros. Montante que sumado a los 17.650 euros supera la barrera psicológica de los 18.000 euros (más de 3 millones de las antiguas pesetas) por un utilitario generalista.
a favor- Consumos- Suavidad mecánica- Equipamiento de serieen contra- Precio- Dirección muy asistida- Borde de carga
Además de estos dos elementos, la otra novedad que no se incluye de serie en el acabado “Exclusive” es la elegante pintura “Azul Boticelli” (+310 euros), que junto a la nueva parrilla delantera y el logo frontal más grande, la tira independiente de diodos de LED para la iluminación diurna (de serie en toda la gama) insertada en el nuevo paragolpes delantero, unos grupos ópticos revisados, lunetas traseras tintadas y unas llantas de 17” (de serie en el acabado “Exclusive”, y la abundancia de aplicaciones cromadas, dotan al conjunto exterior de una elegante presencia.Con el acabado Exclusive, sólo quedan en opción el navegador+la cámara trasera y la pintura metalizada
Otro de los elementos de serie en el acabado “Exclusive” es el techo panorámico “Zenith”, que por fuera ofrece el aspecto de un techo tintado en negro hasta casi la mitad de la carrocería y por dentro alarga el parabrisas delantero gracias a un tirador central, ampliando la visibilidad y la entrada de luz natural. El resto de la dotación de serie “Excluisve” incluye equipo de audio HiFi, reposabrazos central, sensores de parking traseros o el ESP, elementos que se añaden al climatizador automático, volante forrado en cuero, bluetooth o regulador de velocidad, entre otros muchos elementos ya incluidos de serie en el nivel de acabado anterior ‘Collection’.El techo panorámico Zenith aumenta la visibilidad y luminosidad
Esta ligera actualización no varía las dimensiones exteriores del C3 (3,94 metros de largo, 1,73 m de ancho, y 1,52 m de alto), manteniéndose ese aire de minivolumen (no tanto como un Hyundai ix20 o Kia Venga), ni tampoco las cotas interiores: son 300 litros de maletero (los respaldos traseros se pueden abatir formando un escalón) de formas muy regulares, totalmente tapizado y con un borde de carga algo sobre elevado que puede dificultar las maniobras de carga.
En el habitáculo, las plazas traseras son aptas para dos ocupantes, con una altura y un espacio para las piernas razonables. Delante todo resulta muy confortable, con dos enormes guanteras laterales, unas butacas delanteras en tela/Alcantara comodísimas, el asiento del conductor regulable en altura con una posición dominante en perfecta conjugación con el doble ajuste del volante, y una calidad general percibida alta en instrumentalización, salpicadero y consola central donde se entremezclan los plásticos acolchados, plásticos rugosos, detalles en aluminio cepillado, o plástico negro brillante. Eso sí, un guirigay de materiales que no se sabe cómo sobrevivirán al paso del tiempo.
Por último, el motor diésel e-HDi es la otra gran baza (y novedad) del C3. ¿Qué significan las siglas e-HDi? ¿Qué es eso de la tecnología microhíbrida, como dice la publicidad? Términos rimbombantes aparte, las siglas e-HDi no son más que la adaptación del sistema Stop-Star en las mecánicas gasoil. En nuestro caso el bloque turbodiésel 1.6 litros de 90 cv, un motor tremendamente silencioso, salvo al ralentí, y que conjuga a las mil maravillas con un Stop-Star que apaga y enciende la mecánica rápido y suave al detectar la proximidad de una parada como por ejemplo un semáforo. Con el cambio manual (también hay un cambio manual pilotado) de cinco velocidades y a 120 km/h por autovía, acercarse a 4,5 litros a los 100 kilómetros es fácilmente alcanzable. Además, la respuesta del motor (230 Nm a 1.750 rpm y los 92 cv a 4.000 rpm) es muy progresiva y lineal. En otras palabras, que todo lo que tiene lo da sin grandes esfuerzos, con unas prestaciones de 183 km/h de velocidad máxima y 11,3 segundos de 0 a 100 km/h.Bajar de los cinco litros en carretera se convierte en un juego de niños
Con unas suspensiones delanteras de tipo McPherson y unas traseras basadas en un eje de torsión con barras estabilizadores ligeramente más anchas, el C3 ofrece un compromiso total con el confort de marcha. A su baja rumorosidad mecánica y unos mínimos ruidos aerodinámicos, la puesta a punta del chasis permiten hablar de un Citroën, otro más, comodísimo y sencillo de conducir: las suspensiones filtran cualquier tipo de irregularidad del asfalto y la dirección, blanda y suave, colabora en esa sensación de armonía, agrado y sencillez que envuelve al apartado dinámico del C3. Un coloso para maniobrar en ciudad y efectivo para una conducción tranquila en carretera.