Taxista por un día
Vestido de riguroso uniforme de chófer, con el número de licencia oficial, y con gafas de sol, se subió a su taxi y recorrió como otro viernes cualquiera las calles de su ciudad, Oslo, en busca de clientes a los que trasladar a sus destinos. En esta ocasión, la única novedad era el nombre del taxista: el primer ministro laborista Jens Stoltenberg, que, con esta estrategia de marketing político a los mandos de un taxi, se está convirtiendo en todo un fenómeno en las redes sociales. El taxi, equipado con cámaras ocultas, se transformó en un parlamento con los ciudadanos de su país. Un parlamento sobre ruedas en el que los clientes, al poco de subirse al taxi, descubrieron la verdadera identidad del taxista.En uno de los trayectos con el taxi, que era automático, el primer ministro confunde el freno de mano con la palanca de cambios
Algunos pasajeros fueron escogidos de forma aleatoria, mientras que a otros se les dijo que aparecieran en un lugar sin contarles quién sería su chófer. En la grabación queda en evidencia la escasa pericia de Stoltenberg al volante y varios pasajeros incluso dicen bromeando que temen por su vida. En uno de los trayectos con el taxi, que era automático, el primer ministro confunde el freno de mano con la palanca de cambios.Si los pasajeros lo consienten, las imágenes serán utilizadas como vídeo electoral
Stoltenberg, de 54 años y que es primer ministro desde 2005, admitió que al principio se había mostrado escéptico con la idea, pero que luego disfrutó de la experiencia. La proximidad de unas elecciones legislativas -9 de septiembre- que se prometen muy competidas con el Partido Conservador, llevó al actual primer ministro a aceptar la propuesta de la agencia de publicidad que se encuentra detrás del proyecto. Si los pasajeros lo consienten, las imágenes serán utilizadas como vídeo electoral.