Al volante del Opel Adam

El Opel Adam será el modelo más pequeño que actualmente vende la marca alemana, con unas proporciones ultracompactas en las que prima el diseño sobre la practicidad, y al mismo tiempo concede un espacio al imaginario deportivo y/o lujoso, imitando la fórmula de grandes clásicos con aire retro como, Mini y fundamentalmente Fiat 500, o más vanguardistas, como el Citroën DS3, todos ellos con un denominador común marketiniano: cliente interesado en un urbano inimitable, individualizado, configurado a la carta.

Por diseño y dimensiones nada tiene que ver con los dos modelos más próximos que Opel tiene en su catálogo: Agila, un tradicional urbano cinco puertas con 3,74 metros de longitud, y Corsa, el utilitario treintañero ya del segmento B más práctico y polivalente gracias a sus cuatro metros de eslora. El Adam, más corto y más ancho que un Mini, tiene una carrocería de 3,70 metros de longitud, 1,72 m de ancho y 1,45 m de altura, con una distancia entre ejes de 2,31 m que deja un habitáculo homologado para cuatro pasajeros y con un voladizo trasero considerablemente recortado y que limita el volumen final de maletero a 170 litros (con el equipo de sonido opcional Infinity Sound System, su capacidad se reduce en otros 75 litros).Con el lanzamiento del Opel Mokka, un pequeño todocamino, y este Adam, el fabricante alemán se estrena en dos categorías que sobreviven con buenos números a la galopante crisis
El diseño del Opel Adam destaca por algunos rasgos poco comunes en coches de este precio y posicionamiento: la parrilla trapezoidal colocada más abajo, a la misma altura que los intermitentes, separados del  resto del grupo óptico; la línea lateral muy musculosa con llantas de entre 15 y 18 pulgadas y ese techo flotante personalizable al estilo Audi A1 del que nace una franja de plástico negro brillante en la parte inferior del pilar A y vidrio en el pilar C; y en la zaga con rasgos más reconocibles en el resto de la gama Opel, como los característicos pilotos que emplean diodos de LED, y que de cualquier manera mantienen la genética minimalista del conjunto del Adam.
EL UTILITARIO MÁS PERSONALIZABLE
Las posibilidades de configuración son infinitas: Opel habla de que “existen 30.000 Adam diferentes según las diferentes opciones de personalización”. La gama se organiza entorno a tres niveles de acabado: Adam Jam (más trendy, a la moda, con colores más chillones), Adam Glam (más refinado y elegante) y Adam Slam (más deportivo). Además, la personalización exterior continúa con doce tipos diferentes de colores de carrocería, tres colores más de techo, 31 acabados de llantas, tres paquetes opcionales de personalización, o sobre al Adam Slam un kit denominado “Extreme” sobre el que se puede incluir una línea OPC (lo que hace pensar que para 2014 pueda lanzarse un Adam OPC de altas prestaciones), y un paquete de carbono para radicalizarlo más si cabe.

Por dentro, la locura de combinaciones continúa. A partir de cuatro colores básicos envolviendo todo el habitáculo y quince diseños diferentes de asientos, el interior del Opel Adam puede personalizarse con 19 molduras diferentes y ocho tonos de iluminación ambiental, coronados por accesorios como seis molduras retroiluminadas con vinilos brillantes a juego, tapizados de techo estampado con nubes, hojas otoñales o ajedrezado, y un techo estrellado mediante 64 LED’s blancos al estilo Rolls Royce.Opel aceptará pedidos del Adam a partir de finales de noviembre, momento en el cual lanzará una web en la que se podrá personalizar a la carta el Adam
CONECTIVIDAD Y TECNOLOGÍA
Con un espacio correcto en las plazas delanteras, muy limitado en las dos traseras en cualquiera de sus cotas, y una calidad de acabados al nivel de los urbanos más exclusivos del mercado, Opel ha dotado al Adam de un plus en equipamientos y tecnologías avanzadas. Para empezar, incluye un completísimo y opcional (310 euros) sistema de entretenimiento y comunicaciones Intellilink,  que a través del Smartphone (Iphone y Android) proyecta en la pantalla a color de siete pulgadas de la consola central todas las aplicaciones o funciones de nuestro teléfono, incluyendo la navegación BringGo que no necesita de conexión a Internet puesto que guarda la cartografía en la memoria del teléfono.
Además, Opel comparte en su pequeño Adam alguno de los equipamientos que le han hecho popular en otros modelos, como el sistema de transporte de bicicletas FlexFix integrado en la zaga, el asistente de aparcamiento semiautomático (que mueve el volante sin acción del conductor, que sólo se encarga de los pedales y el pomo del cambio), la alerta de ángulo muerto, el citado sistema de sonido Infiniti que incluye ocho altavoces y el subwoofer en el maletero, y el paquete Light & Sight de sensores automáticos de luces y limpias.
Para coches de este tamaño y este peso (1.120 kg en las versiones más equipadas), Opel confía su oferta de motorizaciones a la gasolina, sin previsiones de que en un futuro llegue algún bloque diésel. Las mecánicas de cuatro cilindros serán un 1.2 y 1.4 litros, atmosféricos y de cinco velocidades, con potencias de 70, 87 y 100 cv y consumos que oscilan entre los 5 y 5,5 l/100 km (118-119 g/km de CO2), con ESP y asistente de arranque en pendiente de serie, versiones ecoFLEX con Star&Stop disponibles en todos los motores, y dos posibles configuraciones de la suspensión (no confundir con el sistema adaptativo FlexRide de Opel que modifica la respuesta de algunos parámetros del coche, incluida la propia suspensión): Confort, si eliges unas llantas de 15 ó 16 pulgadas, o Sport, para los Adam de 17 o 18”. Más adelante, Opel incluirá en el Adam la nueva generación de motores pequeños tricilíndricos y turboalimentados, asociados a una caja de cambio manual de seis velocidades.Sólo se comercializará con motores atmosféricos de gasolina. Más adelante habrá mecánicas turboalimentados; descartando motorizaciones diésel
TOMA DE CONTACTO
Realizamos una pequeña toma de contacto con el Opel Adam, concretamente con el motor gasolina 1.4 de 87 cv, suspensión Sport, llantas de 18” y acabado Slam (el más deportivo), que muestra una preocupación por los pequeños detalles que resulta llamativa para los curiosos que observan a su paso y tremendamente agradable para los ocupantes del coche. Aderezada con los paquetes de personalización y los equipamientos más exclusivos, el Opel Adam demuestra enseguida que con esta configuración tan “radical” es mucho más que un coche de ciudad, o “urbanita”, que se dice ahora. En territorio urbano, el escaso perfil de sus neumáticos y una suspensión seca, pasan factura a nuestra espalda a los pocos kilómetros. La visibilidad trasera tampoco es extraordinaria, y es todavía más limitada si ajustamos el asiento del conductor en el nivel más bajo. El radio de giro del volante sí que fomenta una maniobrabilidad elevada para las calles más estrechas, con el modo CITY para aumentar la asistencia a baja velocidad.

Salimos fuera de la ciudad y el Opel Adam sorprende con un aplomo de coche de mayor tamaño, incluso en carreteras reviradas en plena curva se beneficia de esta suspensión Sport para realizar fuertes apoyos laterales. Es ágil, aunque en determinadas situaciones para incorporarse a autovías o realizar adelantamientos, es inevitable tirar del cambio para ganar velocidad. En esos momentos, cuando queremos buscarle las cosquillas al motor subiendo de revoluciones, el ruido mecánico es bastante perceptible en el habitáculo.La configuración Confort o Sport de las suspensiones y las llantas elegidas pueden cambiar sensiblemente el comportameinto del Opel Adam

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