Apuntando a lo exclusivo
Desde que el Astra hiciera su aparición, en 1991 en sustitución del mítico Kadett, la marca alemana Opel pretende con este modelo meterse en el bolsillo a la clientela más joven, siempre con apetito de líneas agresivas y llamativas y motores rudos y de alto voltaje. Pues bien, la cuarta generación de este compacto, que en España es una realidad desde finales de 2009, es un modelo completamente nuevo, que en nada se parece a su antecesor, y que tiene en la versión 1.6 turbo gasolina la más potente en cuanto a prestaciones y virtudes Racing a la espera de que después del verano la matriz de General Motors incorpore en su dossier la unidad más bestia, el OPC.
a favorPrestaciones deportivasElementos tecnológicosDiseño eleganteen contraConsola centralHabitabilidadPrecio
Con un motor de 180 cv de potencia máxima en la unidad probada, el Astra por el momento sólo se puede adquirir con carrocería de cinco puertas. En una primera panorámica el premiadísimo coche de Opel hereda todos los rasgos de su hermano mayor, el Insignia, ofreciendo ahora un estilo más moderno y dinámico para colocarse al frente del reñidísimo segmento de los compactos, donde el Astra, un referente desde el punto de vista del diseño, tecnología y equipamiento, ya no es aquel coche generalista al alcance de cualquier bolsillo. Hablamos de 23.000 euros, algo superior a modelos del mismo rango. El Astra deberá abrirse paso entre rivales tan asentados como el Volkswagen Golf, el Ford Focus, el Seat León, el Citroën C4, el Renault Megane o el Mazda3.
Confortable y muy dotado en su comportamiento dinámico junto al diseño, el otro gran argumento del Astra-, Opel ha desplegado todas sus virtudes de gran productor de vehículos para ofrecernos un coche eficaz y que despierta el asombro a su paso por lo novedoso de sus trazos. También por dentro la presentación gana muchos puntos, con elementos y materiales tomados del Insignia, la berlina que cada vez está ganando más adeptos en el mercado. Sin embargo, y teniendo en cuanto sus cotas, sí que podemos afirmar que el tamaño de su habitáculo no es excesivamente amplio, especialmente en las plazas traseras, donde falta espacio para un tercer pasajero.
Las formas del compacto de la firma del rayo son afiladas y puntiagudas por delante y más redondeadas por detrás. El resultado final es una unidad de perfil envolvente en la que nos agrada sobremanera la parrilla cromada y las rasgadas ópticas delanteras. Sin embargo, y como ya viene siendo habitual en esta categoría, la luneta trasera, demasiado inclinada y pequeña, impide una óptima visualización. Todo resulta nuevo en términos estético si lo comparamos con el modelo anterior, ya que el nuevo compacto de Opel continúa con el estilo que desprende el Insignia y que ahora también toma el remodeladísimo Opel Meriva, presentado en el Salón de Ginebra.
La elegancia del modelo queda patente tras a una semana viendo el asombro de los viandantes que dejamos atrás. Su línea de techo con caída hacia la zaga dibujando una silueta de coupé y resaltando su figura musculosa (detalles cromados en las ventanillas) está muy lograda. Además de unas llantas de 18 que vienen al pelo para unos pasos de ruedas abultados.
Por dentro, el acabado es mejorable, con piezas mal ajustadas, aunque para nada es peor que el de alguno de sus rivales. No peca de ser espartano, ni mucho menos, basta con ver la sobrecargada consola central, que resulta confusa y nada intuitiva en su manejo. Los tonos oscuros ayudan a que el modelo gane en categoría, en caché. Como también lo hace un salpicadero de proporciones mayúsculas, que radia confort por los cuatro costados, pero que sin embargo penaliza la guantera, imposible de bajar del todo sin chocar con las piernas de un acompañante de complexión media. Tampoco refuerza la habitabilidad del nuevo Astra que su maletero se detenga en los 370 litros, cifra que se nos queda sensiblemente corta para un coche de tales dimensiones: 4.42 metros de eslora. El cambio está excelentemente colocado, muy accesible para poder usarlo con frecuencia en marcha urbana.
Con un puesto de conducción que resulta muy agradable, ofreciendo reglajes que permiten adaptarlo a cualquier conductor, sea cual sea su tamaño, el Astra viene acompañado de un dotadísimo equipamiento, sobre todo a nivel de seguridad, donde dos sistemas nos han ganado por completo: el primero de ellos es el Sistema Opel Eye, que, además de incluir el avisador de cambio de carril, reconoce las señales de tráfico reproduciéndolas en la pantalla de información. El segundo, el optimizado sistema de iluminación bixenon AFL+, con el que los faros del vehículo se adaptan a las necesidades del conductor, visibilidad y calzada. El acabado Sport de este Astra también incluye de serie el sistema de transporte de bicicletas, el archiconocido FlexFix de Opel.
El Astra 1.6 turbo de 180 cv es un bloque de gasolina que empuja con notable solvencia desde cualquier punto del cuentarrevoluciones. Su velocidad punta supera los 220 km/h y acelera de 0-100 en apenas 8 segundos. Con un óptimo trabajo de insonorización del habitáculo, el compacto de la firma del rayo ofrece un rendimiento excepcional en el que las suspensiones FlexRide, de dureza variable, están idealmente trabajadas tanto para cuando queremos una conducción reposada como una conducción Racing.
De tal manera que podemos regular la amortiguación en tres niveles, Standard, Tour o Sport, según lo que queramos sacar de esta pequeña máquina alemana. En caso de activar este último notamos como se endurece la dirección con asistencia eléctrica y es más fácil hundir el pie en el acelerador, a la vez que todos los relojes de instrumentalización se iluminan de color rojo. El comportamiento del Astra, en ese momento, se vuelve aguerrido, pero ni mucho menos ingobernable. Su capacidad de entrar en curva es asombrosa, siempre bien apoyado, sin ningún atisbo de pérdida de adherencia con el asfalto.
En autovías, el coche es una maravilla. Tampoco defrauda en el ajetreo urbano, donde sus casi cuatro metros y medio no le convierten en un coche torpe. Es cierto que para sus 180 cv, con motor turboalimentado, le falta un poco de aceleración en la parte baja del cuentarrevoluciones. Cómodo y de reacciones sosegadas, este Astra nos ha parecido algo gastón, disparándose por encima de los 8,5 litros a los 100 kilómetros a poco que queramos acercarnos al límite de sus prestaciones.
La dirección es suave, precisa con el trabajo que está realizando nuestro tren delantero. A nivel de chasis, se ha aumentado la distancia entre ejes (71 mm) y la anchura de las vías tanto delanteras como traseras: 56 y 70 mm respectivamente-, ganando en estabilidad y aplomo. Para terminar, los ingenieros de Opel han incluido un eje trasero de barra de torsión con timonería Watt, ofreciendo un rendimiento similar al de un eje trasero multibrazo, pero con unos costes de desarrollo más contenidos y sin penalizar las dimensiones de un maletero que ya hemos dicho anteriormente que no es uno de los puntos fuertes de este Astra.