Land Rover Freelander Stop/Start
El fabricante de todoterrenos de origen inglés está realmente concienciado con la preservación del medioambiente, y como bien todos sabemos se encuentra con uno de los retos más complicados, puesto que los vehículos de ese estilo son los que más consumen y los que más emisiones de CO2 sueltan al medioambiente. Por ello, han desarrollado un programa de investigación interna denominado e_Terrain Technologies para conseguir un importante desarrollo sostenible. El primer resultado es el coche que hoy analizamos, el Freelander II Td4_e Stop/Start, que se convierte en el primer 4×4 en ofrecer este sistema que busca el ahorro de combustible.
a favorEstética agresiva modernaComportamiento ágil y dinámico en todos los terrenosHabitabilidad interior en plazas traserasen contraLuneta trasera fijaAhorro de combustible escasoBalanceo lateral perceptible
Con sus nuevas cualidades de ahorro de combustible se pone a la cabeza en el segmento en lo que a mínimos consumos se refiere, incluso por delante de SUV´s de menor tamaño, donde encontramos modelos como el Ford Kuga, el Volkswagen Tiguan, el Audi Q5, el Peugeot 4007, el Honda CR-V, el Volvo XC60 o el Nissan Qashqai.
Dentro del segmento se encuentra por precio en el ámbito más lujoso, puesto que hay que desembolsar un mínimo de 29.350 euros de su versión base por adquirirlo, que se van hasta los 36.950 euros cuando optamos por la versión medio-alta SE de nuestra prueba, donde no faltan elementos de equipamiento de seguridad y confort de serie como el control dinámico de estabilidad DSC con detección de vuelco RSC, el control electrónico de tracción ETC, el control de frenado en curva CBC, el control de descenso de pendientes HDC, como buen todoterreno, o un sistema inteligente de tracción total Terrain Response que permite adoptar los parámetros del chasis al terreno. Además incluye llantas de 17 pulgadas con neumáticos 235 mm de sección, asientos eléctricos realizados en tapicería mixta de piel con Alcántara o sistema de ayuda al aparcamiento delante y detrás. En opción sólo quedan sistemas de máximo lujo como un sistema de navegación con pantalla táctil o los faros bi-xenón que lleva montada nuestra unidad.
Dado su interés ecológico y como primicia mundial, han lanzado recientemente al mercado el todoterreno que menos consume y menos CO2 emite de la historia, el compacto Freelander Td4_e Stop/Start, que mediante un innovador sistema inteligente de arranque y parada automática del motor incorporado a su conocido motor diésel de cuatro cilindros 2.2 Td4 de 160 cv de potencia consigue un ahorro de combustible de 0,8 litros cada 100 kilómetros, bajándolo de 7,5 litros a 6,7 litros a los 100 km, y una reducción de las emisiones de CO2 al medioambiente del 8%, reduciéndolas de 194 gr/km hasta 179 gr/km, eso sí, sin mermar apenas las prestaciones. Sus datos son más que convincentes, puesto que acelera de 0 a 100 en 11,7 segundos, sólo 0,5 segundos más que el convencional, y alcanza una velocidad máxima de 181 km/h, exactamente la misma que su homólogo.
El sistema inteligente Start/Stop que emplea este Freelander para automáticamente el motor en atascos y retenciones de forma muy refinada cuando detecta que es posible y conveniente, y se complementa para resultar más efectivo desde el punto de vista ecológico un testigo en el cuadro de mandos a la vista del conductor con indicaciones de cambios de marcha recomendados, mediante unas flechas verdes, con el objetivo de lograr los menores consumos de combustible, resultando tremendamente útil en la práctica a la hora de buscar la conducción más eficiente y económica. También han optado por unos neumáticos de baja resistencia a la rodadura y por algunas modificaciones en el software del sistema de tracción.
Y la pregunta que surge es la siguiente, ¿cómo es posible que los componentes del coche aguanten tantos arranques y paradas seguidos? Porque el sistema no es una simple centralita electrónica que dice cuando parar, sino que va acompañado de cantidad de elementos reforzados en el motor de arranque, en el volante motor y en la batería, que permite cantidad recargas, así como se han optimizado el sistema de climatización, el de audio, el Bluetooth y la información al conductor para el confort de los pasajeros, funcionando incluso cuando el motor está detenido. En definitiva, un sistema muy refinado casi ausente de vibraciones y que tan sólo retarda la salida desde parado algo menos de un segundo, algo que puede resultar incómodo hasta acostumbrarse, pero merece la pena si de ahorrar dinero en combustible y cuidar un poquito más el medioambiente se trata.
Por todas estas ventajas, desde Land Rover han decidido que todos los Freelander Td4_e con cambio manual de 6 velocidades lleven la función ecológica Stop/Start, puesto que hasta ahora es imposible combinar esta función con cambio automático.
El diseño del nuevo Freelander II TD4_e es exactamente igual que el diésel convencional TD4, con un frontal cargado de agresividad transmitida mediante una parrilla cromada realizada en doble lámina horizontal con rejilla perforada, con las ópticas multifaro carenadas con los intermitentes integrados y con unos antiniebla circulares con marco protector. El capó transmite fuerza con unas nervaduras longitudinales muy marcadas. Lateralmente, el dinamismo viene de la mano de unas salidas de aire en el lateral de las aletas delanteras en forma de branquias, también enrejilladas y enmarcadas en cromo, heredado de su hyermano mayor Range Rover Sport, complementándose con unas atractivas llantas de 17 pulgadas. La zaga, por su parte, transmite su imagen más versátil, con un gran portón que se extiende hasta el paragolpes para mostrar su capacidad y facilidad de carga. Está coronada por una moldura en plata oscurecida satinada que sirve de tirador para el portón y por unas modernas ópticas transparentes que dejan ver faros rojos y transparentes en su interior. El aspecto, a parte de parecer deportivo y ágil por su volumen intermedio, ofrece una imagen general de aspecto robusto y al más puro estilo todoterreno de la marca.
De hecho, a pesar de rivalizar con todos los SUV´s del mercado, donde destacan en el segmento superior el X3 de BMW, el nuevo Q5 de Audi, el XC60 de Volvo, o el GLK de Mercedes, así como con los más comerciales Nissan X-Trail, el Hyundai Santa Fe o el Honda CR-V, es uno de los modelos más camperos, con lo que la altura general de la carrocería es bastante elevada, exactamente 21 centímetros, para ofrecer unas buenas cotas todoterreno, mientras que toda la zona inferior de la misma está protegida con plásticos de gran resistencia para evitar rayaduras. Manteniendo el estilo de la marca, la vista lateral de la zaga muestra una sobreelevación del techo para aumentar la altura interior en la zona de carga y aumentar la capacidad para transportar objetos voluminosos.
El interior muestra una apariencia muy atractiva, al estilo de su hermano mayor Range Rover Sport, destacando una consola central inclinada con cantidad de mandos ergonómicos tanto de audio, como climatización o de navegación, todo al alcance del conductor. Los asientos en nuestra versión SE realizados en piel, recogen el cuerpo de forma muy cómoda, así como consiguen una postura de conducción optimizada gracias a la palanca del cambio ligeramente elevada sobre el túnel central. Los pasajeros traseros van en una posición más elevada que las delanteras para tener un control absoluto del entorno. Destacan delante del cambio los mandos del control de descensos y una rueda selectora del sistema de tracción Terrain Response que permite elegir entre los cuatro tipos de tracción dependiendo del terreno por el que circulemos, así como en el cuadro de mandos un testigo que indica que el motor se ha parado en esta versión de parada y arranque automático. Aunque lo que de verdad se ha potenciado en este Freelander II frente a su antecesor es el espacio de carga y la polivalencia de transporte, dejando un espacio de maletero mínimo de 755 litros que puede llegar hasta los 1.670 litros abatiendo la fila trasera de asientos.