Cursos de Conducción
La importancia de poder reaccionar ante cualquier problema o reacción inesperada de nuestro coche, y la relación entre la pericia al volante y la seguridad vial, es algo que muchas veces no se valora en su justa medida. Hemos decidido ponernos en la piel de un conductor medio, para asistir a un curso de perfeccionamiento de conducción y valorar objetivamente la mejora en nuestro estilo y técnica al volante que podemos alcanzar en solo un día de curso.
Llegamos a las instalaciones de la escuela de conducción PTC (Perfeccionamiento y Técnicas de Conducción), en el circuito de A Pastoriza, en la provincia de Lugo, donde nos espera Isaac Fernández para explicarnos como va a ser la dinámica del curso. Sin mucha demora y una vez que han llegado el resto de asistentes al curso, comienza la clase práctica. Todos estamos impacientes por subirnos a los coches, pero es importante dejar claros muchos conceptos y técnicas para luego ponerlas en práctica con corrección.
Durante esta clase teórica, se incide especialmente sobre la trazada ideal en todo tipo de curvas, la posición de las manos en el volante, la importancia del balance de pesos en las frenadas y en los virajes, y el funcionamiento de los sistemas de ayuda a la conducción. Muchos de estos conceptos pueden resultar familiares, pero incluso para la gente que ha realizado con anterioridad algún curso de conducción o de perfeccionamiento, no viene mal un repaso completo a toda la teoría.
Una vez finalizada la teoría, comienza el esperado momento de subirse a los vehículos. Tras dividirnos en grupos, comienza nuestra clase práctica durante la cual llevaremos con nosotros una carpeta, donde los distintos monitores irán evaluándonos y detectando defectos en nuestro estilo o técnica, que intentarán corregir. Como se trata de cursos individualizados, el llevar un control de los avances y los problemas detectados en cada conductor, resulta fundamental.
Tras realizar unas vueltas a velocidad moderada con nuestro monitor como copiloto, ya nos detectan los primeros fallos en la técnica de volante, y empezamos a trabajar inmediatamente para corregirlos. Resulta curioso lo difícil que puede resultar quitar algunos defectos como ese que llevamos repitiendo muchos años al volante, y sobre todo lo rápido que se aprecia que con la técnica de manos correcta, es más fácil afrontar todo tipo de curvas, en especial las enlazadas, y los virajes muy cerrados.
Trabajamos el resto del día en diversos aspectos y técnicas de conducción, resultando especialmente productivos para nosotros, las técnicas de control de sobreviraje sobre pavimento deslizante, donde nos sorprendemos de la importancia de algo tan simple como dirigir la mirada y el volante hacia la salida de curva.
Alternando las intensas sesiones al volante, con los merecidos descansos, vamos siendo conscientes de como estamos realmente mejorando nuestra habilidad al volante, y como algunos aspectos que considerábamos controlados, como el aprovechamiento del ABS en una frenada de emergencia, todavía contaban con un margen de mejora considerable.
Al finalizar el curso, que en nuestro caso ha sido de un día completo, nos vamos con la sensación de haber aprendido y entrenado lo suficiente para poder emplear técnicas que harán nuestra conducción más segura y eficaz, y con el convencimiento de que estamos un poco mejor preparados para enfrentarnos a una situación de riesgo real en la carretera.
También nos preguntamos si este tipo de cursos no deberían ser necesarios para obtener un permiso de conducción, o si cuanto menos deberían recomendarse y apoyarse en mayor medida desde las instituciones públicas, persiguiendo una mejor capacitación de los conductores, en pro de la seguridad vial. Desde autocity.com no podemos hacer otra cosa que recomendaros este tipo de cursos, que además supondrá para vosotros una experiencia muy positiva, y hasta entretenida, gracias al formato ameno de la mayoría de ellos.