Kia Rio 2011

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En 1999 los utilitarios comercializados en el mercado español eran 25, en la actualidad ese número casi se ha duplicado, 47. La competencia es brutal, el segmento B supone el 27% del total de vehículos vendidos en nuestro país. A pesar de su despreocupada estama mediterránea, siempre pegado a su smartphone de última generación, Raoul Picello, máximo responsable de Kia Motors Ibérica, sabe desde su trinchera que los disparos llegan a ráfagas incesantes, y por eso lo que la marca (perteneciente al consorcio Hyundai-Kia, 4º fabricante mundial) se está jugando aquí y en todo el mercado europeo no es un asunto menudo. Al contrario, Picello expone con sencillez y certezas los evidentes progresos del último lanzamiento Kia, el Rio 2011, el tercer modelo que la casa coreana tendrá en el segmento B, junto al minivolumen Venga y el original crossover Soul (que en seis meses se convertirá en el vehículo más viejo de la actual gama Kia), y sin perder de vista la reciente renovación del pequeño Picanto, completando una gama de modelos polivalentes, urbanos, eficientes y, sobre todo, de diseño sumamente atractivo, orientados a la clientela europea. El Rio, con cuatro niveles de acabado y dos motores gasolina y otros tantos diésel, tendrá un precio de partida de 9.400 euros, ya incluido el descuento de lanzamiento de la marca de 2.850 .
El Rio en cuestión se ofrece en su lanzamiento inicial, en septiembre, con carrocería de cinco puertas, y no será hasta enero del año que viene cuando llegue el tres puertas; entre uno y otro la diferencia de precio rondará los 500 euros. El utilitario coreano gana en músculo y aplomo, tanto a la vista como en marcha. Sus cotas así lo demuestran, ha crecido dos centímetros a lo largo (4,05 metros), a lo ancho en 2,5 cm (1,69) y lo más importante aumenta considerablemente su batalla en siete centímetros, hasta los 2,5 metros, otorgándole, junto a una altura rebajada en 1,5 cm y un coeficiente aerodinámico pulido hasta los 0,32, una superficie de apoyo más amplia, más contundente, y por lo tanto más segura, al tiempo que el habitáculo para cuatro pasajeros (homologado para cinco ocupantes) mejora sus cotas, tanto en espacio para las cabezas (ahora las butacas están colocadas en una posición más baja y deportiva) en las plazas delanteras y traseras, como en una ganancia de 775 mm entre la 1ª y 2ª fila de asientos, favoreciendo a los ocupantes de mayor talla. Sin embargo, estas han perdido 3 cm de ancho. Con unos voladizos compactos, ligeros y sensiblemente mayores respecto al modelo que sucede, así como unos fortalecidos pasos de rueda, abres su portón y te encuentras con un cofre de maletero de 288 litros (18 l más que antes) que pueden convertirse en 923 l si abatimos los respaldos traseros.Ya mide más de cuatro metros y su batalla aumenta en 7 cm, mejorando la capacidad de habitáculo y maletero
Es pues la habitabilidad del nuevo Kia Rio uno de sus pilares: está en la media del segmento (olvidémonos de la plaza central trasera) y no tiene nada que envidiar ni a sus contendientes japoneses, a los que supera a todos, Toyota Yaris (286 l), Nissan Micra (265 l) o Mazda2 (250 l); ni a las unidades europeas, como el Seat Ibiza (292 l), Renault Clio (288 l), Opel Corsa (285 l) o Volkswagen Polo (280 l); mientras que solo pierde terreno con los utilitarios de cinco puertas de PSA, tanto el Citroën C3 (300 l) como el Peugeot 207, que con 310 litros es el que marca la pauta.
Desde luego que los cánones de belleza del nuevo Rio son indiscutiblemente superiores al modelo anterior. Su cuerpo en forma de media flecha seduce y sorprende. Toma elementos, o por lo menos aplica, rasgos comunes en unidades europeas de naturaleza superior, tales como los prominentes y estirados faros delanteros con función de alumbrado diurno mediante diodos de LED, una línea de cintura acuñada, dinámica y ascendente hacia la zaga que conjuga a la perfección con una curvatura de techo a lo coup enfatizando ese soplido deportivo al que aspira para llegar a una zaga redondeada de port?n algo recortado para lo que se estila hoy en día con una luneta de dimensiones muy justas (queda penalizada la visibilidad trasera) y coronado con un pequeño spoiler que esconde la luz de freno central, grandes ópticas de diseño horizontal que abarcan las aletas traseras (al estilo Megane cinco puertas) y un paragolpes dimensionado con una moldura de plástico en su zona inferior. Pero, claro, la sinergia está a la orden del día, y Kia no podía olvidarse de los elementos estéticos comunes en sus últimos lanzamientos: fundamentalmente la parrilla delantera (en esta ocasión algo más estrecha), y un paragolpes inferior fraccionado en tres zonas, la central como salida de refrigeración del motor, y las laterales para incrustar entre plásticos de buena apariencia las luces antiniebla. Por último, muy sutil es la fijación de los retrovisores exteriores por debajo de la línea de cintura, con la parte superior en el color de la carrocería, plásticos en la zona inferior e inclusión de la intermitencia en las versiones superiores.

‘Por dentro, es estiloso, todo está en un sitio y muy bien ordenado’Elegante, confortable y estiloso. Así nos recibe el Rio en su interior, donde el salto de calidad es brutal. Siguen predominando los plásticos duros, pero son de buena apariencia, también ganan al tacto, mientras que algunos ajustes, principalmente el de la almohadilla del techo con el parabrisas o las zonas inferiores de los paneles de las puertas (eso sí, bastante ocultos) no están a la altura de otros modelos de la categoría. Con un volante regulable en altura y profundidad, con mandos de control de audio y forrado en piel, al igual que una palanca de cambio manual de tacto muy directo y muy a mano, nos sentamos en unas butacas de tela en color negro que fijan con unas leves jorobas laterales nuestro cuerpo, incluso si buscamos el máximo rendimiento del coche en carreteras con curvas. La regulación lumbar y de altura (manual) del asiento del conductor facilita mucho el encaje de personas de talla alta. Ya sentados, un cuadro de mandos sumamente deportivo, con tres esferas analógicas encajadas entre sí, la central, la más prominente, para el velocímetro que acota una pantalla digital para el ordenador de abordo; a la izquierda del bloque de dirección quedan los botones para desconectar el sistema de star&stop, ESP, sensor de parking o regulación de la iluminación delantera.Por dentro, es estiloso, todo está en un sitio y muy bien ordenado
El confort está también garantizado, por un lado con un reposabrazos central delantero muy bien posicionado, y por otro con una serie de espacios notables para el almacenamiento de objetos, como dos guanteras alargadas en las puertas delanteras y otra muy profunda y cuadrada entre los dos asientos delanteros. Las tonalidades con las que se pueden colorear la cabina (paneles de puertas, salpicadero inferior) son beis, gris oscuro o marrón camel. Pero el corazón de la cabina reside en una consola central que no tiene nada que envidiar a un modelo europeo, con una zona inferior genialmente resuelta para la climatización, apoyándose en botones inferiores de enfoque minimalista (no es un Mini, claro). En la zona superior, en nuestro coche de prueba, queda encuadrada una pantalla a color para el sistema de navegación y cámara de visión trasera, que para el mercado español no estarán disponible, siendo ocupado ese espacio por una pantalla digital más pequeña correspondiente al equipo de audio Virtual Sound desarrollado por Arkamys con cuatro altavoces y dos más opcionales.

Kia, con el objetivo de simplificar la gama y también las labores de logística, únicamente ofrece como opción la pintura metalizada, por 300 euros más sobre el precio base, mientras que elementos como el navegador, la cámara de visión trasera, las llantas de 17 que llevaban los coches de la presentación en Lisboa o la doble tira blanca que surca el techo de las variantes más deportivas no llegarán a nuestro país, y sólo estarían disponibles en el mercado de accesorios y repuestos, limitando notablemente la personalización del coche a gusto del cliente.Acabados muy cerrados: pocas posibilidades de personalización
El equipamiento base arranca en el acabado de acceso Basic (5% de ventas), con un suculento paquete de seguridad compuesto por 6 airbags, ABS, control de tracción, estabilidad y de frenada, asistente de arranque en pendiente o sistema de anclaje ISOFIX; además, mandos al volante, Radio-CD con conexión para USB, AUX o iPod; el acabado Concept añade aire acondicionado y reposabrazos delantero central; el Drive (junto al Concept aglutinarán el 75% de las ventas) quizá sea el acabado más equilibrado, incluyendo ya climatizador, bluetooth, sensor de lluvia, faros antiniebla delanteros, llantas de 15 y sobre todo el paquete ecológico Eco-Dynamics; el acabado superior ‘Emotion’ suma llantas de 16, iluminación con tecnología LED, control crucero, retrovisores exteriores plegables automáticos, sensor de luces y de aparcamiento y volante y pomo del cambio en piel.
Precios Kia Rio 2011**
RIO 1.2 CVVT BASIC 9.400
RIO 1.2 CVVT CONCEPT 10.440
RIO 1.2 CVVT DRIVE 11.540
RIO 1.4 CVVT DRIVE Eco-Dynamics 12.540
RIO 1.1 CRDi WGT BASIC Eco-Dynamics 11.740
RIO 1.1 CRDi WGT CONCEPT 12.440
RIO 1.4 CRDi VGT CONCEPT 12.940
RIO 1.4 CRDi VGT DRIVE 14.040
RIO 1.4 CRDi VGT EMOTION 14.840
**Todos los precios incluyen el descuento promocional de 2.850 euros
‘Nos sorprendió gratamente el diésel tricilíndrico que gasta ¡3,2 l/100 km!’Hasta aquí, diseño y un notable equipamiento de confort. Ahora es el turno de los motores, terreno en el que Kia también se ha abonado a la tecnología de baja cilindrada downsizing, especialmente con un diésel tricilíndrico 1.1 litros que con el paquete Eco-Dynamics rebaja el gasto de combustible hasta unos increíbles 3,2 l/100 km y las emisiones de CO2 a unos reducidísimos 85 g/km, un índice solo inferior en modelos híbridos. Este propulsor 1.1 de 75 cv de potencia, que tuvimos la ocasión de probar, es más vivaz de lo que esperábamos, responde con agilidad a bajo régimen gracias a su turbocompresor y por momentos nos olvidamos de reducir para ganar par (de 170 Nm entre 1.500 y 2.750 rpm), al mismo tiempo que su traqueteo mecánico no es excesivo, especialmente cuando la mecánica entra en calor. Con un habitáculo muy bien insonorizado, circulando por vías rápidas en sexta velocidad en ese punto no hay margen para recuperaciones ni adelantamientos, hay que reducir sí o sí- su funcionamiento es suave. También de seis velocidades es la caja manual del turbodiésel 1.4 litros y 90 cv (en España, de momento, no habrá caja automática), que emite 109 g/km de CO2 y ofrece un consumo mixto homologado de 3,8 l/100 km. Con sus 90 cv de potencia, es la opción más divertida dinámicamente, el conjunto se muestra dócil en curvas complejas y los controles electrónicos son tan intrusivos como necesarios si no queremos que la trasera entre antes de tiempo.Nos sorprendió gratamente el diésel tricilíndrico que gasta ¡3,2 l/100 km!
En gasolina, nos encontramos con el Rio más barato, el Kappa 1.2 litros de doble distribución variable CVVT, 85 cv de potencia, 121 Nm de par máximo y caja manual de cinco recorridos, por 9.400 euros: emite 109 g/km y gasta de combustible 4,8 l/100 km. El escalafón superior es el 1.4 litros de 109 cv de potencia, con unas prestaciones tope dentro de la gama, un 0 a 100 km/h de 11,5 segundos y una velocidad punta de 183 km/h, que le otorgan un rendimiento notorio gracias a un peso en orden de marcha de 1.066 kg. Sus 119 g/km de emisiones de CO2 y un consumo mixto homologado de 5,1 l/100 km se consiguen gracias a una sexta velocidad que desahoga en carretera y sobre todo a lo que internamente la marca denomina ISG (Intelligent Stop & Go) que cuentan además de con el citado sistema de parada y arranque automático del motor en retenciones, con especificaciones como las ruedas de baja resistencia a la rodadura, indicador del momento óptimo de cambio de marcha, alternador inteligente o compresor inteligente de aire acondicionado, así como reducción de peso en luneta y altavoces traseros.El ISG es un conjunto de medidas eficientes para el motor gasolina 1.4 y el diésel 1.1
La revisión del nuevo Rio alcanza también a su chasis, ahora fortalecido en sus estribos laterales gracias al predominio (63%) de acero de alta tensión que conceden al conjunto una mayor robustez y rigidez para soportar el motor, la transmisión, las suspensiones- pero al mismo tiempo más ligero, lo que en conducción rápida le convierten en un coche sumamente divertido, ágil y divertido. La estabilidad es total, no se puede hablar del aplomo de su hermano mayor, el Ceed, pero sí de un Rio con un tren rodante de garantía para soportar sus prestaciones. Así, la suspensión delantera tipo McPherson se mantiene intacta, mientras que es el eje trasero torsional CTBA el que aumenta su firmeza (tiene un cierto aire deportivo, pero nunca se puede hablar de seco) con un incremento de las suspensiones en 10 mm. Si a esto le sumamos un engrandecimiento importante de la batalla, el nuevo Kia Rio es toda una garantía de confort.

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