Musculatura en movimiento
Con la segunda generación del Mazda6, la marca japonesa Mazda apostó decididamente por romper con la anodina rutina de las berlinas medianas, aburridas, sin encanto, con motores más eficientes pero poco emocionales. Ahora, dos años después de aquello, se introduce un restyling que agudiza los rasgos de berlina deportiva, musculosa y atractiva, con un cierto toque americano en su diseño y con todas las innovaciones tecnológicas europeas. La japonesa Mazda se abre, pues, su propio espacio en este segmento en el que la competencia es bárbara, ya que los rivales van desde los también japoneses Honda Accord y Toyota Avensis, hasta los europeos más impactantes de los últimos tiempos como los Opel Insignia o Citroën C5, pasando por las berlinas Premium, como el Mercedes Clase C, BMW Serie 3 o Audi A4.
a favorEquipamiento fuera de mercadoAspecto deportivo y emocionalConfort y comodidad en marchaen contraPoca altura plazas traserasElevado consumo
Desde mayo de este año se comercializa este nuevo modelo, que tiene un precio de acceso de 20.950 euros, con dos carrocerías disponibles cuatro y cinco puertas– más la variante familiar SW y que se postula como una de las berlinas con mejor equipamiento sobre un precio base bastante razonable. Así, nuestra unidad de pruebas ha sido el Mazda6 cinco puertas 2.5 Sportive + navegador, con un precio de 33.310 euros. Que nadie dude de lo bien acabado que está el Mazda6, con un interior fabuloso, amplio y en el que el puesto de conducción adquiere una importancia absoluta, con todos los mandos orientados hacia él, y en el que la ergonomía ha sido una preocupación de primer orden. Con mejoras estéticas que incrementan la exclusividad del modelo, Mazda ha pretendido transmitir altos niveles de calidad visual y táctil, tanto en la cabina como en la carrocería.
A nivel de motorización, la opción elegida en nuestra prueba ha sido el 2.5 litros gasolina de 170 cv de potencia, motor que mantiene las mismas prestaciones que el modelo anterior, aunque ha sido ligeramente refinado, con un 4% menos de consumo y emisiones de CO2. Nos sigue resultando, de todas maneras, un coche excesivamente gastón, en el que los últimos desarrollos tecnológicos de Mazda, i-Stop, no han sido acoplados, como tampoco estarán presentes en el resto de la gama Mazda6. Sin embargo, esta unidad nos ha parecido una berlina de un comportamiento de lo más silencioso y suave, sin atisbo de ruidos mecánicos ni aerodinámicos. Sigue erigiéndose como un coche de muy buen tacto, en el que las suspensiones han sido modificadas, garantizando un mayor confort de marcha. El caso es que, entre otros muchos aspectos que a continuación comentaremos, este Mazda6 destaca por su superlativo comportamiento dinámico. Pura musculatura en movimiento.
Como cual esculturista recién salido de su sesión de gimnasio, aparece este Mazda6, que sigue llamando poderosamente la atención por sus portentosas aletas delanteras, apoyadas en unos pasos de ruedas abombados que recogen unas llantas de aleación de 18 pulgadas rediseñadas; y por unas ópticas delanteras cromadas, anguladas, de diseño vertical, que se alargan hasta un frontal en el que emerge una parrilla delantera con un nuevo logotipo alado de Mazda de color negro en todos los acabados excepto en el Sportive, que es del color de la carrocería. Además se han añadido nuevos embellecedores en los fluidos faros antinieblas, incrustados en un paragolpes delantero que también ha sido optimizado. El atractivo emocional y deportivo de este nuevo frontal se traslada a una trasera en la que los motivos alados se repiten en los grupos ópticos, más anchos y que se alargan hacia la línea de cintura, y con un spoiler trasero sutilmente esculpido, en el que asoma la luz de freno central. El aspecto global de este Mazda6 ha sido tratado con muchísimo mimo, dejándole a las puertas de la exclusividad de las berlinas Premium.
Más dinámico y deportivo, el interior del Mazda6 ha sufrido todavía más cambios, postulándose como una berlina realmente cómoda y con todo a nuestro alcance, dentro de un equipamiento de gran nivel. Se introducen nuevos materiales en la consola central, de lo más limpia e intuitiva del mercado, con una poderosa pantalla a color para controlar toda la instrumentalización central del coche, destacando la función del navegador. Por encima de éste encontramos un pequeño panel rectangular, que añade más información del vehículo (autonomía, consumo medio, consumo instantáneo, velocidad media, hora, audio) y abajo del todo, el sencillo sistema de climatización, ya casi a la altura del bloque de transmisión. Con un salpicadero de dos niveles, con plásticos duros de muy buena apariencia y la combinación de tonos negros con elegantes detalles en cromo, el conductor se topará con un volante deportivo de tres radios con mandos multifunción revisados, incluyendo el sistema de teléfono móvil por conexión Bluetooth. Mientras que los relojes de instrumentalización estarán compuestos por cuatro bloques analógicos, iluminados en color rojo y azul, agudizando la deportividad del modelo.
La apariencia tranquila y recogida del habitáculo tiene otro punto fuerte en unos asientos de lo más ergonómicos, que en nuestro acabado introduce el tapizado en cuero negro y la regulación eléctrica (en los delanteros) de éstos con tres niveles de memoria. Además, Mazda ha mantenido el novedoso sistema de flexibilidad Karakuri en las plazas traseras, las cuales se pliegan completa y automáticamente al accionar un seguro situado a la altura del maletero (en las variantes de cinco puertas y Station Wagon), dejando un piso de carga prácticamente plano. El volumen de carga del cofre de maletero en nuestro cinco puertas es de 510 litros, ampliables hasta los 1.751 litros con los asientos abatidos. Es un coche espacioso en todos los sentidos, con unas plazas delanteras suficientes para un conductor y un acompañante con estaturas superiores a la media. En las plazas traseras la anchura es suficiente para tres pasajeros, aunque con una altura algo justa debido a su figura coupé y curvada.
A nivel de equipamiento, con el acabado Sportive el Mazda6 viene cargado hasta los topes: climatizador bizona, control de crucero, volante y pomo del cambio en piel, pedales de aluminio, cristales traseros tintados, sistema de acceso y arranque sin llave, alerón trasero, asientos delanteros calefactados, equipo de sonido Bose de ocho altavoces, sensores de aparcamiento delanteros y traseros. Pero aquí no queda la dotación, ya que el abanico de elementos que garantizan la seguridad también es bastante holgado, sensor de lluvia y luces, seis airbags, control de tracción, control de estabilidad (DSC), asistencia a la frenada, asistente de ayuda en pendientes, asistente de cambio de carril o faros bixenón direccionales. ¿Alguien da más por 33.000 euros?
Cuesta sacarle algún defecto a esta berlina japonesa, sutil por dentro, ‘musculada’ por fuera. Y más todavía costará si nos ceñimos a sus aptitudes dinámicas, de las más privilegiadas de su segmento. Emocional, como ya antes hemos comprobado en Autocity de la mano del Mazda3, el MX-5 o el SUV CX-7, el motor 2.5 litros de inyección multipunto de este Mazda6 se mantiene intacto con respecto al modelo de hace un par de años, es decir, 170 cv a las 6.000 rpm y un par motor de 226 Nm a las 4.000 vueltas, para colocarse en los 100 km/h desde parado en 8,3 segundos y deteniendo el trabajo motor al alcanzar los 220 km/h, cifras nada desdeñables teniendo en cuenta que estamos ante un coche que mide 4,75 metros de longitud y que su peso se fija en los 1.430 kg. Asociado a una transmisión manual de seis velocidades de largos recorridos, este motor nos ha parecido que tiene su mayor lastre en un consumo mixto bastante elevado, que, según nuestra medición supera levemente los 10 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 192 g/km.
Con este restyling, Mazda ha aprovechado para revisar la suspensión de su berlina, favoreciendo ahora un comportamiento más estable en carretera, disminuyendo las vibraciones que llegan al habitáculo y con una excelente respuesta de dirección. Estable desde el primer momento, el Mazda6 incluyen nuevos casquillos en las barras estabilizadoras delanteras, lo que provoca que el tren delantero no sea tan rígido y absorba mejor las irregularidades del asfalto que encontramos a nuestro paso. Esta evolución es compensada con nuevos silent blocks más rígidos que antes en la suspensión trasera, que hacen de este Mazda un coche fiable a la hora de entrelazar curvas, con un reparto de pesos extraordinario para una berlina.
Más atlético en sus formas para el ojo humano, esta carrocería más esculpida también tiene sus beneficios a nivel aerodinámico, con un coeficiente de 0,27 gracias a la inclusión de nuevos deflectores y un spoiler delantero más ancho. La suavidad en marcha la notamos desde el inicio, desde que apretamos el botón de arranque, a la derecha del bloque de dirección. Su comportamiento es más progresivo que radical, pero en ningún momento se muestra perezoso a bajas vueltas, destacando por una notable elasticidad, que le lleva a ser bastante rotundo a más de 4.000 revoluciones. A alta velocidad es realmente agradable la suavidad con la que funciona, con el silencio de rodadura mejorado y una dirección también revisada- que transmite a las ruedas nuestras sensaciones, con una mayor estabilidad. En todo momento es un coche gobernable, que ha mezclado óptimamente las sensaciones deportivas con el confort del día a día.