Volkswagen Sharan
En términos de confort, polivalencia y espacio se mueve el segmento de los monovolúmenes grandes, donde el Volkswagen Sharan 2010, un modelo completamente nuevo respecto a la generación 2000, se medirá a partir del próximo mes de octubre a grandes y cotizados rivales Kia Carnival, Renault Espace, Ford Galaxy o Chrysler Grand Voyager- con un nuevo ADN, ya presente en el resto de la flota VW, y con soluciones técnicas cargadas de versatilidad y dinamismo, como la puertas traseras corredereras o la modularidad de los asientos, de siete o seis plazas, distribuidas en tres filas (2+3+2 ó 2+2+2), o para cinco pasajeros.
Con los precios por definir, este renovadísimo Sharan, que parece que se ha quitado diez años de encima de un plumazo, estará disponible con cuatro mecánicas, dos diésel (2.0 TDI de 140 o 170 cv) y dos gasolina, un 1.4 TSI de 150 cv y el TSI de 200 cv, el único de los cuatro que de serie va asociado al eficiente cambio automático de doble embrague DSG. Además, el grupo VAG sigue apostando decididamente por las innovaciones tecnológica en favor del medio ambiente, y todos los propulsores, menos el más potente, vendrán equipados de serie con el sistema de parada y arranque automático del motor (en la prueba de contacto se mostró de lo más certero); además de una lista de extras de lo más pomposa: cámara trasera de ayuda al aparcamiento, techo eléctrico panorámico, suspensión adaptativa DDC, navegador o faros direccionales.
Vayamos por partes. El remozado que ha sufrido el Sharan es superlativo. Comparado con un Sharan 2000, parece como si hubiese encogido, aunque las dimensiones oficiales nos digan otra cosa. Este modelo mide de largo 4,85 metros (22 cm más que su antecesor), es nueve centímetros más ancho (1,9 metros) y es más bajo que el anterior modelos (1,2 centímetros), a pesar de la inclusión de barras en el techo, que acentúa su carácter deportivo, fruto de la sinergia de todos los modelos VW. Ahora, nos encontramos una carrocería de diseño más fresco, con unas líneas horizontales muy claras, que dan como resultado un conjunto equilibrado, gracias, en parte, a unos grupos ópticos delanteros rasgados y unos traseros en forma de M, esculpidos con gran precisión sobre un portón trasero de grandes dimensiones. Si levantamos éste, nos topamos con un volumen de carga de hasta 2.430 litros, en la versión de cinco plazas y con todos los asientos abatidos. Esta cifra se reduce a 2.297 litros en el siete plazas, que son 711 litros (1.167 litros si lo cargas hasta el techo) con la tercera fila de asientos abatida.
Se ofrecerá en tres niveles de equipamiento: Edition, Advance y Sport, que cambia las llantas de aluminio de 16 pulgadas por otras de 17, acopladas a una suspensión deportiva de lo más eficiente en carreteras con curvas para una carrocería tan grande, eyectores del limpiaparabrisas calefactables, asientos deportivos de cuero y alcántara -los delanteros calefactables-, volante y pomo del cambio de cuero o faros bixenón con leds de luz diurna. Los dos acabados más básicos aparecen con elementos como el freno de estacionamiento mecánico, accionamiento eléctrico para las puertas correderas o unos neumáticos antipinchazos fabricados por Continental denominados ContiSea.
Las prestaciones de los cuatro motores son las siguientes: el 1.4 TSI de 150 cv acelera de 0 a 100 en 10,7 segundos, consume 7,2 litros a los 100 km y emite 167 gr/km en ciclo mixto; el 2.0 TSI de 200 cv tarda 8,3 segundos desde parado hasta los 100 km/h, gracias a los 280 Nm entre 1.700 y 5.000 vueltas, y tiene una punta de 218 km/h, con un consumo combinado de 8,1 l/100 km. En ciclo diésel, el 2.0 TDI de 170 cv alcanza los 100 km/h en 9,7 segundos, presentando una velocidad máxima de 207 km/h y 5,7 litros a los 100 km de media. Para el final dejamos el motor diésel de 140 cv, con unas prestaciones respetables, pero que brilla básicamente por su reducidísimo consumo mixto, de 5,5 l/100 km, el más bajo del segmento.
Este Golf a gran escala, como se puede catalogar tras un primer vistazo, tendrá en sus versiones diésel las más demandadas. Por ello, probamos estas dos motorizaciones. Ambas tienen un guiado excelente, se muestran certeras en el reparto de pesos, acercándose por comportamiento más al segmento de los turismos que al de los monovolúmenes. Sus 1.700 kg de peso final no es problema para dominarla. Los frenos responden bien y el conjunto se muestra agradecido (tanto en el 140 como en el 170 cv) a partir de las 1.700 rpm, perdiendo toda su fuerza a las 3.800 rpm. En el 170 cv, asociado al DSG de seis velocidades, notamos un sonido de motor mucho más suave, sin apenas rumorosidad, gracias al eficaz common-rail. El de 140 cv con la caja manual de seis velocidades si que le notamos algo más corto en sus recorridos, y es por ello que su sensación de coche pesado es mayor, aunque no excesivamente exagerado.