Ferrari híbrido: Hy-Kers
Un laboratorio de pruebas
En ocasiones la palabra prototipo se aleja de la realidad. Un ejemplo clarividente es la intención de Ferrari de producir un coche híbrido en un plazo de cinco o seis años. La base de operaciones, lo que los ingenieros italianos denominan laboratorio de pruebas, será el Ferrari 599 GTB Fiorano. Sobre esta plataforma deportiva, se hará realidad el Hy-Kers, que algunos privilegiados tuvimos el placer de admirarlo en el último Salón del Automóvil de Ginebra. La sorpresa que despertó fue equiparable a la ambición de los directivos de la firma del cavallino rampante, que aspiran a alcanzar en 2012 unas emsiones de CO2 de 250 g/km, frente a los 307 g/km actuales. La empresa se antoja compleja, reconocido por los propios ingenieros de la marca, que admiten que con la tecnología actual no sería posible llegar a aquellas cifras. Los esfuerzos, pues, se orientan a nivel de ingeniería, motor, aerodinámica o tecnologías desarrolladas por la división de F1.
Los ingenieros de Ferrari, que han sido capaces de reducir notablemente los 450 g/km de CO2 que sus coches emitían allá por 2006, han trabajado en diferentes elementos del coche, como por ejemplo, rebajar su centro de gravedad sin penalizar las prestaciones y el espacio, de tal manera que la batería de litio se sitúa bajo el habitáculo, concretamente en el interior del fondo aerodinámico. Con ingenieros obsesionados por pulir hasta el último milímetro de sus máquinas, el peso final del motor eléctrico se fija en 40 kilos, actuando tanto en el momento de la aceleración, colaborando con el par, o como único propulsor con cero emisiones. Tiene una potencia de 100 cv, manteniendo el objetivo de la marca de incrementar un caballo por cada kilo de peso adicional. La batería del motor eléctrico se recarga gracias a que recupera energía cada vez que frenamos. Además, cuando entra en funcionamiento la combustión mixta (trabajan los dos motores, gasolina y eléctrico) el sistema utiliza de forma automática uno u otro, al estilo Toyota Prius.
No todo es color de rosa, y desde las altas esferas de Ferrari reconocen que el suministro de componentes de primer orden para su proyecto híbrido es mejorable. Por ejemplo, Ferrari, que ya ha incluido en algunas unidades de su California el sistema Stop&Star de Bosh, tuvo que desarrollar sus propias especificaciones para reducir el tiempo de arrancada hasta los 250 mseg, frente a los 700 habituales. De todas formas, las primeras pruebas con este coche laboratorio dan unos resultados esperanzadores, un 35% de reducción del consumo y las emisiones, manteniendo el sonido y comportamiento tradicional de la firma.
Sobre las intenciones a medio-largo plazo de Ferrari ya hemos hablado, pero la mítica firma italiana quiere introducir ciertas innovaciones en modelos de producción a partir del próximo año. Y es que tras la repercusión que ha tenido el desarrollo de nuevos sistemas en el California, desde Ferrari se cree firmemente en la posibilidad de mejorar la eficiencia energética de sus coches con motores más limpios que actúen sobre el aire acondicionado o los propios ventiladores del radiador, reduciendo el consumo y las emisiones en un 5%. La experiencia de Ferrari en la F1, el paradigma de la aerodinámica, la colocan en la rampa de salida para que dentro de cinco años sea una realidad el sueño de conducir un Ferrari que contamine y consuma menos. El órdago está echado.