VW Polo 1.4 MPI 5p
El Volkswagen Polo de la quinta generación, lanzado al mercado este verano, acaba de ser galardonado con el título de Coche del Año en Europa, por delante de otros tan interesantes como los Toyota iQ y Opel Astra. Este coche de fabricación nacional –Landaben, Navarra- ha sido destacado por el jurado principalmente por su calidad general, por el rendimiento de sus motores y por su acertado diseño exterior semejante al del Golf.
En Autocity nos hemos subido a una de las versiones intermedias, la que porta el sencillo motor 1.4 MPI de 85 cv asociado al cambio manual de cinco velocidades. Con el acabado de nuestra unidad probada, que se puede ver en las fotos, el precio es de 15.000 euros (al que habría que restar el descuento actual: 1.200 €), una cantidad razonable pero algo superior a la de los Skoda Fabia y Seat Ibiza con idéntico motor, y también algo mayor que el coste de los Renault Clio y Peugeot 207 más cercanos.
Ahora bien, desde los niveles más básicos el nuevo Polo viene muy bien equipado, tanto con elementos importantes en materia de seguridad (ESP con ayuda al arranque en pendientes, airbags laterales y de cabeza, climatic, etc) como con tendencias actuales al estilo de las luces de día (en este caso con faros halógenos y no de led). La calidad tan valorada por el jurado también se percibe nada más entrar, pues los materiales empleados en el interior dan una buena imagen de solidez y presentan un buen ajuste y tacto. Es sobrio, pero agradable y de brillante factura.
Por si fuera poco, el comportamiento dinámico hace gala de una puesta a punto sobresaliente, con una relación entre comodidad y estabilidad fantástica. Además, aunque el motor que probásemos no fuese ningún alarde de tecnología, durante la prueba se mostró ágil y poco bebedor, logrando un rendimiento notable, gracias también al reducido peso de 1.070 kilos. Básicamente podemos decir que el nuevo Polo no deslumbra por nada en especial, pero en todos los aparatados alcanza una nota elevada, siendo este su principal argumento: el perfecto equilibrio. Ahora a principios de año la gama se completará con la llegada del Polo 3p y los novedosos y eficientes motores 1.2 TSI y 1.2 TDI. Antes de que eso suceda, en Autocity estamos preparando también una prueba del Polo 1.6 TDI 5p para publicarla en breve.
El nuevo Polo es más grande que su predecesor, aunque con sus 3,97 metros de largo, 1,68 metros de ancho y 1,46 metros de alto no resulta de los más voluminosos de la categoría. Eso sí, el habitáculo está muy bien aprovechado y da una buena sensación de espacio, mientras que la capacidad de su maletero es bastante razonable, con 280 litros ampliables a 952 litros si se abate la fila de asientos trasera.
Del diseño no hay duda: es un Golf a escala. Cierto es que la forma de los pilotos traseros no se parece en nada, pero el estilo de su frontal, sus proporciones y su interior recuerdan claramente al popular compacto de Volkswagen. Es curioso como para este Polo se ha optado por la opción de montar luces de día, pero en lugar de posmodernos leds se sirve con unos faros halógenos muy convencionales, que a más de uno de harán pensar que el conductor se ha olvidado de apagar los antinieblas.
En cuanto a equipamiento se refiere, la versión 1.4 MPI ofrece dos niveles: Advance (14.350 €9 y Sport (15.750 €). Nuestra unidad correspondía al más básico, pero se le había añadido el “Paquete Advance & Polo” (645 €). Todos los Polo traen de serie la comentada luz diurna, el aire acondicionado Climatic, el ESP con asistente de arranque en pendientes, el radio-cd, y los airbags incluidos los laterales y de cortina.
Ya el Sport cuenta con llantas de aleación de 15 pulgadas, asientos deportivos, faros antiniebla con luz estática de giro, volante de cuero, reposabrazos central, control de presión de neumáticos, etc. No obstante, existen muchos extras y paquetes de equipamiento que permiten elegir el Advance y completarlo con lo que cada uno considere más importante.
Comportamiento ejemplar
Como decíamos anteriormente, nuestra unidad de pruebas traía un motor nada revolucionario, muy lejos en “modernidad” de los 1.6 TDI o de los próximos 1.2 TDI y 1.2 TSI. Sin embargo, la simplicidad a veces es una virtud, y además aporta un plus en cuanto a facilidad de mantenimiento y fiabilidad. Son 85 cv y 132 Nm unas cifras que en algún otro caso nos pudieran llegar a parecer algo escasas, pero combinadas con un peso total de 1.070 kilos forman un conjunto bastante respetable.
La cifra de aceleración de 0 a 100 km/h (12,5 segundos) no hace justicia con el empuje que se percibe en la práctica, ya que realmente este Polo 1.4 es un coche ágil. Claro que no es un “tiro”, pero con unas recuperaciones razonables y una velocidad punta de 177 km/h esta versión es más que suficiente para la mayoría de los usuarios. El cambio de cinco velocidades se maneja con suavidad y precisión, y además las cifras de consumo y emisiones son muy contenidas: 5,9 l/100 km y 139 g/km de CO2. Opcionalmente –por 1.400 euros más– este mismo motor está disponible con cambio DSG, con el que se logran mejorar ligeramente las prestaciones.
Pero sin duda uno de los mejores atributos de esta versión es la suavidad de marcha, ausente por completo de vibraciones y sonido al ralentí. En su manejo, a la citada dulzura también ayuda su dirección, precisa pero muy suave a baja velocidad. Por sus dimensiones, dirección y empuje el Polo 1.4 es un gran aliado en la ciudad, pues resulta manejable y veloz. Pero lo más sorprendente es que si salimos a carretera, cuando tomamos una curva un poco más rápido de lo recomendable el chasis saca a relucir su buen trabajo realizado en él (es más ligero y más rígido que el de su predecesor) y, combinado con las llantas de 15 pulgadas (opcionales en el Advance y de serie en el Sport), ofrece al conductor una seguridad ejemplar. No hace ningún extraño, “pisa” con firmeza y da mucha confianza a quien se encuentre al volante.
En definitiva, un coche muy fácil de llevar, con un elevado grado tanto de confort como de estabilidad y con un nivel de prestaciones más que suficiente. Si a ello le añadimos su dulzura y lo poco que consume, nos encontramos con un automóvil cuya nota final no puede ser otra que la de sobresaliente.