Solidez y calidad
Toyota comenzó el año con la llegada de la tercera generación del Avensis, una berlina que en su anterior generación ya había dejado muy buen sabor de boca por su calidad y comportamiento. La fórmula sigue siendo la misma, pues el Avensis es ante todo un automóvil que transmite solidez y calidad, y, por tanto, este nuevo modelo debía seguir reuniendo esos mismos ingredientes.
Con sus 4,69 metros de largo, es algo más grande que su predecesor, pero no tanto como algunas las berlinas de nueva generación del segmento, que, en casos como el Opel Insignia, el Ford Mondeo o el Skoda Superb, superan los 4,80 metros de longitud. Nuestro protagonista de hoy puede enfrentarse sin complejos a cualquiera de las berlinas del mercado, incluidas la denominadas ‘premium’, aunque quizá sus rivales naturales más directos sean –por eso del país de procedencia y también por su reciente remodelación- los Honda Accord y Mazda 6.
En Autocity probamos la que versión que consideramos más interesante: el Avensis 2.2 D-4D 150 cv Active (26.950 €). Se trata del por ahora tope de potencia y asociado al equipamiento más básico. Este acabado Active trae de serie ya todo lo necesario –como airbags incluso para las rodillas, reposacabezas activos, llantas de aleación de 17 pulgadas, volante de cuero, etc- y en nuestra unidad de pruebas venía asociado al cambio manual de seis velocidades.
Con un habitáculo espacioso y confortable, un motor que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos a la vez que sólo necesita 5,5 l/100 km de media, un comportamiento seguro y eficaz, y la calidad que acostumbra a imponer en todos sus productos la marca Toyota, es evidente que el Avensis es una de las opciones más recomendables a la hora de pensar en la compra de una berlina. En las siguientes páginas lo analizamos más al detalle.
A primera vista, la impresión que causa este nuevo Avensis es todavía que mejor que la que causaba el modelo anterior. Lógicamente resulta más moderno, pero además presenta una imagen todavía más sólida y elegante. En cuanto a gustos, ya se sabe… pero realmente pensamos que también es más bonito que el modelo al cual sustituye, y, la verdad, su imagen ha cambiado significativamente.
No sucede lo mismo con el interior, cuyo salpicadero sigue siendo muy sobrio, como en el anterior. Aunque tanto en el cuadro de mandos como en la consola se hayan cambiado prácticamente todos los elementos, se ha hecho de una forma tan continuista que apenas da sensación de estar ante un coche totalmente nuevo. Nuestra unidad de pruebas añadía el navegador opcional (1.000 euros), de modo que, además de su evidente funcionalidad, el aspecto interior ganaba algunos enteros. Eso sí, por calidad y ajustes nada que objetar, aunque de diseño está claro que no se han hecho muchos alardes.
Una virtud que se conserva e incluso se mejora es la de la comodidad. El Avensis ya era, y ahora todavía más, un coche cómodo y a la vez agradable de conducir. Además de contar con un espacio más que suficiente para los pasajeros, su maletero es de los grandes, con 509 litros de capacidad.
Por equipamientos, el Avensis 2.2 D4-D 150 cv Active trae de serie todo lo imprescindible en una berlina moderna de gama medio-alta. Para el resto de acabados (Advance, por 27.700 €, y Executive, por 29.850 €) deja las exquisiteces, que afectan principalmente a tapicerías, guarnecidos y algún que otro elemento. Otra opción es el cambio automático, que tiene un sobreprecio de 1.000 euros. Esa misma cantidad es la diferencia que hay que pagar si nos decantamos por la carrocería familiar Cross Sport.
Motor ya conocido
Aunque la gama gasolina ha cambiado en el Avensis de tercera generación, no ha sucedido lo mismo con la gama diésel, ya que por ahora siguen siendo los mismos que en la anterior generación. Y es que cuando las cosas van bien no es necesario modificarlas, como así sucede con el motor 2.2 D.4D de 150 cv. No ostenta ninguna cifra récord ni por consumo ni por prestaciones, pero en todos los apartados consigue la nota de notable. Emite 147 g/km de CO2, gasta 5,5 l/100 km de media, acelera de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos y alcanza los 210 km/h.
Pero no sólo las cifras son notables, también merece una nota alta su forma de entregar la potencia y su nivel de vibraciones y sonoridad. Su entrega es progresiva y poderosa, y el aislamiento del habitáculo oculta muy bien tanto el ruido como las vibraciones. También su cambio manual de seis velocidades funciona a la perfección, además de obtener unas cifras de prestaciones y consumos claramente mejores que con el automático Autodrive S.
Y por lo que se refiere al comportamiento dinámico, el Toyota Avensis sigue en la misma dirección que su predecesor, pero resulta todavía mejor. Mantiene la misma filosofía, es decir, la de coche estable y cómodo, que si bien ni balancea excesivamente en las curvas ni cabecea mucho en las frenadas, ofrece más bien un tacto de “coche grande” que de “coche ágil”. Se trata de un perfecto rutero, que no cansa en viajes largos, y que mima a sus ocupantes tanto por el buen trabajo hecho en las suspensiones como por el realizado en la insonorización del habitáculo. En definitiva, que si bien no goza de tacto deportivo, sí sobresale por su compromiso entre estabilidad, seguridad y confort. Sencillamente, “un señor coche”.