Alonso, que había sido cuarto en el primer entrenamiento libre, paró entre la tercera y la cuarta curva de la pista paulista, con el motor de su Ferrari incendiado, a falta de 24 minutos para el final de una sesión que, por ese motivo, se paralizó, con bandera roja.
El doble campeón mundial asturiano se bajó del monoplaza, tomó un extintor y apagó él mismo las llamas.
Este incidente no le causará pérdida de puestos en parrilla, ya que Alonso rodaba en esos momentos con un motor viejo, ya usado a principios de año.