El tramo cronometrado inaugural del Rally de Francia tenía la condición de ‘power stage’, es decir que repartía puntos para los tres rimeros clasificados, a razón de 3, 2 y 1.
Neuville precisaba ser primero para impedir que Ogier ganara el título en el tramo inicial, pero al ser superado por el español Dani Sordo (Citroen) el francés ya era campeón incluso antes de tomar la salida.