Vettel -ganador de los últimos dos Mundiales-, que, tras ser sancionado en la calificación, salió desde el ‘pit lane’ y protagonizó la remontada del día al acabar tercero el último Gran Premio, el de Abu Dabi -en el que relegó a un segundo plano otra gran actuación de Alonso, que fue segundo-, lidera el campeonato con 255 puntos, diez más que el doble campeón del mundo asturiano.
Tercero es el finlandés Kimi Raikkonen (Lotus), que en Yas Marina se convirtió en el octavo ganador de la temporada y que, paradójicamente, celebró su victoria el mismo día que, al sumar 198 puntos, perdió toda opción matemática de anotarse un título que celebró en 2007.
Fernando salió líder de Europa, pero, tras ganar cuatro de las cinco carreras del último periplo asiático (Singapur, Japón, Corea del Sur e India), Vettel no sólo tomó el liderato, sino que en Austin, donde se disputará por primera vez un Gran Premio de Estados Unidos -que vuelve al calendario tras haberse corrido por última vez en 2007, en Indianápolis-, dispondrá de su primera ‘bola de partido’. Que podría resolver a su favor en su GP numero cien en F1.
El campeón de Heppenheim se podría anotar su tercer campeonato seguido si logra sumar en el recién construido Circuito de las Américas quince puntos más que Alonso, el otro aspirante a convertirse en el tricampeón más joven de la historia. Que intentará por todos los medios que el duelo se resuelva una semana más tarde en Sao Paulo, sede del último Gran Premio, el de Brasil, donde el español festejó sus dos títulos, en 2005 y 2006 (con Renault).
Lo que parece imposible es que a la escudería austriaca, que dominó los dos últimos campeonatos gracias a las genialidades del ingeniero inglés Adrian Newey -el diseñador estrella de la F1-, se le escape el Mundial de constructores: a Vettel y al australiano Mark Webber les basta sumar cuatro puntos entre ambos para festejar otro titulo por equipos este mismo fin de semana en Texas.
Diseñado, al igual que el resto de las últimas pistas incorporadas al circo del gran motor, por el alemán Hermann Tilke, el nuevo circuito de Austin -al que el domingo está previsto que se den 56 vueltas, para completar un recorrido de 308,8 kilómetros- tiene una longitud de 5.516 metros y una zona de DRS, en la recta entre la undécima y la duodécima de sus veinte curvas.
Mañana, viernes, se inaugurará como pista de competición de Fórmula Uno con los dos primeros entrenamientos libres, en la víspera del tercer y último ensayo, que precederá a la calificación que ordenará la parrilla de salida de un Gran Premio en el que -al igual que los de Singapur, Corea, Abu Dabi y Brasil- se rodará en sentido inverso al movimiento de las manecillas del reloj.
Pirelli, suministrador único de neumáticos, ha elegido los compuestos medios (raya blanca) y duros (plateada) para un Gran Premio en el que comparten récord de victorias -cinco- el alemán Michael Schumacher (Mercedes) y el brasileño Ayrton Senna; y que ganó por última vez, en 2007, el inglés Lewis Hamilton (McLaren).
Lewis se anotó el último GP de Estados Unidos en Indianápolis, una de las nueve sedes que hasta ahora ha tenido esta prueba, disputada por primera vez en Sebring, en 1959, y que en Austin estrenará décimo escenario en su quincuagésima segunda edición.
Ese día, Hamilton venció por delante de Alonso, que debe confiar en el definitivo avance de Ferrari para intentar comenzar a darle la vuelta al Mundial en el Circuito de las Américas, donde está previsto que numerosos mexicanos apoyen a su compatriota Sergio Pérez (Sauber), que buscará un buen resultado en EEUU.
Al igual que el venezolano Pastor Maldonado (Williams), que, tras ganar el GP de España -el pasado mes de mayo, en Montmeló (Barcelona)- logró hace dos fines de semana, en Abu Dabi, su segundo mejor resultado del año, al acabar quinto en Yas Marina.
El otro español en pista, Pedro de la Rosa, intentará abstraerse de la difícil situación de su escudería, la española HRT -recientemente puesta en venta-, y buscará en Austin sacar lo máximo del monoplaza del equipo que dirige Luis Pérez Sala.