Deportivo de raza
En un mercado del automóvil cada vez más diversificado en lo que a tipo de coches se refiere, los deportivos continúan cosechando gran éxito entre los verdaderos amantes del automóvil, bien como coche único en ocasiones, utilizado incluso para desplazarse por ciudad, o como segundo coche en otras, para ser disfrutado en momentos puntuales de tiempo libre y expansión. Lo que hemos de reconocer es que los coupés y deportivos son los coches habitualmente más atractivos del mercado, son los que atraen las miradas de todo el mundo, además de poder aseguraros que en esos modelos cada marca vuelca su máxima capacidad de desarrollo en cuanto a tecnología mecánica y de diseño.
a favorInnovadora estética deportiva.Prestaciones escalofriantes.Equipamiento muy completo.en contraPrecio elevado.Habitáculo claustrofóbico.Dureza general.
Por esta gran demanda que siguen experimentado estos modelos deportivos, las marcas los presentan cada vez más atractivos y modernos, cada vez más potentes y, desde luego, cada vez más seguros. Así lo hace una de las marcas alemanas Premium más reconocida en nuestro mercado, BMW, que ya desde hace tiempo cada uno de los modelos que desarrolla incorpora gran variedad de propulsores, así como conlleva una versión deportiva denominada M. Pero hay un modelo que en todas sus versiones resulta un auténtico deportivo, y hablamos de la serie Z, que se ofrece en dos variantes, roadster descapotable o coupé. Asimismo, esta serie Z, como el resto de series de la marca, está coronada en cuanto a mecánica, comportamiento deportivo y equipamiento Premium por la versión M que tanto gusta a los verdaderos fanáticos de la marca y de la deportividad.
Hace relativamente poco tiempo, tuvimos la ocasión de ponernos a los mandos del Z4 M Roadster para ver lo que daban de sí sus escalofriantes prestaciones y su imponente imagen radical, cualidades combinadas con el encanto de desplazarnos a techo descubierto. Ahora no hemos dejado pasar la oportunidad de probar el mismo acabado M en su versión cerrada coupé, para encontrar en la práctica lo que diferencia a ambas versiones, así como comparar sus características con la competencia e incluso con su antecesor Z3 M Coupé.
Entre los deportivos Premium con unas características mecánicas similares y el mismo concepto de deportividad absoluta con carrocería cerrada encontramos sólo como rivales directos al Porsche Cayman S, al Chrysler Crossfire SRT6 o al nuevo Nissan 350Z, mientras que si ampliamos el baremo de similitud más hacia la imagen de coupé deportivo podríamos citar por la parte inferior modelos como el Alfa Brera 3.2 V6 Q4 (con bastante menos potencia), el Audi TT Coupé 3.2 Quattro, y por la superior exclusivas máquinas como el Jaguar XK 4.2. El precio de base de nuestro Z4 M Coupé es de 68.000 euros, 2.500 euros más barato que la versión Roadster, una cifra que pagaremos con gusto si lo que deseamos es un verdadero deportivo de más de 60.000 euros aunque no nos permita circular al aire libre.
Lujoso biplaza de carreras
Los deportivos de raza tienen multitud de rasgos característicos que los diferencian como tales, como una carrocería generalmente baja y ensanchada que aumenta la estabilidad y mejora la aerodinámica, un morro muy largo para dar cabida a un motor “de verdad”, una zaga habitualmente corta para que el reparto de pesos sea perfecto, etc. Además, presentan determinados rasgos mecánicos y de diseño que mejoran notablemente el comportamiento deportivo, como llantas de aleación de grandes dimensiones con neumáticos muy deportivos, spoilers que recorren la carrocería, alerón sobre el portón, así como asientos deportivos y volante pequeño en el interior para optimizar las reacciones más dinámicas.
Nuestro Z4 M Coupé resulta ser la versión más deportiva de toda la serie Z, con una carrocería tan fluida y musculosa como en el Roadster, aunque con un techo cerrado que aumenta la rigidez total. El resto de elementos son comunes con aquel, con unos rasgos marcados por todos los ángulos que muestran una gran agresividad, estudio aerodinámico y diseño vanguardista, como el paragolpes delantero con aperturas de refrigeración en forma de X, las marcadas líneas que recorren el abombado capó, las aletas y las puertas, el ensanche de los pasos de rueda para albergar llantas de gran diámetro, etc. Lo que sí varía fundamentalmente en el conjunto es el techo y la zaga, que se presentan algo menos radicales que en el Roadster al tener un portón de apertura completa con unas formas muy redondeadas que dibujan el spoiler trasero. En la zona inferior asoman las típicas cuatro salidas de escape que braman el original ronroneo metálico de las versiones M de BMW, grave a bajas vueltas y más agudo cuanto más arriba en el cuentavueltas.
El Z4 M Coupé, además de ser un deportivo extremo, es un coche de lujo condicionado por su pertenencia a una marca Premium. Por ello, el interior se percibe repleto de lujo y detalles deportivos, con un habitáculo invadido por pieles y molduras en madera, algo para nosotros incongruente en un modelo de estas características, pero bueno, indudablemente lujoso, eso sí. Entre los detalles deportivos llaman la atención sobremanera los impresionantes asientos de tipo baquet en piel beige de nuestra unidad, que abrazan el cuerpo con esmero y no nos permiten desplazarnos ni un ápice, por muy rápido que vayamos. Su regulación es eléctrica y con memoria para el conductor. Otros rasgos deportivos son el grueso volante de cuero con mandos de audio y el control de velocidad y la corta palanca del cambio realizada en piel perforada.
La limpieza de líneas interiores propia de BMW la encontramos también en este modelo en el que todo se organiza en torno a un salpicadero simétrico, con una consola central reducida desde la que se controla todo, el sistema de audio, el climatizador y el navegador. Los relojes del cuadro de mandos de esta versión M están biselados en cromo y las agujas analógicas lucen en rojo. En cuanto a la habitabilidad, la postura de conducción es muy deportiva y directa para la adaptación a los mandos, así como la postura del copiloto que también se sitúa a baja distancia del suelo. Como es habitual en los biplazas existen pocos huecos para guardar objetos, aunque justo entre los asientos hay un espacio con tapa en el que podemos dejar algo y está situado el cargador de CD´s. Lo peor de esta versión Coupé del Z4 es que, si el habitáculo de la versión Roadster se percibe estrecho y pequeño, en esta versión resulta realmente claustrofóbico, puesto que no se puede quitar el techo. Lo que sí es cierto es que en cualquier coche de este tipo la habitabilidad no es su fuerte.
La versión M nos sorprende con un equipamiento de serie de confort y seguridad muy completo, con sistemas como los faros bi-xenón, revestimiento y tapicerías de cuero, asientos deportivos ajustables eléctricamente, radio CD con lector de MP3 con cargador de 6 CD, climatizador, control dinámico de estabilidad y tracción DSC, diferencial autoblocante, alarma volumétrica e inmovilizador electrónico, airbags frontales y laterales delanteros, llantas de aleación de 18 pulgadas con neumáticos deportivos 225/45 mm delante y de 255/40 mm detrás y discos ventilados en ambos ejes. Opcionalmente, como nuestra unidad, se puede montar elementos como sensor de lluvia y encendido de luces, anclajes ISOFIX, revestimientos del salpicadero y del túnel central en madera de Nogal, cuero integral Walknappa, sistema de navegación Professional, control de distancia de aparcamiento PDC, control de velocidad de crucero, retrovisor interior y exteriores antideslumbramiento y pintura metalizada, entre otros elementos.
Prestaciones concentradas
La versión M del Z4 Coupé monta el mismo motor de altas revoluciones que la versión Roadster, un propulsor que ya movía al M3 de la generación anterior E46 y lo convertía en una berlina intratable. Se trata del 3,2 litros con 24 válvulas atmosférico de 6 cilindros en línea que entrega una abrumadora potencia de 343 cv de potencia a una escandalosa cifra de 7.900 rpm y un par motor de 365 Nm a 4.900 rpm, lo que da una idea de la aceleración a medio y alto régimen que entrega este reducido coupé. El corte no llega hasta las 8.000 vueltas, ¡impresionante! En cifras, los 100 km/h se logran en 5 segundos mientras que la velocidad máxima es de 250 km/h limitada electrónicamente. Estos números le colocan en la élite de los coches deportivos.
Este inmenso motor se ha combinado con una caja de cambios manual de 6 velocidades de relaciones cortas que ofrece un comportamiento fantástico por precisión y rapidez. Con cualquier marcha insertada y a cualquier régimen de giro, el propulsor de 3,2 litros muestra grandes reservas de potencia y empuja con una fuerza descomunal, todo ello acompañado de un melodioso sonido de escape que anima a buscar todas las cualidades al motor jugando con el acelerador. Todas estas excelentes sensaciones van más allá si presionamos el botón Sport que da rienda suelta a nuestra adrenalina actuando sobre la capacidad de reacción del acelerador, sobre el régimen del motor y sobre el sonido del escape se hace más presente. ¡Sólo para puristas!
Para anclar al asfalto esta tremenda potencia, el Z4 M Coupé ha apostado por un chasis similar al de su hermano Roadster, aunque con un mayor nivel de rigidez y solidez obtenida con un techo rígido que le otorga mayor resistencia y entereza al conjunto, más similar a la que ofrece el deportivo M3, evitando las inevitables microvibraciones parásitas que encontramos en la versión cabrio. Con ello se aumenta la efectividad en conducción deportiva aunque, bien es cierto que también se incrementa la sensación de dureza de la amortiguación. El Z4 M Coupé busca el mejor reparto de pesos con lo que el motor está ubicado por detrás del eje delantero, además de ofrecer la clásica configuración deportiva de motor delante tracción trasera.
El bastidor que acompaña a esta rígida y deportiva carrocería está compuesto por una suspensión puesta a punto de la forma más deportiva y radical, rebajada en 10 mm respecto al resto de versiones del Z4, con una configuración MacPherson en el eje delantero con brazos transversales de aluminio forjado que aumenta la precisión y la agilidad general, mientras que detrás se apuesta por brazos oscilantes centrales con refuerzos que contribuyen a la rigidez final. La dirección hidráulica empleada en esta versión de altas prestaciones proporciona una gran agilidad y maniobrabilidad. El sistema de frenado por el que apuesta el Z4 M Coupé lo hereda de la versión CSL del M3, con discos compuestos flotantes de 345 mm delante y de 328 mm detrás. Vamos una máquina de circuito puesta en la calle para ser disfrutada por todo aquel que pueda desembolsar una cantidad de dinero superior a los 60.000 euros y se conforme con un biplaza.