Maserati Quattroporte
Deportividad artesanal
A todos nos gusta soñar con poder tener algún día unos de esos superdeportivos que se ven con cuentagotas. Coches como el Ferrari 599 GTB, Bentley Continental GT Speed, Maserati Gran Turismo, Porsche Carrera GT, incluso BMW M6, Mercedes SLR o Audi R8, por no hablar del todopoderoso Bugatti Veyron, son algunas de las máquinas de fantasía que protagonizan nuestros delirios, que por sus precios y sus costes de mantenimiento se encuentran sólo al alcance de unos pocos elegidos.
a favorDiseño exclusivo.Calidad y personalización interior.Comportamiento a cualquier ritmo.Cambio automático suave y preciso.en contraPrecio muy elevado.Imagen de la consola algo anticuada.Maletero escaso para el segmento.
En esta ocasión no nos hemos decantado por un deportivo en sí mismo, sino por una berlina de lujo con verdaderas aspiraciones deportivas. Nos hemos puesto a los mandos del último buque insignia de la marca italiana Maserati, el Quattroporte, que tras un par de generaciones anteriores tan exclusivas como desconocidas, ha mejorado notablemente su aspecto, que se presenta ahora muy evolucionado en lo que a estética se refiere e incorpora un motor digno de la casa del Cavallino Rampante. De hecho, un Maserati viene a ser la versión elegante y lujosa de un Ferrari, hermanos de sangre, con un diseño exterior más refinado, un ambiente interior con todos los lujos que se puedan concebir y equipamientos de la más alta tecnología, que comparten además un corazón con el mismo ADN que late unas pulsaciones por debajo del de aquellos.
En un segmento en el que con una fulgurante y exquisita evolución pocas marcas son capaces de mostrar un producto diferente, Maserati se desmarca del resto con ese toque de distinción y deportividad tradicionales que caracterizan a todas las creaciones que salen de su línea de montaje. Hoy nos subimos al Quattroporte Sport GT, que representa la combinación perfecta entre el máximo lujo clásico concebido en una berlina con la deportividad innata de los gran turismo de la marca, que plasma en cantidad de detalles de su diseño. Destaca así frente a la competencia con más renombre del segmento, fundamentalmente alemana con algún modelo de incógnito inglés o japonés, donde militan superberlinas del porte de el BMW Serie 7, el Mercedes Clase S, el Volkswagen Phaeton, el Jaguar XJ, el Audi A8 o el Lexus LS460. Frente a estas exquisitas berlinas, el Maserati propone un diseño mucho más agresivo, un motor V8 atmosférico con un carácter más pasional y un lujo interior mucho más conservador y clásico. Eso sí, el precio de 135.400 euros que hay que pagar por esta selecta obra de arte supera por algunos miles de euros a sus rivales directos a igualdad mecánica, equiparándose únicamente a aquellas cuando incorporan motor que se acerca a los 6.0 litros o con tecnología híbrida, habitualmente en versión Limusina y con potencias que rondan los 450 cv.
Elegimos este modelo exactamente puesto que recientemente ha incorporado el esperado cambio automático de 6 velocidades fabricado por ZF, que opcionalmente se puede acompañar de levas tras el volante, combinado con su excitante motor de origen Ferrari de 4,2 litros y 400 cv de potencia bruta, ofreciendo una polivalencia de utilización mucho mayor. Podéis imaginaros el delirante sonido que braman sus cuatro salidas de escape
Si queréis experimentar levemente los placeres que hemos experimentado al volante de esta joya de la ingeniería, continuad leyendo y no os perdáis el vídeo que hemos adjuntado, donde os desvelamos algunos de los secretos mejor guardados de la marca del tridente.
Exclusividad Maserati
Con el lanzamiento del nuevo Quattroporte, Pininfarina, diseñador de Ferrari, creó un nuevo lenguaje de diseño para los sucesivos modelos de la marca de Bolonia, como el nuevo Gran Turismo, que mediante la introducción de sugerentes formas sinuosas y ensanchamientos a lo largo de la carrocería se aleja de las anteriores cuadraturas y ángulos rectos, transmitiendo con dedicación una gran elegancia y una agresividad desconocida entre las berlinas de su categoría. El frontal transmite la agresividad de un felino, con una inmensa calandra en cromo negro con marco ovalado cromado presidida por el emblema del tridente en primer plano con tintes rojos, recordándonos su larga estirpe, y un pequeño capó afilado y esculpido que oculta el potente V8 de 4,2 litros. El lateral de más de 5 metros de longitud se muestra imponente, elegante y deportivo, adoptando la imagen más dinámica de los coupés de la marca. La típica triple salida de respiración del motor sobre las aletas delanteras ensanchadas, que albergan unas preciosas llantas de aleación de 20 pulgadas y 7 brazos con neumáticos deportivos de 245 mm delante y 285 mm detrás, ponen la guinda a una imagen espectacular. La fluida línea de cintura, que deja entrever el nombre de la versión deportiva Sport GT sobre el pilar de la puerta, dibuja una silueta en forma de cuña y culmina sobre los hombros del maletero, que brinda unos aceptables 450 litros de capacidad. La voluminosa zaga se completa con cantidad de detalles cromados en el marco de los grupos ópticos triangulares rojos y blancos, en el nombre de la marca y el tirador del portón, así como en las cuatro salidas de escape propias del impresionante V8 que lo mueven.
En este Quattroporte, cuatro grandes puertas con tiradores cromados, como su propio nombre indica, nos permiten acceder cómodamente a un interior envuelto íntegramente en materiales nobles que nos cautivan a primera vista, en nuestra unidad con un habitáculo forrado en piel color teja de la más alta calidad, combinado con detalles en madera oscura y tejidos de Alcántara. Hemos de confirmar que todos, absolutamente todos los elementos del interior, como algunos exteriores, son personalizables, desde los asientos y sus ribeteados, hasta los colores y materiales del techo, de las alfombrillas o del volante. Por ello, hablaremos sólo de la exclusiva unidad que nosotros hemos probado. Nuestro Sport GT llevaba tapicería, guarnecidos de puertas y salpicadero en color anaranjado oscuro, combinado con una mitad superior e inferior del habitáculo (alfombrillas) en Alcántara de color beige y detalles de madera en la consola central, los paneles de las puertas y en la moldura del salpicadero. Este ambiente interior congeniaba a la perfección con el color negro metalizado de la carrocería y las llantas deportivas de 20 pulgadas.
La apariencia interior es conservadora y muy lujosa, dejando percibir su manufactura artesanal en todos los detalles. El salpicadero presenta una organización muy uniforme y clásica, sin estridencias, con módulos independientes para cada uno de los elementos del equipamiento y un precioso reloj ovalado que corona la parte superior diseñado por Bulgari exclusivamente para Maserati. Discretamente, asoman la pantalla del navegador, flanqueada por los mandos de los sistemas de apertura y cierre del vehículo, de la cortinilla trasera, del control de tracción, de estabilidad MSP y el botón Sport, que actúa sobre el cambio automático y sobre la suspensión con control electrónico, el sistema de audio Bosé y, debajo del todo, el climatizador multizona. Ya en el túnel central, peribimos el tirador del freno de mano electrónico junto a la palanca del cambio terminada en cuero y en madera. Dos espacios para bebidas y un tremendo apoyabrazos tapizado en Alcántara, que deja hueco para transportar objetos, continúan la escena. Los amplios asientos, realizados en piel Poltrona Frau de la mejor calidad, resaltan en la imagen general con unos impresionantes acolchados que invitan a acomodarse, sello de la casa. Como detalle exquisito, todos los reposacabezas van grabados en relieve con el emblema del tridente de la marca, así como los pedales de aluminio. El volante deportivo de tres brazos de la versión Sport GT, como el de los Ferrari, incorpora cantidad de funciones electrónicas y deja entrever unos relojes con fondo azul de aspecto muy deportivo. La postura a los mandos es confortable, aunque con el toque deportivo que caracteriza a la marca. Los pasajeros traseros gozarán de un impresionante espacio para las piernas en sus dos asientos independientes, pudiendo además regular la inclinación de sus respaldos, como en una limusina. Desde estas plazas, se podrá interactuar con el sistema de climatización independiente y con el sistema de audio, mientras se disfruta de unas mesillas abatibles tras los respaldos delanteros o del sistema de entretenimiento opcionales.
Potencia refinada
Como no podía ser de otra manera, este Maserati de última generación monta un exclusivo y excitante motor con denominación de origen Maranello, es decir, la casa de Ferrari. Se trata del tradicional V8 a 90º de 4,2 litros de Maserati colocado en posición longitudinal delantera por detrás del eje, derivado del que monta el F430 y compartido con el Gran Sport, al que han dotado de un carácter bastante más refinado, ¡que para eso es un Maserati! El Quattroporte automático tiene un carácter más dulce que su hermano con cambio DuoSelect, optimizando la suavidad en la conducción. Se diferencia de aquel en el color de las culatas del V8, que son azules en lugar de rojas.
En cifras, entrega una potencia de 400 cv a 7.000 rpm y un par motor de 460 Nm a 4.250 rpm, lo que le otorga unas prestaciones fuera de lo normal en este tipo de berlinas. De hecho es un motor de alto régimen, aunque ligeramente civilizado para entregar algo más fuerza a bajo y medio régimen y ofrecer un comportamiento más dócil y polivalente. Aún así, su rendimiento óptimo siempre lo encontraremos a altos regímenes. Es una realidad, que en aceleración no se pueden esperar las reacciones de un Ferrari, porque no lo es, pero lo cierto es que el ascenso puntiagudo en el cuentavueltas y el bramido, algo atenuado, que emiten los escapes se asemejan mucho a los de aquellos.
Por primera vez, este impresionante motor se combina con un cambio automático de 6 velocidades con función manual desarrollado por el especialista alemán ZF, que mediante un convertidor de par hidráulico maximiza la polivalencia de esta gran berlina y extrae el carácter más dinámico del propulsor, sobre todo si presionamos el botón Sport en modo automático o empleamos las levas tras el volante opcionales, permitiendo cambios de marcha por encima de las 7.000 rpm. Asimismo, se ha alargado la sexta velocidad para mantener unos consumos civilizados de 14,7 litros a los 100 km y reducir el nivel sonoro en el habitáculo, inexistente gracias al doble acristalamiento de nuestra unidad. Hasta qué punto es así, que consigue acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 5,6 segundos y logra una velocidad máxima que roza los 270 km/h. Estas cualidades del Quattroporte nos permiten rodar con él a ritmos muy suaves de la forma más cómoda imaginable, así como a ritmos rápidos sin que la carrocería de en absoluto muestras de inestabilidad.
El compromiso entre refinamiento y deportividad del Quattroporte se puede decir que es excelente, gracias a un exquisito chasis monocasco de acero aligerado con piezas de aluminio en el capó delantero y el portón trasero, con un reparto de pesos muy equilibrado del 49% en el eje delantero y del 51% en el trasero, que garantiza la máxima tracción y un equilibrio total en aceleraciones y frenadas, ayudado por la suspensión deportiva con sistema de control electrónico Shyhook de serie en la versión Sport GT. La configuración es de paralelogramo deformable con brazos de aluminio en ambos ejes, con sistemas Anti-dive y Anti-squat, lo que optimiza su comportamiento dinámico y el nivel de confort para los pasajeros, evitando el hundimiento del eje delantero en frenadas y del trasero en aceleración. El control electrónico de la amortiguación denominado Shyhook incorpora varios sensores que detectan el movimiento de las ruedas y de la carrocería, adaptando instantáneamente la suspensión a las características de la calzada. Según el tipo de conducción se puede optar por el modo Normal, con una calibración suave para optimizar el confort, o el modo Sport, con una calibración más dura para conducción deportiva.
Para detener con solvencia el gran volumen y peso de 1.990 kilos en vacío del Quattroporte, se ha apostado por un sistema de frenos desarrollado por la marca Brembo, con cuatro inmensos discos ventilados y perforados de 330 mm delante y detrás, mordidos con decisión por pinzas de cuatro pistones que le permiten conseguir una frenada similar a la de superdeportivos como el Ferrari Enzo o el potente Corvette Z06. Si es necesario, el coche ofrece de sistemas de seguridad activa de serie como el control de estabilidad MSP, que abarca sistemas como el ABS con EBD y el ASR, así como de seguridad pasiva como un chasis reforzado, 6 airbags y cinturones de seguridad con pretensores con control electrónico.
En definitiva, nos encontramos ante lo más exclusivo de la marca italiana en lo que a lujo y calidad Premium se refiere, combinado con las más altas prestaciones que le confiere su motor de origen Ferrari. Se convierte así en una referencia dentro del segmento de berlinas de lujo, que a pesar de no ser de los más demandados, es un auténtico escaparate de las marcas para mostrar sus capacidades tecnológicas. Y ésta debe ser impresionante en el nuevo Quattroporte, cuando le ha valido para recibir hasta 25 premios internacionales desde su lanzamiento, entre ellos el de Mejor Coche del Mundo.