Volkswagen Passat Bluemotion
Recio y sin fisuras
La habitual excelencia alemana en la presentación y los acabados no falta en la berlina representativa de Volkwagen, con un diseño interior austero pero sin fisuras. El volante de plástico de serie, y sin mandos multifunción, desentona en un salpicadero bien rematado. La consola central, en color grafito, aporta el toque de modernidad al interior, donde no faltan los compartimentos para guardar gafas, papeles y objetos de uso habitual.
En carretera, el Passat Bluemotion ofrece sensaciones positivas, ya que a su destacado confort de marcha (a pesar de que se han endurecido las suspensiones) añade una gran amplitud para todos los ocupantes, con unas plazas traseras enormes. La ergonomía de la palanca de cambios, el volante y demás mandos favorecen la conducción, en la que el motor, que trabaja a poco régimen en velocidades de crucero (2.000 rpm a 120 km/h en quinta velocidad), es muy poco ruidoso. El cofre del maletero, con capacidad para 565 litros, es enorme e idóneo para salir de viaje con la casa a cuestas.
Un tiramillas tranquilo
Al estirar los desarrollos se logra un ahorro notable de consumo y los 5,1 litros que necesita para recorrer 100 kilómetros en ciclo mixto son la mejor cifra dentro de su segmento, 0,6 litros menos que el Passat 1.9 TDI Trendline. También se reducen las emisiones de CO2, que bajan de 151 a 136 g/km. Además, el Bluemotion mejora al 1.9 TDI convencional en velocidad punta (193 km/h frente a 188 km/h) y no se resiente en la aceleración de 0 a 100 km/h (ambos tardan 12,1 segundos).
En marchas cortas, la respuesta del Passat Bluemotion es la propia de cualquier berlina media de gasoil. Perezoso en la arrancada y algo ruidoso, de ahí que en ciudad no resulte ágil. Es en carretera donde exhibe todo su potencial. El Passat Bluemotion es un coche preparado para devorar kilómetros (con un depósito se puede viajar desde Barcelona a Cádiz) y es poderoso llaneando a velocidad de crucero, pero tiene unas recuperaciones lentas. En quinta, necesita alrededor de 14 segundos para pasar de 80 km/h a 120 km/h, por lo que para adelantar resulta imprescindible recurrir al cambio.
La dirección es muy exacta y contribuye a dar al Passat Bluemotion una estabilidad sobresaliente, gracias también al endurecimiento de las suspensiones y al control de estabilidad, por lo que se agarra al asfalto con mimo. La misma calidad tiene en la transmisión. La caja de cambios engrana las marchas con suavidad y precisión, mientras los frenos, potentes y equilibrados, tienen un margen de error inapreciable.