Después de la llegada de la Serie 3 con carrocería berlina y Touring, ahora le toca el turno al coupé, que podremos ver en el Salón del Automóvil de París. Durante 70 años la marca de las hélices se ha diferenciado por crear modelos de dos puertas elegantes y muy deportivos. El primero fue el BMW 327, al que le siguieron, entre otros, el 502 hasta llegar al abuelo del Serie 3 Coupé que nos ocupa, el BMW 2002 Turbo.
El nuevo Serie 3 Coupé es el que más se diferencia de la berlina, ya que se ha rediseñado completamente creciendo en todas sus dimensiones, y amplía la familia de los coupés con el Z4 y el Serie 6. En nuestro país es la carrocería más vendida, por delante del 4 puertas y del familiar, y llegará a finales de este mes.
El diseño, muy moderno y dinámico, da prioridad a las prestaciones. Para ello el capó se ha alargado, retrasando el habitáculo y aumentando la batalla. El nuevo frontal incorpora faros delanteros con luz diurna (de posición), que permanece encendida siempre. Al igual que en la parte trasera –que recuerda a la del Serie 7– con líneas horizontales que acentúan la anchura de vías y carrocería. Las ópticas también crecen y tienen tecnología LED.
Dentro hay nuevos detalles de mayor comodidad y elegancia como el acercamiento automático del cinturón o la prolongación de la consola central, que empieza en el salpicadero y acaba en las plazas traseras, convirtiendo al nuevo modelo de BMW en un precioso coupé 2+2 plazas más espacioso y cómodo para los ocupantes de la parte trasera. Entre las opciones, destaca la ya conocida dirección activa de BMW, el nuevo asistente de luz de carretera (largas) –que pone y quita las luces por nosotros y detecta coches a una distancia de 1 km- y el control de crucero con función de freno, que calcula la distancia de seguridad con el coche que nos precede según la velocidad que hayamos establecido, y un nuevo cambio automático de 6 velocidades con levas.
En lo que a propulsores se refiere, la marca alemana ha optado por reducir el peso del conjunto para aumentar el dinamismo sin que el consumo sea el gran perjudicado, incluyendo la tracción xDrive en algunas de sus motorizaciones. Las opciones mecánicas, tanto gasolina como diesel, que ofrece el coupé de la Serie 3 son:
325i 218 cv: 40.700 €.
325xi 218 cv: 43.700 €.
330i 272 cv: 44.800 €.
330xi 272 cv: 47.800 €.
335i 306 cv: 49.000 €.
330d 231 cv: 46.200 €.
330xd 231 cv: 49.200 €.
335d 286 cv: 52.700 €.
325xi 218 cv: 43.700 €.
330i 272 cv: 44.800 €.
330xi 272 cv: 47.800 €.
335i 306 cv: 49.000 €.
330d 231 cv: 46.200 €.
330xd 231 cv: 49.200 €.
335d 286 cv: 52.700 €.
Motor biturbo con 306 cv
La vuelta al turbo de BMW no se hace por todo lo alto. Parece como si la marca se avergonzara de ello, algo que no entendemos después de disfrutar del 335i. Sólo su nombre ya empieza a mentir, ya que su motor de aluminio de 6 cilindros en línea tiene 3 litros de cilindrada con dos turbos -cada uno alimenta a una bancada de 3 cilindros– e inyectores piezoeléctricos que reducen el tiempo de inyección –homogenea en este caso-, y también el consumo y las emisiones. La ubicación en paralelo de dichos turbos hace que la respuesta sea inmediata ya que son más pequeños y les cuesta menos llegar a pleno rendimiento en comparación con un solo turbo más grande. Cabe destacar también que la bomba refrigerante y de lubricación son inteligentes, es decir, que sus funciones se llevan a cabo según el uso de potencia que se haga, o del ritmo que llevemos.
El comportamiento del 335i es intachable gracias, también, a una elevada cifra de par motor que llega a los 400 Nm desde las 1.300 hasta las 5.000 rpm. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos con cambio manual y 5,7 con el automático, ambos de 6 velocidades, alcanzando una velocidad máxima de 250 km/h.
El paso por curva es sencillamente demencial, pero con algo más de nervio para la versión manual que tiene una segunda indomable cuando se le estira, revolucionando la zaga incluso en recta. El automático no pierde carácter, sólo se dulcifica, y es muy divertido en modo secuencial siendo muy fiel a las órdenes de nuestra mano derecha. La respuesta del turbo es constante y progresiva en todo momento, y cuando los virajes son cerrados la zaga se insinúa haciendo las delicias de cualquiera, gracias a un DSC permisivo que actúa a la perfección corrigiendo la trayectoria del coche.
Puede que de primeras no sea un modelo sincero, pero una vez al volante seguro que se lo perdonarías todo.