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SOLO 50 UNIDADES
Desde el próximo día 1 de abril Renault iniciará la comercialización de un modelo conmemorativo y muy exclusivo: el Megane Sport Trophy. En Autocity lo anunciamos ya la pasada semana, pero a día de hoy ya estamos en disposición de ofreceros los datos concretos de este aparato y también una valoración de su comportamiento dinámico, ya que con motivo de su presentación nos trasladamos hasta el veterano circuito de Calafat y después hasta algunas sinuosas carreteras de montaña cercanas la trazado catalán.
Sólo se van a fabricar 500 unidades, de las cuales a España se han adjudicado 50 unidades. Es decir, que quien se haya cautivado por esta potente, exclusiva y eficaz versión ya puede ir corriendo al concesionario, ¡que se acaban! Eso sí, para la reserva tendrá que ir acompañado de un talón de 30.235 euros, que es lo que cuesta este Megane con especificaciones “casi de carreras”.
No tiene opciones de equipamiento, sólo está disponible en carrocería de tres puertas, y el único color posible es el gris que se puede ver en las fotos. No es cómodo, no es el compacto más lujoso, incluso hay alguno más potente; pero las sensaciones y efectividad de este Megane Sport Trophy son muy especiales. Además, debido a su escasa producción, con el tiempo tendrá un valor añadido: el de la exclusividad. Eso sí, a los escasos y afortunados compradores del último producto “racing” de Renault les aconsejamos que para gozar de verdad y extraer todo el potencial del Trophy visiten un circuito, ya que a su volante es fácil sentirse Fernando Alonso, y hay ciertas cosas que no se deben hacer en carretera…
Enrique Marco, Autocity
16 de Marzo de 2005
16 de Marzo de 2005
Impresiones
IMPRESIONES
Renault acertó de lleno el pasado mes de abril con su versión tope de gama: el Megane Sport. De hecho, de abril a diciembre de 2004 fue el compacto deportivo más vendido en España, con 230 unidades (su máximo rival, el Seat León Cupra, vendió en 2004 un total de 250 unidades, pero desde enero). El motor dos litros turbo de 225 cv y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos fueron dos de su mejores alicientes. Eso no ha cambiado en la versión Trophy, pues el motor no se ha tocado. Pero el comportamiento dinámico, que ya en el Sport era muy bueno, se ha “radicalizado”. Ahora es más incómodo, pero notablemente más deportivo, excitante y eficaz. Ya comentamos la semana pasada que para esta versión Trophy cambian las llantas (de color grafito, 1,5 kilos más ligeras y con neumáticos especiales Dunlop SP Sport Maxx en medida 235/ 40 R18), los controles electrónicos (ahora entran más tarde, dejando que el coche “se mueva” más), la dirección (más precisa), los frenos (con mejor refrigeración y mayor presión de frenada) y un equipo de suspensiones significativamente más enérgico. Estéticamente no hay muchos cambios, sólo las llantas y el color exclusivo, y en el interior unos asientos con costuras azules (a juego con los cinturones y el cosido del volante), inserciones en carbono y la placa con el nº de serie.
En marcha el sonido y el empuje es el mismo en el Sport “normal” que en el Sport Trophy; pero ya en la primera irregularidad del asfalto nos daremos cuenta cual de los dos es más “racing” (la rigidez del chasis ha aumentado un 25% en el tren delantero y un 77% en el trasero). En las frenadas también notamos una gran firmeza, y según nos dijeron los ingenieros de Renault se ha disminuido el cabeceo un 10%. Además con la ligereza de las cuatro llantas se han reducido en total seis kilos de peso no suspendido.
Para una conducción normal por carretera abierta evidentemente el Megane Sport ya conocido es mejor opción; pero pensando en los clientes más ‘carreristas’ se ha creado esta versión. ¿Dónde gana el Trophy? Pues principalmente en cambios rápidos de trayectoria, frenadas al límite y curvas tomadas a la máxima velocidad posible. Lo de el reprogramado de los controles electrónicos se nota, y mucho. De hecho, con una conducción fina y rápida prácticamente no nos “capará”, pues deja deslizar un poco tanto en tracción como en estabilidad. Ahora bien, para hacer un poco más el burro y quemar una fuerte dosis de adrenalina el Trophy posee el mágico botón de “fuera controles”.
Sin la electrónica controlando, quien tenga una buena dosificación con el pedal del acelerador ganaría décimas al crono en un circuito, pero quien utilice dicho pedal a modo interruptor al salir de una curva (osea, “pie tabla”) seguramente perderá tiempo, ya que los 225 cv para el tren delantero son mucho, y eso que el “grip” de estos Dunlop especiales es una maravilla, pero milagros no pueden hacer. Donde más se percibe la puesta a punto del Trophy es en las curvas entrelazadas ¡que agilidad! Parece más un “GTI” del segmento pequeño que del de los compactos. Por último, el tacto y potencia de la frenada es estupenda, y aun con varias vueltas seguidas en circuito no dieron muestra de desfallecimiento en ningún momento.
De motor y prestaciones no hemos dicho nada, ya que el comentario sería el mismo que cuando probamos el Megane Sport.