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POLOS OPUESTOS
Dos berlinas medias que comparten motor y tienen dimensiones externas muy similares, pero que sin embargo se alejan mucho en cuanto a la puesta a punto y la interpretación del concepto sedán con orientación familiar. El nuevo Peugeot 407 goza de una estética sorprendente, de las que no pasan desapercibidas porque se diferencia del resto, y en el interior sigue demostrando una gran imaginación en la interpretación de los volúmenes y la distribución del espacio. El Mazda por su parte no cautiva por original, y de hecho estéticamente es más bien discreto salvo por el detalle cosmético y un poco ‘tunero’ de los faros cromados con tulipas trasparentes.
A la hora de la verdad el 407 no ofrece la amplitud interior que sugiere desde fuera, mientras que el japonés tiene detalles de diseño más discreto pero un mejor aprovechamiento del espacio y racionalidad en el uso de los elementos que incorpora. La berlina francesa goza de innumerables detalles, aunque no siempre consigue la funcionalidad del Mazda.
En definitiva, dos modelos que pueden satisfacer las mismas necesidades de uso, aunque cada uno de ellos brilla en aspectos diferentes. Barajando todos los pros y los contras nuestro veredicto favorece al Mazda 6, brillante, cómodo y práctico frente al Peugeot 407, no obstante más refinado, detallista y llamativo.
Carlos Lera, Autocity
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
Estos dos coches, con unos reglajes de amortiguación suaves, sin embargo tienen un funcionamiento muy satisfactorio en cualquier circunstancia. Por supuesto entre ambos existen diferencias aunque el resultado es en líneas generales muy positivo. El Peugeot a pesar de estar lastrado con unos cien kilos más de peso se maneja muy bien en carreteras de segundo orden, haciendo gala de una agilidad francamente buena.
Hay que insistir en el hecho de que el peso se nota, pero no llega a empañar un muy buen trabajo en la puesta a punto del bastidor. Aunque la extensión de los elementos elásticos sea un poco perezosa, la dirección traza con precisión el camino elegido y ambos ejes siguen las instrucciones al dedillo, especialmente en carreteras que por su trazado puedan parecer un reto complicado para un diesel que supera con holgura la tonelada y media de peso.
En estos ambientes el Mazda no se desenvuelve mal e incluso hace gala de una brillantez mayor a la hora de responder al volante, pero es más subvirador y un poco menos preciso que el modelo del león. Quitando este tipo de carretera, en el que de todas formas se encuentra a gusto y sorprende por reacciones muy seguras en situaciones delicadas, no hay reproche posible al Mazda salvo quizá, y ya va en gustos, un ajuste blando de la amortiguación que en algunos firmes en mal estado favorece la comodidad, pero que en carreteras bien asfaltadas es innecesario.
El mundo parece estar del revés: el Peugeot tiene más batalla (2.725 mm. frente a 2.675 mm.) y sin embargo parece más ágil, mientras que el Mazda además de lo anterior pesa menos (1.485 kilos frente a 1.480 kg.) y donde destaca con sobresaliente es en carreteras de ritmo medio y rápido. Ambos poseen suspensiones completamente independientes y ejes traseros con sistema de guiado multibrazo y estabilizadoras. A la hora de tirar de los frenos se comportan con tacto y resistencia aunque el menor peso del Mazda juega a su favor en las deceleraciones.
En ciudad resultan correctos aunque al Peugeot cuesta más tomarle la medida en maniobras por el gran voladizo delantero. Tampoco la visibilidad trasera resulta destacable.
Motor y consumos
MOTOR Y CONSUMO
¿Cómo es posible que los motores sean básicamente similares y sin embargo el funcionamiento cambie de un coche a otro? La respuesta hay que buscarla en la diferencia de peso. El Mazda 6 cuenta con trasmisión manual de cinco velocidades mientras que el Peugeot dispone de una marcha más, y si bien el escalonamiento del modelo francés permite un menor salto entre relaciones, en tercera y cuarta los desarrollos son tan similares que, teniendo en cuenta su menor tara, el modelo japonés mueve mejor el cuerpo.
En cuanto al funcionamiento del motor Ford-PSA no hay nada que objetar en ambos casos. No es ruidoso en exceso, tiene una respuesta suave a cualquier régimen y al mismo tiempo responde con mucho vigor cuando se pisa el acelerador. Uno de los mejores propulsores de su categoría, aunque entre los dos modelos hay alguna diferencia de puesta a punto que otorga ligera ventaja en par al Peugeot, dotado de un filtro antipartículas contaminantes en el escape.
En carretera la insonorización interna hace que el ruido procedente del capó del coche galo resulte menos audible desde el interior, lo que mejora ligeramente el confort acústico. En cuanto al consumo también el modelo francés se caracteriza por su parquedad, beneficiándose en carretera de tener sexta velocidad, logrando unos excelentes 6,2 litros cada 100 kilómetros en nuestro circuito de pruebas habitual. Por su parte el Mazda no logra una cifra tan brillante, aunque 6,5 litros están bien en cualquier caso.
Interior y maletero
INTERIOR Y MALETERO
Para continuar con las sorpresas, aunque el Peugeot parece más grande a simple vista es en realidad claramente menos capaz que el Mazda. El 407 se ve perjudicado por una estética interior y exterior cargada de personalidad pero poco práctica. El parabrisas muy inclinado no permite que el puesto de conducción esté todo lo adelantado que debería para poder aprovechar al máximo el espacio. Además, inevitablemente entra mucha radiación y el climatizador se muestra poco potente para las necesidades del habitáculo. Se requiere una velocidad de aire molesta por el ruido y por la corriente para mantener un mínimo frescor en verano.
La disposición de botones y controles del coche francés es un lío. Hay que separar la vista de la carretera constantemente para seleccionar alguna opción de climatización, sonido o navegación, sistemas que se encuentran en la misma zona central y tan próximos que es fácil confundir por ejemplo el volumen con la velocidad del ventilador.
Las plazas delanteras son amplias, porque se ha sacrificado capacidad en la parte trasera para garantizar espacio a conductor y acompañante. De todas formas no llegué a encontrar una posición de conducción tan agradable como en el Mazda. Por un lado la banqueta queda demasiado horizontal y por otro el tapizado traspira mal, generando sensación de calor.
El Mazda 6 tiene un interior clásico en el que todo está donde debe, se encuentra la posición ideal y enseguida parece que se conoce el coche de toda la vida. La ventilación es buena, el funcionamiento del climatizador monozona no admite reproches y aunque la calidad de algunos plásticos y acabados es mediocre (revestimientos de puertas, apoyabrazos central, guarnecido de techo o tacto de los parasoles) el resultado general está a la altura. El único defecto reseñable es una insonorización insuficiente. El viento silva demasiado y la rodadura genera molestias; incluso cuando el depósito de combustible está a la mitad se advierte el rumor de las ‘olas’ procedente del tanque.
Las plazas traseras no tienen color. En el Peugeot no hay el espacio en longitud que se espera de una berlina mientras que el Mazda es uno de los mejores de la categoría en este aspecto. Si se usan con frecuencia más de dos plazas, los pasajeros de la parte trasera estarán mucho mejor en el modelo japonés. En anchura el japonés también tiene más espacio.
Y por último se repite la tónica en cuanto a espacio en el maletero. El Peugeot tiene casi 100 litros menos. 407 litros frente a 500 otorgan la victoria con claridad una vez más al Mazda, que disfruta de uno de los mejores cofres del segmento.
Equipamiento y precio
EQUIPAMIENTO Y PRECIO
Ambos modelos ofrecen un equipamiento muy amplio de serie, aunque en este aspecto el Peugeot está algo más dotado con algún elemento que le permite marcar la diferencia como el climatizador de doble zona y las salidas de ventilación regulables y orientables en las plazas traseras. Ambos cuentan con casi todo lo que se puede pedir antes de recurrir a las opciones a una berlina. Desde cierre con mando a distancia y elevalunas en las cuatro puertas hasta ordenador de viaje, equipo de sonido con cargador de CD y llantas de aleación. También disponen de sendos faros de Xenón para la luz de cruce, un elemento muy de agradecer por su contribución a la seguridad y comodidad en conducción nocturna, así como atractivas llantas de aleación. Ambos disponen de sistema de control de estabilidad y una amplia dotación de airbags, aunque destaca especialmente el Peugeot, que ofrece hasta airbag para las rodillas en las plazas delanteras.
En caso de pinchazo preferiría ir en el Peugeot y poder seguir mi camino con una rueda de repuesto de tamaño normal, mientras que en el Mazda no quedaría más remedio que seguir a una velocidad máxima de 80 km/h y cambiar la ‘galleta’ de emergencia lo antes posible. Eso sí, si surge cualquier problema mecánico que entre dentro de la garantía Mazda responde durante tres años, mientras que Peugeot se limita a los dos obligatorios por ley.
El Peugeot 407 ST Confort Pack HDI 136 tiene (noviembre 2004) un precio según la tarifa oficial de 27.050 euros frente a los 26.870 € del Mazda 6 Sportive CRTD 2.0 16v 136. Las diferencias de precio son mínimas, por lo que uno sea más caro o más barato depende del comercial y posibles ofertas.