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UN MOTOR MUY RECOMENDABLE
La marca francesa Renault refuerza la gama Laguna con la llegada de una interesante versión de gasolina. Y es que, aunque actualmente en este segmento las ventas de las mecánicas diesel representan alrededor del 75% de la cuota de mercado, con motorizaciones tan enérgicas, refinadas y poco ‘bebedoras’ como la que hoy nos ocupa, resulta cuando menos dudoso eso de que los motores diesel reunen un mayor número de ventajas.
Por un precio de 26.150 euros (27.050 euros en carrocería familiar), el conductor del Laguna 2.0 Turbo poseerá una berlina rápida, silenciosa, segura, muy bien equipada (sólo disponible en acabado Privilege) y de bajo consumo. Las prestaciones de este modelo son ilustrativas: 8,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, 218 km/h de velocidad máxima y 8,2 l/100 km de consumo medio; pero es que en la práctica, gracias a sus 270 Nm a 3.250 rpm de par motor, parece que los 165 cv que declara la marca sean más, pues el empuje que proporciona -sobre todo entre 3.000 y 4.000 rpm- es sorprendente.
Enrique Marco, Autocity.
23 Enero de 2003.
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
Estéticamente no hay cambios aparentes que identifiquen esta versión, pues aunque a partir de ahora podamos ver nuevas tonalidades, tapicerías o diseños de llantas, éstos no son exclusivos del 2.0 Turbo, sino comunes a toda la gama 2003. De la carrocería del Laguna poco o nada nuevo podemos decir, pues ya lleva dos años comercializándose. En todo caso, cabe destacar que el actual Laguna fue el primer automóvil en conseguir la puntuación más alta posible en las pruebas de choque que realiza el organismo EuroNCAP.
Para esta motorización 2.0 T, Renault sólo traerá a España un nivel de acabado, tanto para berlina como para la versión familiar, el Privilege. Éste cuenta de serie, entre otras cosas, con llantas de aleación de 16 pulgadas, ABS con EBV y sistema de asistencia a la frenada de emergencia, seis airbags, control de estabilidad ESP, control de tracción ASR, control de subviraje CSV, sistema de control de la presión de los neumáticos, ordenador de viaje, sensor de lluvia, volante y pomo de cuero, tarjeta Renault con función manos libres y climatizador con zonas independientes de temperatura.
CONDUCCION
Todavía queda en la memoria de algunos conductores esa idea de que los motores turbo de gasolina son bruscos o incómodos de conducir, pero este argumento hoy día queda totalmente desfasado. La tecnología ha avanzado de tal forma que un motor turbo actual puede ser enérgico pero a la vez suave, y rápido pero también de bajo consumo. Esas son algunas de las virtudes del nuevo Laguna 2.0 T, uno de los mejores exponetes de la actual ‘corriente turbo de gasolina’, la cual también siguen con destacados resultados fabricantes del prestigio de Audi, Saab, Volvo, Opel, Seat o Volkswagen. Tanto por las sensaciones que produce en marcha como analizando la ficha técnica, observamos como el Laguna 2.0 T acelera más rápido y gasta menos que otros modelos de cinco y seis cilindros y con mayor cubicaje. ¿Incovenientes? Ninguno, ya que tanto el nivel sonoro, como la fiabilidad o el mantenimiento está a la altura de cualquier V6.
Cuando nos ponemos a los mandos del nuevo Laguna 2.0 T, sorprende, en primer lugar, la forma de dar el contacto, con su peculiar y conocido sistema sin llaves de tarjeta y botón. Tras este detalle, nos queda la impresión de su cómoda y adecuada postura de conducción -con un reposacabezas excelente- y del volante de aro grueso, regulable en altura y profundidad. Una vez en marcha, agrada el reducidísimo nivel sonoro, y poco después, en los primeros compases de la prueba, convence el contundente empuje del motor. Es entre 3.000 y 4.000 rpm cuando su propulsor nos brinda lo mejor, una fuerza suave y controlable pero muy destacable, mayor de la que podríamos esperar en una berlina de 165 cv. En aceleración de 0 a 100 km/h marca un buen registro: 8,5 segundos. Y los consumos son realmente contenidos: con una media de 8,2 l/100 km. Por lo que se refiere al comportamiento dinámico cabe reseñar el buen trabajo realizado en el chasis, pues aunque las suspensiones son más bien blandas, en ningún caso se tiene sensación de inestabilidad.
Ficha
