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CINE EN CASA
Muy pocos vehículos ofrecen el confort de marcha y el lujo con los que premia el Voyager a sus siete posibles ocupantes. Además, cuenta con un completo sistema telemático de a bordo que garantiza mayor placer al pasaje, y con un motor CRD capaz de lograr elevados cruceros con un gasto mínimo.
l Voyager fue el primer monovolumen auténtico del mercado; un vehículo que, con el tiempo, ha sentado las bases de uno de los segmentos más activos del mercado automovilístico. Ahora, en su más reciente edición, puesta a la venta, el cliente de este tipo de vehículos puede optar a un modelo más europeo, ideado según sus gustos y necesidades. El nuevo coche es siete centímetros más corto que su predecesor, si bien la anchura se incrementa levemente, mientras que la altura, pensando en mejores cualidades dinámicas se reduce hasta en 7,1 cm. En todo caso, todo es nuevo en la última generación Voyager. Sólo en el exterior, y si bien se mantiene un aire de familia, destaca la gran parrilla frontal, seña de identidad en todos los productos de la casa, flanqueda por grupos ópticos de grandes dimensiones, que mejoran hasta en un 200% la visibilidad en circulación nocturna. Además, la aerodinámica ha sido especialmente vigilada, por lo que no es de extrañar que monte tiradores enrasados, retrovisores de nuevo cuño y parachoques a ras de la carrocería. Además, las puertas correderas laterales, de grandes dimensiones para facilitar el acceso a las filas segunda y tercera, pueden ser de accionamiento eléctrico, un mecanismo dotado de un dispositivo de seguridad antiatrapamiento, que detecta cualquier posible obstáculo y detiene la hoja para evitar accidentes (otro tanto sucede con el portón trasero). Precisamente en la zaga, el diseño del parachoques ha sido realizado pensando en una accesibilidad óptima al plano de carga.
Equipo AP
Foto: Fernando Herranz
18 de Diciembre de 2002
Foto: Fernando Herranz
18 de Diciembre de 2002
MAXIMO CONFORT
El verdadero atractivo de este automóvil reside en su habitáculo, con más amplitud que nunca y pensado para alojar hasta siete personas en función de la configuración escogida (con butacas individuales en las filas primera y segunda, y banqueta corrida en la tercera, que, opcionalmente, puede ser sustituida por otras dos butacas). No hay duda respecto a la intención de los diseñadores de la marca: el objetivo era lograr que el pasaje se sintiese como en casa. Y de veras que lo han logrado; la tapicería de los asientos, que pueden contar con regulación eléctrica, es textil o de piel. Además, el Voyager disfruta de un inédito sistema de climatización, llamado ATC, que controla de forma automática la temperatura de cada una de las filas. En éstas se dispone de un display específico para el control de ventilador y temperatura. Tanto el conductor como el acompañante pueden seleccionar su temperatura de forma independiente.
En cuanto al puesto de conducción, es perfecto gracias al asiento multirregulable (en altura y longitud), así como a la posibilidad de ajustar el volante en altura. En el salpicadero destacan los relojes de estilo retro, mientras que mandos y botones están dispuestos de forma lógica y ordenada, por lo que son fácilmente accesibles. Incluso el sistema de sonido, integrado, dispone de un cargador para cuatro discos compactos.En este sentido, el Voyager ofrece distintas opciones de entretenimiento a bordo. Por ejemplo, puede incorporar un equipo de vídeo, con monitores integrados en los reposacabezas de las butacas delanteras, dotado de sonido mediante auriculares. Por otra parte, un completo dispositivo DVD, con pantalla de plasma de color escamoteable instalada en el techo del vehículo, ofrece toda la diversión para los ocupantes de las filas segunda y tercera.
MECANICA CRD
En países como España, los motores animados por gasóleo son las verdaderas estrellas en las ofertas de monovolumen de grandes dimensiones. El Voyager no es una excepción, por lo que al margen de una amplia gama de gasolina, dispone de un propulsor diésel CRD, fabricado por el especialista Detroit Diesel, que suma 2,5 litros de capacidad, cuenta con cuatro cilindros, sistema de alimentación por inyección directa ‘common-rail’, turbo e intercambiador de calor. Rinde 140 CV y 312 Nm de par máximo, disponibles a sólo 1.800 rpm. Quizá lo menos importante sea que con este motor el Voyager logre una magnífica velocidad punta de 185 km/h, o un excelente paso desde parado, y hasta 100 km/h, de 12,6 segundos, porque lo verdaderamente interesante es la cifra de consumo medio, con un ajustado valor de 9,7 l/100 km. Además, para extraer toda la esencia posible al motor, el Voyager CRD monta una ajustada transmisión manual de cinco velocidades. En cuanto al equipo de frenos, está configurado por cuatro discos -los delanteros ventilados-, e incluye antibloqueo ABS. Para rematar una buena faena, el Voyager monta un esquema muelle/amortiguador que privilegia el confort de marcha, sin mermar en ningún caso su capacidad dinámica.